Los asesinatos de la periodista de investigación Regina Martínez y del fotoperiodista Rubén Espinosa, en 2012 y 2015 respectivamente, conmocionaron al gremio periodístico en México y se convirtieron en casos emblemáticos de la violencia contra la prensa y del altísimo riesgo que representa ejercer la profesión en ese país.
Cineasta mexicano J. Xavier Velasco. (Foto: Cortesía)
Varios años después, ambos crímenes –que permanecen en la impunidad– sirven de inspiración para la película “Cocodrilos”, la ópera prima del director J. Xavier Velasco, quien, al igual que Martínez y Espinosa, es originario del estado de Veracruz.
El filme es un thriller que aborda desde la ficción el costo de buscar la verdad en un país donde la colusión entre autoridades y crimen organizado es la principal amenaza contra el derecho de la gente a estar informada.
Tras estrenarse mundialmente en el Chicago Latino Film Festival en abril de este año, “Cocodrilos” inició una ruta por diversos festivales en México. Se espera que llegue a plataformas digitales en la primera mitad de 2026, de acuerdo con su director.
En conversación con LatAm Journalism Review (LJR), Velasco cuenta que su película, además de honrar la memoria de Martínez y Espinosa, es una forma de visibilizar la violencia contra la prensa, que en México corre el riesgo de ser normalizada. También detalla su empeño por retratar con verosimilitud los riesgos del oficio periodístico y resalta la importancia de defender la libertad de prensa frente a amenazas, corrupción e impunidad.
La entrevista ha sido editada por motivos de claridad y extensión
LJR: ¿Por qué abordar el tema de la violencia contra los periodistas en México en una película?
J. Xavier Velasco (JXV): El origen de la idea viene de la explosión de violencia que detonó la llamada “guerra contra el narco” de [el expresidente Felipe] Calderón. Yo soy originario de Xalapa, Veracruz, que es una ciudad universitaria, llena de cultura, muy tranquila. Y de repente ver a los militares en las calles, escuchar de balaceras, de extorsión, de violencia contra ciudadanos fue algo que me movió muchísimo.
Eso fue en 2011 y 2012, me parece. Y en 2012 asesinaron a la periodista Regina Martínez, que trabajaba en Veracruz como corresponsal de [la revista] Proceso. Lo que me impactó muchísimo fue la manera en que se manejó el crimen, que le dieron “carpetazo”, como se dice, diciendo que era un crimen pasional. Y ahí quedó en la impunidad. Y posteriormente vino el asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa, que también trabajaba en Xalapa.
Aunque yo no tuve una relación cercana con ningún uno de ellos, me impactó muchísimo la violencia que se estaba dando. Ellos son dos nombres, pero Veracruz por un momento tuvo la mayor parte de asesinatos de periodistas presuntamente por su labor. Era una cuestión sistemática de violencia y de agresión contra periodistas. Cuando pasó lo de Rubén, ahí fue cuando yo dije "me interesa mucho hablar de esto”.
LJR: ¿Recuerdas cómo se vivieron en Veracruz los asesinatos de Regina Martínez y Rubén Espinosa?
JXV: Había una cuestión de desestimación a la prensa que venía sucediendo en esos años y pues obviamente [el de Regina Martínez] no era el único caso. Pero definitivamente el caso de Regina fue el más conocido en ese momento, el más escandaloso por quién era Regina, una periodista de investigación bastante respetada y cuyas publicaciones eran muy importantes, porque investigaba cosas muy fuertes. Entonces, sí cimbró, fue una noticia bastante difundida.
Posteriormente seguimos escuchando de estas agresiones, y cuando sucedió lo de Rubén, ya fue un poco hacia el final de ese sexenio terrible. Y la manera en que sucedió fue completamente terrorífica. Hoy [31 de julio] estamos cumpliendo 10 años de un caso que sigue en la impunidad, que se fabricó para cerrarlo y ya nadie supo nada.
LJR: ¿Desde entonces estuviste preparando la película?
JXV: Fue hasta mucho después, como hasta el 2019, que ya me senté a escribir. Junto con mi hermana, Magali Velasco, escribimos el argumento y después cada quien hizo su obra. Ella es novelista, entonces escribió la novela [“Cocodrilos”] que salió este año. Y yo escribí el guión.
Fue un ejercicio creativo interesante porque digamos que yo tuve esta idea y la empecé a desarrollar. Luego me junté con ella e hicimos un argumento, y a partir de ese argumento ella escribió la novela y yo escribí el guión cinematográfico. Realmente no es una adaptación ni de una ni de otra, son como las dos versiones en paralelo.
LJR: Dices que querías abordar el tema de la violencia en Veracruz, pero ¿por qué hacerlo específicamente desde la parte de los periodistas? ¿Tienes alguna conexión personal con el periodismo?
JXV: Es una pregunta interesante que yo mismo me hago. Y la respuesta más honesta a la que he llegado es que es simplemente una manifestación de empatía, de preocupación por la libertad de expresión, por la libertad de prensa. El sometimiento del poder y la manipulación de la información es algo que me ha interesado siempre.
En mi concepción, el periodismo es una labor muy noble de comunicar los hechos. Desde siempre he estado interesado en el periodismo de investigación, en cómo existen personas que se meten a escarbar hechos completamente terroríficos. Si no existieran estas personas, las historias se quedarían ahí, y son muy importantes.
LJR: Pareciera que los asesinatos de periodistas en México cada vez tienen menos impacto en la gente. ¿Cómo esperas que esta película contribuya a que se hable más sobre el tema?
JXV: Tocas algo que a mí me interesa muchísimo y que es este peligro de normalizar la violencia. Para mí es una cuestión deshumanizadora, terrible. A mí me interesa mucho con esta película hablar también sobre esta cuestión de no normalizar la violencia.
Velasco dijo que se inspiró en los asesinatos de los periodistas Regina Martínez y Rubén Espinosa para su primer largometraje, "Cocodrilos". (Foto: Cortesía)
Es importante seguir hablando de estos temas para recordar a la audiencia que son cosas terribles que no tendrían que estar sucediendo, que se hable del tema, que no se olvide, que no quede ahí como una nota más en el periódico. Es muy lamentable la pérdida de vidas de periodistas, pero es solo un síntoma. Hay una enfermedad que es más grande y eso es algo que no puede estar normalizado.
“Cocodrilos” presenta una historia sobre un fotoperiodista y una periodista que se ven involucrados en desenterrar un hecho terrible, y cómo en México sacar a flote esta verdad tiene un castigo tremendo, porque en México existe esta colusión entre las esferas de poder y el narco. Y hay una impunidad tremenda, donde la justicia es de quien la paga y un oficio como el periodismo, que debería ser parte integral de mantener a la población informada para que pueda tomar cartas en el asunto, de pronto se ve coartada.
LJR: ¿Qué tanto de los casos de Regina Martínez y Rubén Espinosa retrataste en “Cocodrilos”?
JXV: No me basé exactamente en sus casos. Yo diría que fue una inspiración. El personaje del fotoperiodista, que es un joven, le rinde homenaje a Rubén. Y el personaje de la periodista es el homenaje a Regina. La única coincidencia es que la asesinan, pero de ahí en fuera no hay muchos elementos de este caso, tampoco del caso de Rubén.
Sin embargo, al suceder en Veracruz, la película toma algunas cuestiones que sí sucedieron, como el descubrimiento de una mega fosa que se dio en Veracruz, en una colonia que se llama Lomas de Santa Fe. Y también el detalle de que alguien le entregó un mapa de esta fosa de forma anónima a una madre buscadora, ese elemento sí lo tomé.
Me interesaba mucho acercarme desde una perspectiva de mucho respeto. En mi mente también era una manera de rendir homenaje, no solamente a ellos, sino a todos los periodistas que hacen una labor tan tan difícil.
LJR: ¿Hablaste con periodistas sobrevivientes de ataques para el proceso de investigación de la película?
JXV: Tuve entrevistas con periodistas y fotoperiodistas en Veracruz. Todos han tenido experiencias que afortunadamente no pasaron a mayores. Por ejemplo, Iván Sánchez, del Puerto de Veracruz, me contó cómo en esos años él estaba muy joven, pero sí le tocaron agresiones.
Hay un libro que fue muy importante para esto, que se llama “Romper el Silencio”, que recupera varias narrativas de diferentes periodistas que han sufrido acoso, agresiones por parte del crimen organizado, y relata este tipo de agresiones muy vívidamente y a mí me ayudó mucho.
LJR: ¿Ese panorama de cómo se ejerce esa violencia contra los periodistas es el que está en “Cocodrilos”?
JXV: Exactamente. Es una ficción, entonces no me interesaba tanto anclarme a la realidad en el sentido narrativo de la historia, pero sí me interesaba que no fuera una cosa inventada, que sí tuviera como una coherencia y que fuera verosímil.
Hubo una preocupación por ser lo más fiel posible, y por acercarme al tema con mucho tiento. Tampoco quería que fuera una cuestión de porno miseria, de explotación de la desgracia. Busqué ser muy sutil con el tema de la violencia y trabajar más en la cuestión metafórica. También la verosimilitud fue algo que a mí me interesaba muchísimo para tener una narrativa inmersiva.
LJR: ¿Qué películas sobre periodismo o periodistas están entre las que te han marcado?
JXV: De Hollywood hay una que se llama “Spotlight”, que me gustó mucho. “All the President's Men” fue una de mis referentes. Además de que, obviamente, es un clásico del cine, me gusta mucho la dinámica de los personajes.
Hay una película sobre Enrique Metinides [ícono de la fotografía de violencia gráfica en México], es un documental de Trisha Ziff, “El Hombre que Vio Demasiado”. Y acaba de salir una película en Netflix que se llama “Estado de Silencio”, es un documental.
LJR: “Spotlight” y “All the President's Men” hablan de la capacidad del periodismo para fiscalizar y hacer tambalear a instituciones poderosas. ¿Tú crees en este poder del periodismo?
JXV: Yo creo que sí, aunque estamos viviendo unas épocas muy extrañas en las que la desinformación es pan de cada día, en donde cada vez es más difícil refutar las mentiras porque toma el doble de esfuerzo refutar una mentira que decirla. Cuando estás refutando una mentira, ya salieron otras cinco mentiras y la gente se va encadenando.
Hay una pérdida de confianza en ciertas informaciones y, bueno, el mayor peligro es cuando el poder toma el control de las narrativas. Cuando hay un interés económico, como en ciertos medios corporativos, ahí es donde se viene el control de las narrativas.
Yo creo que sí es importantísimo que se defienda este derecho de la prensa, y que se defienda el derecho a conocer la verdad. De esa manera podemos tener herramientas para cambiar la realidad.