El diario La Prensa de Nicaragua circuló por última vez como impreso, al menos temporalmente, este 12 de agosto debido a la falta de materia prima, según informó el mismo periódico. De hecho, la última edición no pudo ser impresa de manera completa, solamente se imprimieron ocho páginas, y el diario Hoy – del Grupo Editorial La Prensa – no pudo ser impreso, según el editorial del periódico.
La Prensa señaló que continuará informando a través de redes sociales y su página web.
De acuerdo con el diario de 95 años, la Dirección General de Aduanas (DGA) del país mantiene “secuestrada en un almacén fiscal la materia prima propiedad de esta empresa”.
Los insumos necesarios para la impresión del medio entran al país por el puerto Corinto y pasan a un almacén fiscal mientras la empresa solicita la exoneración de la importación, explicó el diario. El derecho a exoneración fiscal para las importaciones de medios de comunicación ya sean radiales, televisivos o impresos está estipulado en el artículo 68 de la Constitución Política de Nicaragua.
Según el diario, desde el pasado 26 de julio solicitó la exoneración de 31 paquetes con 62 rollos papel periódico, pero hasta ahora no han recibido respuesta de parte de la DGA. El periódico dijo que las autoridades no pueden tomar más de 10 días para responder la solicitud, según la ley, pero en este momento ya van 18 días.
La Prensa también explicó que han enviado cartas a la DGA así como mensajes vía Whatsapp al director general de la entidad, pero hasta el momento no han recibido ninguna respuesta.
Esta no es la primera vez que La Prensa ve retenido su materia prima vital para el funcionamiento del diario. El 6 de febrero de 2020, la DGA finalmente liberó toneladas de papel y otros insumos que tuvo retenidos por más de 500 días, sin ninguna explicación. En ese momento, la DGA retuvo 92 toneladas de papel periódico, 49 toneladas de papel para imprenta, planchas, gomas, revelador para rotativa, correas, tinta y repuestos que habían llegado en 10 embarques, informó el diario.
En total, La Prensa ha visto la retención de papel y otros insumos durante 75 semanas durante 2018 y 2020, según el editorial.
Por ese motivo, el diario decidió hacer importaciones más pequeñas pero en intervalos de tiempo más cortos. “Sin embargo, han seguido los retrasos en Aduana cuando es solicitada la exoneración por Ley”, informó La Prensa.
Así por ejemplo, en junio de este año La Prensa denunció un retraso en la aduana, pero al otro día fueron liberados los insumos.
“En esta ocasión, la respuesta por parte de la DGA ha sido la más demorada, lo que ha obligado a La Prensa a dejar de circular. El papel propiedad de La Prensa está en el país y solo el bloqueo de la dictadura evita que el periódico lo pueda utilizar para imprimir tanto La Prensa como el Hoy”, escribió el medio.
En la portada impresa de este 12 de agosto, el diario informó sobre esta situación con el titular “La dictadura retiene nuestro papel, pero no puede ocultar la verdad”. Y agregó “no nos callarán”. Informó que mientras los insumos son liberados, tanto las redes sociales como la página web “seguirán brindando noticias y denunciando los atropellos del régimen en contra de la democracia”.
“Condenamos la actitud hostil y anti libertad de prensa del gobierno de Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, quienes apuestan a la asfixia económica y a los continuos ataques contra periodistas y medios de comunicación”, dijo el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Jorge Canahuati, en un comunicado de la organización.
Los ataques a los medios independientes en Nicaragua han sido desenfrenados en los últimos años.
Las redacciones de la revista Confidencial y del canal 100% Noticias fueron allanadas y tomadas por el gobierno.
Varios periodistas han abandonado el país debido a amenazas y agresiones, e incluso La Prensa informó recientemente que varios medios no incluyen las firmas de sus escritores en sus reportajes por agresiones contra el periodismo independiente.
Algunos periodistas incluso han sido blanco de investigaciones penales en un movimiento que organizaciones internacionales han señalado como una estrategia para silenciar la disidencia y la prensa crítica.