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Durante 2019, hubo más de tres mil detenciones arbitrarias en Cuba, varias de estas a decenas de periodistas independientes, activistas y opositores políticos, de acuerdo con un reciente informe del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).
“El pasado año se caracterizó por el incremento de las detenciones en la vía pública sin orden judicial, allanamientos de viviendas, multas, decomiso de bienes privados, palizas, amenazas y retenciones ilegales contra activistas de derechos humanos y periodistas independientes”, señaló la organización destacando el aumento de estas medidas con respecto al año 2018.
Hasta antes de enero de 2013, cualquier persona cubana que quisiera viajar fuera del país tenía que solicitar un permiso de salida. Sin embargo, aun cuando Cuba flexibilizó su política migratoria hace 7 años, sus ciudadanos, sobre todo activistas, políticos de oposición y periodistas enfrentan severas restricciones para viajar al exterior, según comentó en entrevista con el Centro Knight, Luz Escobar, periodista de 14ymedio.
“No hay derecho para moverse libremente dentro del país”, dijo Escobar.
Escobar, quien en los últimos meses ha sido varias veces afectada por arrestos domiciliarios y prohibiciones de salida del país, afirmó que estas medidas restrictivas se han agudizado en los últimos dos años, volviéndose más arbitrarias.
“Lo que antes me pasaba dos veces al año, en los últimos seis meses me ha pasado cinco o seis veces”, dijo Escobar. “O sea, yo noto que han puesto más el foco en mi trabajo, y mi opinión es que el objetivo es que yo deje de hacer lo que hago, porque es lo que me dijeron la última vez que yo tuve delante de mí a un oficial en un interrogatorio, que el objetivo es que yo deje de hacer periodismo”.
De acuerdo con el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), las autoridades impidieron que Escobar salga del país el 22 de mayo, el 19 de agosto y el 21 de septiembre de 2019, sin que exista alguna orden judicial o aviso previo. Asimismo, vía Twitter, la periodista ha denunciado repetidas veces que agentes de la Seguridad del Estado le han prohibido salir de su casa.
“Son 24 horas que no puedes salir de tu casa, a los tres días vuelven otra vez y te vuelven a hacer eso pero pasa, pasa, y lo que hay es que tener resistencia. Yo pienso que al final es una carrera de resistencia en la que hay que tener muy claras las prioridades y también es muy claro hasta dónde son ellos capaces de llegar. Yo pienso que el miedo no puede vencernos en estos casos porque es el objetivo. El objetivo es que tengamos miedo”, dijo Escobar.
“Es una manera menos violenta que otras maneras de ejercer presión, de chantajear –para obligar a los periodistas a dialogar con las autoridades–, de desalentar, en última instancia, el trabajo de los periodistas, de eso se trata”, dijo Maykel González, cofundador y director del sitio periodístico independiente Tremenda Nota, al Centro Knight.
De acuerdo con González, esta norma de “regulación” del gobierno está dirigida principalmente a periodistas, activistas, políticos, opositores, pero también está alcanzando cada vez a más personas, como a médicos, especialistas y hasta a deportistas de alto rendimiento menores de edad. Otro de los objetivos de esta regulaciones del gobierno es buscar el exilio de las voces disidentes, sostuvo el periodista.
“Pronto vamos a tener que hacer la lista de quienes están ahora mismo libres de dejar el país cuando quieran, en vez de quienes estamos retenidos en el país a la fuerza”, dijo González.
El periodista contó que al retornar de un viaje de varios meses que inició el pasado mayo tras cubrir una protesta de la comunidad LGBTI en la capital cubana, fue interrogado por agentes policiales en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, en donde pasó unas horas en custodia antes de ser liberado. Posteriormente, cuando intentó viajar el 2 de diciembre a España, supo ya en el aeropuerto que el Ministerio del Interior le había prohibido la salida.
“Yo no solo he sido víctima de una prohibición de salida, que me afecta bastante, sino de un montón de acosos y de persecución, de molestias en la vida cotidiana que en verdad me han hecho mucho más daño psicológico que la prohibición de salida”, dijo González.
En diciembre de 2019, además de González, el youtuber y colaborador de Tremenda Nota Nelson Álvarez Mairata tampoco pudo salir del país, de acuerdo con la Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP) de Cuba. Según la organización, otro periodista, Yunior Berges, fue interrogado al regresar de Trinidad y Tobago y amenazado de no poder volver a Cuba en un próximo viaje. Berges había viajado al país centroamericano para asistir a un taller de periodismo.
Ese mes, otros tres periodistas sufrieron arresto domiciliario, documentó APLP: Camila Acosta Rodríguez del Club de Escritores y Artistas de Cuba, Iliana Hernández de CiberCuba y el bloguero Agustín López Canino.
“El Estado, a través de su Policía Política, juega con esta situación. En un momento dado estás ‘regulado’, pero pasado unos meses te suspenden la medida, luego te la vuelven a imponer. A la vez, hay algunos que nunca han estado ‘regulados’, eso puede ser una estrategia para generar desconfianza”, dijo José Antonio Fornaris Ramos, presidente de APLP al Centro Knight.
Sobre el tema de las regulaciones migratorias a periodistas independientes y opositores, el Ministro del Interior cubano, Bruno Rodríguez, dijo a Associated Press (AP) en una conferencia de prensa en octubre de 2019, que habría que analizarse caso por caso para saber su justificación, publicó CiberCuba.
El fundador y director de la revista cubana de periodismo narrativo El Estornudo, Abraham Jiménez Enoa, nunca ha salido de Cuba. Jiménez contó al Centro Knight que tiene una regulación migratoria del gobierno desde 2016, con vigencia hasta 2021.
“El gobierno decide si yo salgo o no. Obviamente, he pedido permiso varias veces y me han dicho que no a todas, y en otras ocasiones ni siquiera me han respondido”, dijo. “En Cuba, uno nunca sabe el hecho expreso o explícito, así claro por el cual se toman las decisiones”.
Para Jiménez, hay muchos factores que explican el aumento de las restricciones contra periodistas, uno de los principales es el uso y acceso al internet en la isla. “Yo creo, uno, que por un lado, el internet está ayudando a mostrar esa otra cara de Cuba que estuvo oculta por muchos años, y dos, que justo por el internet, el Estado ha tomado la medida de aumentar su represión contra los opositores, contra los disidentes, entonces, yo creo que por ahí va la cosa, por esas dos vías”, explicó.
Jiménez contó que en diciembre, agentes de la Seguridad del Estado lo retuvieron en su casa. “Era la segunda vez que no me dejaban salir de la casa en cinco meses. Otra vez estuvimos en un interrogatorio; acosan y amenazan a mi familia, a mis familiares, las cosas normales de Cuba. Bueno, no son normales, pero bueno, digo, es lo que sucede en este país cuando de alguna manera le miras a los ojos al régimen. Solo por ser periodista”, sentenció.
En una nota que Jiménez escribió en The New York Times por el Día internacional de los Derechos Humanos, en diciembre de 2019, dijo que en Cuba no había diferencias entre un periodista independiente y un delincuente común. “Las detenciones y hostigamiento a mis colegas y a mí en los últimos meses muestran un recrudecimiento de las políticas cubanas contra la libertad de prensa y acceso a la información”, afirmó.
Jiménez no tiene ninguna duda de que seguirá ejerciendo el periodismo en la isla, a pesar de todos los obstáculos que enfrenta. Desde ahí, él colabora con The New York Times, The Washington Post, BBC, Al Jazeera, Vice, Univisión, L’Internazionale de Italia, Le Courrier International de Francia, entre otros.
Los sitios digitales de la revista El Estornudo, 14ymedio, Tremenda Nota, entre muchas otras publicaciones digitales de periodismo independiente en Cuba, están bloqueados en la isla. La única forma que tienen los cubanos para acceder a sus contenidos es a través de servidores proxy, conexiones vpn, bots vía Telegram o WhatsApp y newsletter o boletines semanales enviados por correo electrónico.
“Yo tengo todo mi derecho a hacer el periodismo que hago, y los que están haciendo algo mal son ellos, por tanto eso me ayuda bastante a entender que no tengo ninguna culpa”, dijo Escobar. “Yo voy a seguir haciendo mi trabajo, y punto. Creo que eso me mantiene ahí, bastante a salvo de lo que es la locura, el estrés, lo que es la inseguridad que puede dar ese tipo de situaciones”, sostuvo.
González, por su parte, dijo que desde que los cubanos tienen mayor acceso a internet (2014), hay un nuevo aire en el periodismo independiente que se hace en la isla, “después de tantas décadas de silencio”. Sin embargo, el periodismo de investigación, debido a la falta de acceso a las fuentes oficiales y a la censura del gobierno con las voces críticas, sigue siendo uno de los grandes pendientes, subrayó.
“Ya es bien, bien difícil dar las coberturas más pequeñas, o contar las historias más sencillas. Imagínate si intentáramos contar las grandes historias, las que, de alguna manera, de verdad comprometen zonas del poder, seríamos borrados. Borrados”, dijo.
*El Centro Knight intentó sin éxito comunicarse con el Ministerio del Interior cubano.
**Esta nota ha sido actualizada para precisar la afiliación del periodista Yunior Berges