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23 por ciento de agresiones contra periodistas en Colombia provienen de la policía, dice FLIP

Por Diego Cruz

La Fundación de Libertad de Prensa (FLIP) de Colombia alertó sobre dos agresiones recientes a un periodista y un fotógrafo por parte de agentes de la policía nacional. Éstas se agregan a las 57 agresiones contra la prensa registradas en los primeros meses del 2014, de las cuales 13, o 23 por ciento, fueron cometidas por la policía.

En el 2013 la policía también fue la fuente de 23 por ciento de las agresiones en contra de periodistas, 28 agresiones de un total de 123 en todo el año. Tanto en el 2013 como en lo que va de este año, fue mayor esta proporción de agresiones que el de aquellas provocadas por bandas criminales y grupos guerrilleras.

Las dos agresiones recientes fueron contra el periodista Manuel Sánchez de la ciudad de Cali y el fotógrafo Francisco Alvarado del municipio de Chía. La FLIP llamó a estos casos “sumamente preocupantes” porque resultaron en “detenciones ilegales, ultrajes a los periodistas” y en un caso la eliminación de material periodístico.

Manuel Sánchez es reportero del canal de televisión “C” y fue agredido mientras cubría una protesta de transportadores en Cali el 19 de marzo. Sánchez, que es camarógrafo, decidió grabar a los agentes policiales mientras capturaban a un manifestante cuando éstos lo notaron, le quitaron su equipo fotográfico, y lo detuvieron, a pesar de que se haya identificado como miembro de la prensa.

Durante su detención, Sánchez fue llevado a la estación de policía La Flora, donde fue golpeado repetidamente, lo cual le dejó lesiones y en incapacidad por 10 días, dijo el periodista a la FLIP. Los policías borraron las imágenes en su cámara y lo detuvieron en una entidad judicial, diciendo que había participado “activamente en los daños que hicieron los manifestantes.”

La otra agresión registrada fue contra Francisco Alvarado, fotógrafo del periódico La Calle en el municipio de Chía el 22 de marzo. Alvarado tomaba fotografías del arresto de un ciudadano por parte de ocho agentes policiales. Cuando éstos lo vieron le insultaron y lo trasladaron a una estación policial local donde estuvo detenido por una hora, donde lo continuaron insultando.

Alvarado buscó ayuda de la Personería Municipal después de este suceso, pero ellos le dijeron que “no tenían la facultad para juzgar la actuación de la Policía”, dijo la FLIP.

La fundación contactó a las autoridades de ambas ciudades, quienes justificaron sus acciones diciendo que los periodistas no habían colaborado con ellos y “alteraban el orden público”.

"La presencia de la prensa en este tipo de escenarios no solo es legal sino necesaria", dijo la FLIP a la policía en su pronunciamiento. "Esto porque los periodistas se convierten en testigo de los hecho y es el principal garante de la correcta actuación de la Fuerza Pública".

Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.

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