Treinta periodistas y empleados de seis medios salvadoreños fueron hackeados con el software espía Pegasus, según una investigación de Citizen Lab. El programa fue desarrollado por la empresa israelí NSO Group y adquirido por varios gobiernos para presuntamente investigar el crimen organizado y el terrorismo. Sin embargo, muchos de ellos lo usaron para monitorear a opositores, activistas de derechos humanos y periodistas críticos.
Las conclusiones son de Citizen Lab, un laboratorio de ciberseguridad de la Universidad de Toronto que realizó los hallazgos con la participación de Access Now, una organización que monitorea la protección de los derechos digitales. Los medios de comunicación afectados son el sitio web El Faro, la revista Gato Encerrado, la revista digital Disruptiva y los diarios La Prensa Gráfica, Diario El Mundo y El Diario de Hoy.
El Faro, uno de los medios más importantes del país y reconocido internacionalmente por sus investigaciones con impacto, fue el blanco principal: 22 periodistas y empleados administrativos fueron hackeados, de un equipo total de 34 personas. La investigación arrojó que El Faro estuvo bajo vigilancia constante desde el 29 de junio de 2020 hasta el 23 de noviembre de 2021. En total se realizaron 226 intervenciones.
“No nos ha sorprendido sabernos intervenidos, sino la cantidad, frecuencia y duración de estas intervenciones. Casi todo El Faro ha sido intervenido. Todo apunta, según los peritajes que hemos analizado, a que el responsable de estas intervenciones es el gobierno salvadoreño, que está utilizando el software para espiar y obtener ilegalmente información alojada en los teléfonos de periodistas. Es completamente inaceptable,” dijo el fundador y director de El Faro, Carlos Dada.
Según The New York Times, el gobierno salvadoreño negó su responsabilidad en el espionaje. Además, NSO Group no quiso decir si su software espía había sido proporcionado a gobiernos salvadoreños pasados o presentes. La empresa dijo a El Faro y Gato Encerrado que usar herramientas cibernéticas para monitorear a los periodistas es un mal uso de la tecnología.
El teléfono de Dada fue intervenido un total de 12 veces. Por otro lado, el número de teléfono que registró más intrusiones fue el del editor en jefe Óscar Martínez: 42. Él es quien, por la naturaleza de su cargo, está al tanto de todas las investigaciones en curso. A otros siete periodistas de El Faro les hackearon los teléfonos más de diez veces.
Los periodos de piratería van desde un día hasta un año bajo ataque constante. En otras palabras: 17 meses de espionaje continuo con pleno acceso a los teléfonos de más de la mitad del personal que labora en este diario, en fechas puntuales que coinciden con diferentes procesos de investigación en El Faro y con hechos relevantes de la vida política nacional o gubernamental.
“Durante el tiempo que ocurrieron los eventos, estos periodistas realizaron investigaciones acerca de la negociación entre el Gobierno y pandillas, el robo de alimentos destinados a la pandemia por parte del director de Centros Penales y su madre, las negociaciones secretas de los hermanos de Bukele para la implementación del Bitcoin, el patrimonio de los funcionarios del actual Gobierno, el manejo de la pandemia o un perfil del presidente Bukele,” escribió El Faro.
“Los reporteros intentaron reunirse en persona con las fuentes y usar mensajes encriptados, pero el gobierno siempre parecía saber lo que estaban haciendo. Ahora tenemos una explicación. Nos hackearon”, dijo Martínez a The Washington Post. “Toda la redacción va a seguir investigando. Seguiremos con esto, no lo duden”.
En 11 de los casos, los expertos concluyeron que los teléfonos de los empleados del periódico fueron intervenidos. En los otros 11, los expertos concluyeron que hubo extracción de datos. El informe pericial no pudo determinar qué tipo de información se eliminó de los teléfonos, pero el acceso proporcionado por Pegasus permite extraer lo que haya en el teléfono, como fotos, conversaciones, audio y contactos. El informe pericial no descarta la posibilidad de que se robara información de los otros teléfonos, pero pudo concluir sin reservas que esto ocurrió en 11 casos.
“Este es uno de los casos de espionaje más impactantes y obsesivos que hemos investigado”, expresó John Scott-Railton, investigador sénior de Citizen Lab a El Faro. “Se gastaron millones de dólares en esta herramienta de espionaje (en el caso de El Faro); pero en lugar de estar siendo usado para combatir el crimen, las licencias fueron usadas cientos de veces para vigilar periodistas.”
El 23 de noviembre, Apple envió un correo electrónico a 12 empleados de El Faro con una advertencia de que podrían haber sido objeto de espionaje patrocinado por el Estado. En ese momento, la compañía dijo: “Es probable que estos atacantes lo estén atacando individualmente debido a quién es usted o qué hace. Si su dispositivo se ve comprometido por un atacante patrocinado por el Estado, es posible que pueda acceder de forma remota a sus datos confidenciales, comunicaciones o incluso a la cámara y el micrófono".
Después de El Faro, el segundo medio salvadoreño con más intrusiones es la revista Gato Encerrado, especializada en investigaciones periodísticas. A tres periodistas del medio les hackearon los teléfonos, según el análisis de Citizen Lab.
“Las fechas en las que Citizen Lab confirmó un hackeo exitoso y una extracción de información exitosa coinciden con periodos clave de ejercicio periodístico y de desarrollo de investigaciones que, de alguna forma, afectan la imagen del gobierno del presidente Nayib Bukele”, escribió Gato Encerrado.
Los otros 17 hackeos fueron en los teléfonos de un periodista de El Diario de Hoy (10), uno de Diario El Mundo (2), de la revista digital Disruptiva (2), del diario La Prensa Gráfica (1) y un periodista independiente (2).
Prensa salvadoreña bajo presión
En respuesta a la revelación de espionaje a periodistas salvadoreños, 15 organizaciones internacionales, medios de comunicación e individuos pidieron en una carta una investigación seria por parte de las autoridades salvadoreñas. Entre las organizaciones se encuentran el Comité para la Protección de los Periodistas, Artículo 19 y Amnistía Internacional.
“El trato hostil de Nayib Bukele a los medios comenzó en los inicios de su presidencia, cuando, durante los primeros meses de su mandato, generalmente evitaba dar conferencias de prensa. En cambio, usó su cuenta personal de Twitter para emitir órdenes, despedir a funcionarios públicos y acosar a los periodistas, a quienes a menudo clasifica arbitrariamente como ‘activistas políticos’. El gobierno salvadoreño ha acosado repetidamente a los periodistas de El Faro y Gato Encerrado en particular”, dice el comunicado.
El periodismo crítico de investigación de El Faro y Gato Encerrado, y otros medios, es una espina en el costado del presidente salvadoreño Nayib Bukele, quien está en el poder desde 2019. A pocos meses de la toma de posesión del nuevo gobierno, periodistas en El Salvador advirtieron sobre falta de acceso a fuentes oficiales y poca tolerancia del nuevo gobierno a las críticas. Un año después, Bukele anunció una auditoría fiscal a las cuentas de los medios, acusados de lavado de dinero. En respuesta, 600 periodistas e intelectuales de 47 países firmaron una carta en defensa de El Faro y la enviaron a la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En enero de 2021, la CIDH otorgó medidas cautelares de protección a 34 periodistas y empleados de El Faro, “sometidos a hostigamiento, amenazas, intimidación y estigmatización -principalmente a través de las redes sociales- a causa de sus actividades periodísticas”. La Comisión entendió que los profesionales se encuentran “en una situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable a sus derechos”.
Proyecto Pegaso
La revelación de que los periodistas salvadoreños fueron objeto de espionaje se produce seis meses después de los primeros informes del Proyecto Pegasus, una investigación colaborativa transnacional que reveló cómo los gobiernos de 10 países utilizaron el software de NSO Group para espiar a periodistas, opositores políticos y defensores de los derechos humanos. Ochenta periodistas de 17 medios de comunicación de diez países participaron en la investigación original, basada en 50 mil números de teléfono obtenidos por Amnistía Internacional y Forbidden Stories. En América Latina, los reporteros de Aristegui Noticias y Proceso, de México, formaron parte del equipo.
Con base en informes del Proyecto Pegasus, Reporteros sin Fronteras (RSF) denunció al Grupo NSO en los tribunales franceses y en la ONU. Diecinueve periodistas de siete países forman parte de la denuncia. Sus teléfonos aparecen en la lista de objetivos de clientes de la empresa israelí. De México, al menos cinco periodistas fueron espiados: Marcela Turati, Alejandra Xanic Von Bertrab, Ignacio Rodríguez Reyna, Jorge Carrasco y Álvaro Delgado.
En noviembre, la Fiscalía General de México anunció el arresto de una persona presuntamente involucrada en espiar a un periodista con Pegasus. Identificado por las autoridades como “Juan Carlos G” está acusado de intervenir comunicaciones privadas sin mandato de autoridad judicial, con el agravante de haber sido cometido contra una periodista “con el objeto de afectar, limitar y menoscabar su libertad de expresión”. expresión”, informó la Associated Press.