La Fiscalía General de Colombia determinó que el asesinato del periodista Jaime Garzón, ocurrido el 13 de agosto de 1999, no puede ser caracterizado como un delito de lesa humanidad, informó en un comunicado la institución.
De acuerdo con la Fiscalía, al analizar las características del crimen no se halló “la demostración de la existencia de los elementos para tomar una decisión en ese sentido”, es decir, no se ha dado “el elemento de que se trate de un ataque sistemático y generalizado contra la población civil”. Sin embargo, agregó que un futuro podría tomarse otra decisión.
En los últimos años, familiares de Garzón junto a organizaciones como la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ) y el Colectivo de Abogados ‘José Alvear Restrepo’ (Cajar) han venido luchando para que el crimen sea calificado como uno de lesa humanidad.
El objetivo principal es evitar la prescripción del caso que podría significar dejar el crimen en la impunidad. En la legislación colombiana tras 20 años de la comisión de un crimen, éste prescribe, es decir, se termina el tiempo para hacer las investigaciones pertinentes y hallar los culpables del caso.
La impunidad en los crímenes contra periodistas como consecuencia de esta legislación es una de las mayores preocupaciones de familiares de víctimas y de organizaciones de defensa de libertad de prensa, como la FLIP. Homicidios como el de Guillermo Cano, director de El Espectador, y de Eustorgio Colmenares Baptista, director de La Opinión, han sido reclasificados como crímenes de lesa humanidad. Los delitos de los que fue víctima Jineth Bedoya también fueron clasificados de esta manera.
Aunque el homicidio de Garzón prescribiría en 2019, teniendo en cuenta los pocos avances que el caso ha tenido en casi 16 años, su próxima prescripción es una preocupación para sus familiares y otras organizaciones.
La Fiscalía señaló que no hay riesgo de que el crimen prescriba y que “continúa investigando a los demás responsables que eventualmente participaron en el homicidio”, informó Colprensa.
Hasta el momento, por su homicidio ha sido condenado el ex jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Carlos Castaño, en 2004, después de que éste fue asesinado. En junio de 2011, la Fiscalía acusó a José Miguel Narváez, ex subdirector del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), como presunto autor intelectual del asesinato.
En la decisión del pasado 9 de junio, la Fiscalía también confirmó la acusación en contra de Jorge Eliécer Plazas Acevedo, coronel retirado del Ejército. Plazas Acevedo fue llamado a juicio acusado de ser coautor intelectual del crimen, informó la revista Semana.
Garzón fue asesinado en Bogotá cuando se dirigía a las instalaciones de la emisora Radionet donde tenía su programa. De acuerdo con la Fiscalía, el asesinato de Garzón fue planeado entre paramilitares y militares corruptos, informó Semana. Según la FLIP, a la muerte de Garzón le antecedían 90 periodistas asesinados, “y con su muerte siguió un trágico periodo para la libertad de prensa en Colombia”. En cuatro años (1999-2002) fueron asesinados 32 periodistas por motivos relacionados con su trabajo, agregó la FLIP.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.