A Juan Carlos Hernández Ríos (29) lo mataron a balazos llegando a su casa la noche del martes 5 de septiembre, en el estado mexicano de Guanajuato. Los asesinos fueron dos sujetos desconocidos que, según los vecinos, llevaban horas esperándolo. Hernández falleció en el hospital, informó el sitio mexicano Sin Embargo.
Desde hace un par de meses, Hernández Ríos había entrado como colaborador a La Bandera Noticias. Su función principal era transportar a Alejandro Chávez, reportero de ese medio, a sus comisiones y asistirlo en el registro de videos y fotografías. Chávez suele cubrir noticias policiales, sobre todo los hechos relacionados con el crimen organizado, informó el portal Zona Franca.
“Como cada vez se hizo más frecuente (su participación), se le contrató ya de manera diaria. Todos los días salíamos en la mañana, muy temprano, porque todos los días se registraban hechos, sino en Yuriria, en otros municipios de la zona”, dijo Chávez a Zona Franca. El reportero subrayó que Hernández se convirtió en parte del equipo.
En diciembre de 2016, la organización defensora de la libertad de expresión e información Artículo 19 de México emitió una alerta en relación a Chávez, por haber sido amenazado por el hijo del actual alcalde de Yuriria, Gerardo Gaviña. Estas amenazas empezaron desde que el reportero de La Bandera Noticias publicó sobre el desalojo de terrenos a un grupo de campesinos por parte del gobierno municipal, informó Infobae.
El coordinador de comunicación social del gobierno de Guanajuato, Enrique Avilés Pérez, negó que Hernández haya ejercido el periodismo, publicó Zona Franca.
Avilés también se comunicó con Aristegui Noticias para esclarecer que Hernández era principalmente taxista, desde hace años, y no periodista.
No es poco usual que funcionarios del gobierno en México, al referirse sobre el asesinato de un periodista o un trabajador de un medio de comunicación, minimicen o nieguen que su muerte esté relacionada a su profesión.
En relación al asesinato de Hernández, el jefe de información de Zona Franca, Javier Bravo, dijo en el programa noticioso de Carmen Aristegui que la tasa de ejecuciones ligadas al crimen organizado y de asesinatos del estado de Guanajuato se ha incrementado en una cifra sin precedentes. En lo que va del año, se han registrado cerca de 830 asesinatos en ese estado, dijo Bravo.
Hernández, que trabajaba para el medio La Bandera Noticias de Yuriria, en Guanajuato, sería el décimo primer comunicador en ser asesinado en lo que va del año 2017 en México.
Muchas organizaciones en México clasifican de acuerdo a sus propios criterios el número de homicidios o agresiones contra periodistas. Uno de estos criterios podría ser el que exista o no evidencia directa de que el periodista o comunicador haya sido asesinado por motivos relacionados a su trabajo. Sin embargo, el mayor consenso sobre estas cifras indica que en lo que va del año 2017, son once los periodistas o comunicadores mexicanos los que han sido asesinados.
Según el reciente informe de Artículo 19 de México, cada 15.7 horas un periodista es agredido en México. Asimismo, durante la primera mitad del año 2017 se ha incrementado en 23% las agresiones contra los trabajadores de medios de comunicación en relación al año anterior, publicó Animal Político.
“Cualquier agresión en contra de periodistas y defensores de derechos humanos es inaceptable, pero es especialmente alarmante cuando son víctimas de ataques directos, violentos y de homicidios”, dijo en un comunicado la organización defensora de los derechos humanos Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés).
Asimismo, la organización señaló que los recientes asesinatos y agresiones contra comunicadores en México demuestran que los mecanismos federales y locales para la protección de periodistas existentes actualmente en México – como el Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de la Gobernación (Segob) y la Procuraduría General de la República (PGR) – no son suficientes ni para prevenir ataques en contra de periodistas ni para garantizar su protección.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.
