En México, matar a un periodista es como “matar a nadie”. Así atestiguan los altos índices de violencia contra comunicadores y de impunidad en estos casos. De esta premisa partió el colectivo Reporteras en Guardia, que reúne a 140 periodistas – todas mujeres – en 24 de los 32 estados mexicanos (incluyendo la Ciudad de México) dedicadas a recordar a cada uno de los 176 compañeros asesinados o desaparecidos en el país desde el año 2000 hasta octubre de 2018.
Lanzado en agosto, el memorial Matar a Nadie es el principal proyecto del colectivo que comenzó como una “conversación de café” entre dos colegas, como contó Georgina Montalvo, periodista freelance con 15 años de experiencia profesional y miembro del grupo.
“La iniciativa de Reporteras en Guardia se empieza a gestar a principios de este año en una conversación de café entre Vania [Pigeonutt] y Laura Castellanos. Se empezó a conversar sobre la situación de los y las periodistas aquí en México, y de cómo se estaba sistematizando por organizaciones civiles”, dijo Montalvo al Centro Knight.
Ellas decidieron mirar las bases de datos sobre violencia contra periodistas sistematizadas por cuatro organizaciones: Artículo 19 México, Comunicación e Información de la Mujer (Cimac), Reporteros Sin Fronteras (RSF) y el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Cruzando las cuatro bases de datos, llegaron al número de 176 comunicadores – periodistas, fotoperiodistas, radialistas y otros trabajadores de la prensa – víctimas de asesinato o desaparición forzada en el país desde el año 2000.
“Y más allá de las cifras lo que quisimos hacer, el espíritu de este memorial que es el primer proyecto de Reporteras en Guardia, se trata de los perfiles de cada uno de estos compañeros reporteros y reporteras. Hemos estado descubriendo, a través de las historias, que son personas que ocupaban diversos cargos en las redacciones. Tenemos desde reporteros que estaban en la calle, editores, columnistas, dueños de los medios de comunicación. Justamente se trata de hacer un gran avistamiento de quiénes eran estas personas, más allá de los números”, dijo Montalvo.
Los perfiles son investigados y escritos por las periodistas del colectivo, que se organiza como una red que cubre casi todo México. El grupo se formó a partir del núcleo coordinador, que además de Pigeonutt y Castellanos cuenta con Dunia Rodríguez, que se ocupa de la distribución de los perfiles entre las reporteras, y Silvia Gámez, coordinadora editorial del proyecto.
Ellas fueron invitando a colegas que consideraban que podían interesarse por el proyecto y que trabajaban en las regiones donde vivieron los periodistas que serían perfilados. “El objetivo también en este sentido era que fueran las mismas compañeras de los estados las que respondieran por estos perfiles, porque son las que conocen el contexto y las que viven en estas regiones apartadas, muchas en zonas donde ya prácticamente hay muy pocos reporteros, [ni] qué decir de mujeres”, dijo Vania Pigeonutt al Centro Knight.
Aunque se están perfilando periodistas hombres y mujeres, el colectivo Reporteras en Guardia está formado exclusivamente por mujeres. Una de las razones es la intención de visibilizar el trabajo de las mujeres periodistas, “invisibilizadas históricamente” en México, dijo Pigeonutt.
“Somos más de la mitad de la población en el mundo, y tenemos en verdad una mirada particular de los problemas y más cuando somos directamente afectadas”, dijo Montalvo. “La presencia femenina en el gremio cada vez es más, y estamos convencidas de que a partir de este siglo la mirada femenina nos ha hecho dar una lectura distinta a todas las víctimas de los casos de violencia que se han registrado en el país, pues han sido las mujeres las que nos hemos volteado a ver la onda expansiva de los efectos de la violencia y a hablar más de las personas afectadas”.
Señala también que una red de mujeres es también “una red de protección, para protegerse mutuamente en la vida diaria, en la práctica diaria del reporteo, y también incluso el soporte emocional, la plática entre mujeres, entre amigas, con la solidaridad de la que muchas hacemos gala”.
Participando del proyecto hay reporteras de edades y trayectorias muy diversas, contó Montalvo, lo que se ha traducido en una experiencia profesional enriquecedora para todas las involucradas. “Todas estamos aprendiendo de todas”, afirmó.
El trabajo de todas ellas es voluntario, dijo Montalvo. Ninguna de las periodistas involucradas en la producción del memorial está recibiendo dinero por su trabajo. Ellas pagan los costos de los reportajes de su propio bolsillo y con donaciones personales de colegas y partidarios del proyecto.
“Es un proyecto de camaradería, y que estamos convencidas que es necesario hacerlo. No hay recursos de ninguna institución, organización civil, sino de ciudadanos que comparten nuestra visión respecto a la importancia que tiene el gremio periodístico en la sociedad”, dijo.
Hasta el momento se han publicado 38 perfiles en el memorial Matar a Nadie, y esperan tener todos los 176 perfiles publicados en los primeros meses de 2019. Además de hablar sobre la vida de la persona asesinada o desaparecida y las circunstancias de su muerte o desaparición, el trabajo de Reporteras en Guardia también incluye determinar en qué punto se encuentra la investigación o el juicio de los crímenes.
La intención de ellas es establecer el índice de impunidad en los crímenes que están reportando, lo que podrán divulgar al final del trabajo. En enero de este año, el director del Programa de Agravios a Periodistas y Defensores Civiles de Derechos Humanos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México, Rodrigo Santiago Juárez, afirmó que el 90% de las agresiones contra periodistas registradas desde el año 2000 estaban en impunidad, según publicó la revista Proceso.
Aunque la mayoría de los perfiles del memorial tratan de periodistas asesinados en razón de su trabajo, esta situación no se aplica a todos los casos computados por Reporteras en Guardia. Está el caso de Jazmín Martínez Sánchez, secuestrada y asesinada por criminales que intentaron extorsionar dinero de su familia, y Selene Hernández León, quien se suicidó tras desarrollar esquizofrenia y psicosis presuntamente como consecuencia de su trabajo como periodista investigativa, según su perfil en el sitio.
“Decidimos considerarlos porque consideramos que son ataques contra la libertad de expresión y el periodismo”, dijo Pigeonutt, explicando que ellas consideran que todos los periodistas fueron víctimas de la violencia organizada en México, aunque no hayan sido muertos o desaparecidos debido al trabajo que hacían.
“Violencia organizada es un término para dejar de nombrar al narco como único responsable de todo”, afirmó.
“Hay un costo para quienes denuncian los actos de corrupción, y más allá del narcotráfico, que justamente es el discurso que quisimos contrarrestar con todos estos perfiles, para dar evidencia de que los crímenes contra periodistas no son producto únicamente del crimen organizado”, dijo Montalvo. “El Estado, las instituciones, en los tres niveles de gobierno, están coludidos [con el crimen organizado]. Quien tiene el poder político aquí se siente en impunidad para atentar contra algún periodista que haya publicado información que le representa incomodidad”.
El 25 de octubre, Reporteras en Guardia realizaron una protesta frente al Palacio Nacional, sede del gobierno mexicano, en la Ciudad de México. Ellas destacaron el #SaldoEPN: 65 periodistas asesinados o desaparecidos en los seis años de mandato del presidente Enrique Peña Nieto, que cierra su gobierno el 30 de noviembre.
“Queremos hacer así el énfasis de que sí, Peña Nieto, te vas y uno de los saldos pendientes que dejas a esta sociedad, al país que gobernaste durante seis años, es este que tienes con el gremio periodístico”, dijo Montalvo. “Quisimos dejar claro para directamente impugnarlo a él, de que él como responsable de la seguridad nacional deja pendiente este saldo”.
Montalvo recordó la crisis presupuestaria en el mecanismo de protección a periodistas y defensores de derechos humanos de México, que estuvo a punto de quedarse sin dinero en septiembre de este año. “Como muchos mecanismos en México, a la hora de ponerlos a funcionar, no cuenta con las condiciones adecuadas para que sean efectivos justo en la procuración de protección y de defensa de los periodistas”.
Reporteras en Guardia pretenden llevar el tema de la violencia contra periodistas en México a la agenda del nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador, que asume el cargo el día 1 de diciembre. Como candidato, López Obrador mencionó más de una vez la necesidad de fortalecer la protección a periodistas en el país, pero después de ser elegido no volvió a hablar sobre el tema.
“Ahora que va empezar el nuevo gobierno, no vamos a quitar el dedo del renglón, vamos a estar haciendo de manera recurrente el recuerdo de este saldo que deja [el gobierno de Peña Nieto]”, aseguró Montalvo. “Obviamente el nuevo gobierno tiene la obligación también de crear la manera de llegar a la verdad de todos estos casos, de sancionar a los responsables, y de acabar con esta evidente impunidad que hay en los casos”.