César López Linares colaboró con esta historia.
“En menos de 72 horas perdimos a cerca del 80 por ciento de nuestros anunciantes. La mayoría de ellos dependían en gran medida del turismo, y con el cierre de las fronteras y la pandemia que apenas comenzaba, todos batallamos para estirar los gastos”, dijo Gabriela Brenes, directora ejecutiva del periódico de La Voz de Guanacaste, de Costa Rica, a LatAm Journalism Review (LJR).
El periódico, el cual se publica en español y en inglés, canceló su edición impresa y se volvió un medio exclusivamente en línea.
“Esto abrió nuevas oportunidades para una transformación digital radical, un proceso por el que todavía estamos atravesando”, dijo Brenes, quien se unió al equipo de seis personas que trabajan en la publicación al principio de la pandemia.
Como La Voz de Guanacaste, pequeños periódicos impresos a lo largo de América Latina se han tenido que adaptar a los cambios traídos por la pandemia, los cuales aceleraron sus transiciones al mundo digital y forzaron a las publicaciones a encontrar nuevas fuentes de ingresos.
Muchos sufrieron la pérdida de anunciantes y enfrentaron regulaciones gubernamentales que implicaban que la circulación en físico del producto no fuera posible.
Por ejemplo, se estima que la publicidad en periódicos impresos de América Latina cayó 21 por ciento de 2019 a 2020, de acuerdo con el informe PwC Global Entertainment and Media Outlook: 2021-2025.
Los efectos de la pandemia tuvieron como consecuencia que muchos periódicos tuvieran que recortar su tiraje, volverse completamente digitales, reducir colaboradores y salarios o deshacerse de espacios de oficina.
En general, se estima que la circulación de medios impresos en América Latina sufrió una caída del 16.3 por ciento en 2020, de acuerdo con datos de PwC, publicados por Statista.
LJR habló con tres periódicos pequeños de la región sobre el impacto del COVID-19 y cómo se están recuperando, pese al hecho de que esta pandemia global no ha mostrado señales de desaceleración.
Aumentando la publicidad digital a través de nuevos productos
Antes de la pandemia, La Voz de Guanacaste publicaba cerca de 48 mil ejemplares al año de un periódico mensual bilingüe cuyos costos de impresión y distribución eran de cerca de US 24 mil dólares anuales. Entre el 15 y el 18 por ciento de sus ingresos venían de publicidad, principalmente derivada de su versión impresa.
Luego la pandemia golpeó a la zona, la cual dependía en gran medida del turismo.
“Llamaron a esa temporada la temporada cero, porque había cero turismo, cero trabajo, cero ingresos”, dijo Brenes. “Para nosotros fue un poco así también”.
Al equipo se le asignó la tarea de averiguar cómo hacer dinero a partir de su edición digital. De modo que comenzaron experimentando con un programa de membresías, gracias a un pequeño fondo del Centro Internacional para Periodistas (ICFJ, por sus siglas en inglés), y lanzaron un producto premium.
“Queríamos probar la hipótesis: ¿qué tipo de productos de noticias tendrían las tasas de conversión más altas para un programa de membresías, sabiendo que nuestro negocio no es necesariamente en volumen, dado que somos un medio de noticias pequeño que sirve a comunidades pequeñas, sino en la calidad de esas interacciones?”, dijo Brenes.
El nivel de membresía más popular hasta ahora incluye acceso al boletín premium Nosara, el cual tiene una tasa de conversión alta, de acuerdo con Brenes. La Voz de Guanacaste espera replicar esta experiencia y modelo de Nosara en otras comunidades y newsletters.
El equipo también comenzó a hacer historias patrocinadas y a ofrecer publicidad digital en nuevos espacios, como podcasts o realidad aumentada. Claro, todo esto significó establecer códigos éticos para la publicidad.
Ahora, Brenes dijo que la publicación aún depende en gran medida de fondos y filantropía para obtener ingresos, pero está viendo un lento aumento en la publicidad digital.
El medio también está entre los 21 proyectos de América Latina recientemente seleccionados para participar en el Reto de Innovación de Google News Initiative (GNI). Ganaron con una propuesta para el proyecto GuanaData, el cual combina periodismo investigativo y de datos para revelar corrupción en el gobierno local y capacita a los ciudadanos para acceder a información pública, explicó Brenes.
Dijo que este apoyo les ayudará en una variedad de actividades, incluyendo el uso de aprendizaje automático e inteligencia de negocios para reducir los costos de operación y agilizar la creación de productos de noticias. También contribuirá a avanzar la cultura de producto en América Latina.
“Estamos viendo mucha necesidad en términos de tener conversaciones sobre productos y cómo navegar en esta transformación digital”, dijo Brenes. “Realmente queremos invitar a otras personas de la comunidad y de otras redacciones de América Latina a unirse a esta experiencia de GNI para que finalmente podamos tener algunas bases sobre qué ayuda y qué no ayuda en nuestra región”.
Encontrando nuevas fuentes de ingresos y reforzando lo digital
Al inicio de la pandemia, Voces, un diario regional de Tarapoto, ubicado en la provincia de San Martín, en Perú, tuvo que poner en pausa la circulación de su versión impresa por la caída en anunciantes a causa de la paralización de la economía y porque se le dificultó la compra de insumos.
Voces no quiso perder los contratos publicitarios que seguían vigentes, de modo que tuvo que reenfocar su estrategia publicitaria al terreno digital.
El medio siguió armando su versión impresa pero para distribuirla en formato PDF a través de internet, además de usar las redes sociales del diario para publicar publicidad y así cumplir con los anunciantes.
“Yo seguía haciendo anuncios, esfuerzos con la página web, y ya tenía clientes con los que yo hablé y empecé a bombardear sus artículos, su publicidad por las redes”, dijo Rosali Quevedo, actual gerente de Voces, a LJR. “Fue repotenciar esa parte que estaba un poco flaca. No le dábamos mucha atención y en ese momento sí se convirtió en una herramienta que teníamos que usarla”.
Sin embargo, el periódico también enfrentó otras dificultades.
El fundador del periódico y padre de Rosali Quevedo, el periodista Julio Quevedo Chávez, falleció al inicio de la pandemia, lo que forzó a su hija a tomar las riendas de la publicación. El diario se tuvo que reconstituir como una nueva empresa. Y como una organización de reciente creación, no era elegible para el programa Reactiva Perú, el cual ofrecía préstamos sin intereses a empresas.
Para impedir que el periódico de 15 años de historia desapareciera, Quevedo hizo una gran apuesta: participar en un concurso para que Voces se convirtiera en el “diario judicial” de San Martín. Es decir, en el medio impreso en el que las autoridades publican avisos judiciales, ordenanzas municipales, decretos de alcaldía y acuerdos municipales, al cual se elige cada año a través de una licitación.
En abril de 2021, Voces ganó la licitación. Este nombramiento le ha permitido al medio comenzar a recuperarse de las profundas dificultades que vivió en 2020.
“Si no hubiéramos tenido esto, quizá seguiríamos pasándola mal, porque ahorita con esto nosotros estamos volviendo a nivelarnos, poco a poco a salir de las deudas”, dijo Quevedo.
Para poder aspirar a ser el “diario judicial” de San Martín, Voces tenía que volver a la circulación en papel. Los directivos sabían que ese nombramiento significaba una considerable posibilidad de ingresos, por lo que decidieron apostarlo todo, endeudarse y volver a imprimir el diario.
“Me la jugué porque sabía que esto [la licitación] se venía y para poder preparar el camino no podía dejar de salir. Y tenía la certeza de que se podía hacer esto”, dijo Quevedo.
Para evitar despedir empleados en 2020, Quevedo se apoyó en su profesión como diseñadora gráfica para generar ingresos extra, tanto personales como para los gastos del diario. Actualmente la redacción se mantiene con siete miembros fijos y alrededor de seis reporteros distribuidos en los diferentes distritos de San Martín.
La circulación impresa del diario es actualmente de 4 mil ejemplares, mil menos que antes de la pandemia, pero con una presencia más fuerte en la web.
Voces sigue trabajando en reforzar su estrategia digital mientras su nombramiento como “diario judicial” sigue vigente para, en caso de no ganarlo nuevamente en 2022, tener nuevas fortalezas que les ayuden a salir adelante.
“Nos hemos empoderado en la parte de difusión en las redes y ahorita somos el diario digital de la región de San Martín, somos conocidos así y nos hemos empoderado de esa forma”, dijo. “Hemos tratado de ver este tema [de la estrategia digital] con más fuerza, repotenciando la página web, difundiendo más”.
Una oportunidad de mentoría y suscripciones
Para el periódico La Opinión, de la ciudad de Cúcuta, Colombia, la pandemia representó enormes dificultades como para muchos medios en el mundo. Pero también significó la oportunidad de llevar a cabo los proyectos y ajustes necesarios para fortalecerse como medio que habían venido postergando por años.
La crisis por COVID-19 empujó al diario a acelerar el fortalecimiento de su estrategia digital, ampliar su oferta publicitaria y cambiar la dinámica de su redacción a una más enfocada a los contenidos en internet.
Entre abril y mayo de 2020, el diario con 63 años de historia tuvo que dejar de circular su versión impresa a causa de la incertidumbre por la pandemia, para proteger a sus voceadores y personal de calle y en parte también a una caída de 39 por ciento en sus ingresos por publicidad.
“Esa parte fue muy difícil pero fue un momento también de reflexión y de darnos cuenta que tan importante era nuestro rol para la región, para la ciudad y aun para nuestros mismos trabajadores”, dijo a LJR María Catalina Colmenares, consultora de estrategia de La Opinión. “Con eso decidimos seguir adelante y cuando la cosa comenzó a calmarse, decidimos volver a imprimir, y salir con muchas medidas de seguridad”.
Para su fortuna, el diario fue seleccionado para participar en el programa de apoyo a medios de noticias de América Latina afectados por el COVID-19 de Facebook y el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ, por sus siglas en inglés), el cual otorgó a 44 medios seleccionados montos de entre US 10 mil y 40 mil dólares, además de introducirlos en un programa acelerador para ayudarlos a fortalecer sus modelos de negocio.
Gracias a ese programa, La Opinión no solo pudo sobrevivir a la pandemia, sino que pudo llevar a cabo su fortalecimiento digital bajo la mentoría de expertos y adaptar sus dinámicas y prioridades con miras a diversificar sus fuentes de ingreso en el futuro. Actualmente, ha logrado volver al tiraje de 10 mil ejemplares diarios que registraba antes de la pandemia.
“Ese acelerador funcionó super bien, nos dio mucha gasolina y nos dio mucha información bastante necesaria”, dijo Colmenares. “Realmente nos salvó la vida. Gracias al apoyo económico y que el dólar se apreció en Colombia, pudimos pagar una parte de Piano, que es el software que es el que nos ha permitido lanzar nuestra estructura de suscripciones digitales”.
Entre los cambios que ejecutó La Opinión para reforzar su presencia en digital está la incursión en periodismo de datos, visualizaciones y nuevos formatos para sus historias. También capacitaron a sus periodistas para pensar sus contenidos con un enfoque mucho más digital desde el principio. Asimismo, reorganizaron la configuración de su redacción, en la que antes estaba muy marcada la división entre el equipo de la versión impresa y el equipo web.
“Lo que hacemos ahora es una operación mucho más circular: todo el mundo produce para todos. Los periodistas producen la noticia y ellos mismos deciden cómo la quieren ver en el impreso y cómo la van a enriquecer para digital, todo desde una misma área”, dijo Colmenares.
En mayo de este año lanzaron su programa de suscripciones, el cual consiste en un muro de pago parcialmente poroso que incluye hasta 15 artículos gratis antes de solicitar registro. El diario ofrece ahora una sección de contenidos “premium”, exclusivos para los suscriptores, así como charlas y eventos. Su idea es crear una comunidad que sea cercana con sus miembros.
“Para nosotros es una inversión, apostando al futuro del negocio. Los números siguen en rojo, pero si no hacemos esto, van a estar cada vez más rojos”, dijo Colmenares. “Si hacemos esto tenemos la ilusión y la aspiración de que eventualmente esto nos ayude a salir de ese rojo”.