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A veces lo local es internacional, dice ex corresponsal del Houston Chronicle tras cierre de oficinas en México

Por Zach Dyer

Tras trabajar para el Houston Chronicle por más de 20 años en México y otras partes del mundo, su ex corresponsal Dudley Althaus concluyó su carrera con el periódico el mes pasado cuando el Chronicle decidió cerrar sus oficinas en la Ciudad de México. Poco después del anuncio, el ex jefe de la oficina del New York Times en la Ciudad de México Marc Lacey dijo que el suceso marcaba el “fin de una era”.

Althaus comenzó su carrera como periodista con el Brownsville Herald, trabajó hasta llegar al Dallas Times Herald, luego a sus oficinas en la Ciudad de México, y eventualmente saltó al Houston Chronicle. Althaus ha reportado desde América Latina, Somalia, Pakistán, Haiti y Sudán. Fue un finalista para el Premio Pulitzer en 1992 por su trabajo cubriendo una epidemia de cólera en Perú, México y Guatemala.

Althaus habló con el Centro Knight para el Periodismo en las Américas sobre el futuro de las corresponsalías, cómo la violencia ha cambiado la naturaleza del trabajo periodístico en México, y dio algunos consejos para aquellos periodistas jóvenes interesados en meterse al mundo de la cobertura internacional.

Centro Knight: El Houston Chronicle no es el primer periódico en busca enfocarse más en la cobertura local.¿Aún queda espacio en los periódicos locales para la cobertura internacional? ¿Cuál debería ser el modelo?

Dudley Althaus: Bueno, todavía tienes a los tres o cuatro grandes que siguen en el juego. Habló del Washington Post, el Wall Street Journal y el New York Times. El Los Angeles Times se encuentra ahí ligeramente más abajo que los demás, creo, en cuanto al alcance y sustentabilidad de sus oficinas (en todo el mundo). Pero incluso el Washington Post está retrocediendo bastante. Han convertido a muchas de sus oficinas en “oficinas de laptop”.

Básicamente, la manera en la que yo dirigía mi oficina era desde mi casa y no contaba con la infraestructura que otras oficinas tienen aquí en la Ciudad de México: secretarias, conductores, investigadores; ese tipo de cosas. Yo trabajaba por mi cuenta la mayoría del tiempo. Nunca tuvimos la estructura formal de una oficina grande. Siempre fuimos pequeños y light, nos considerabamos como una especie de “guerrilla” luchando contra los muchachos grandes. Creo que hay muchas maneras de cubrir las noticias internacionales sin que tenga que ser algo costoso. Creo que ese es el modelo que todos nosotros tenemos que empezar a ver más y más.

CK: Suena como que ustedes ya habían comenzado a trabajar con presupuestos apretados. ¿Cómo pueden las oficinas internacionales sobrevivir cuando las redacciones siguen viéndolas como algo costoso?

DA: Cuando comencé en México a finales de los ochentas, trabajaba con el Dallas Times Hearld. En ese entonces podías hacer cualquier nota en las provincias mexicanas por 500 dólares. Eso se acabó gracias a la inflación pero todavía puedes hacer casi cualquier nota en las áreas rurales por ejemplo por 700 dólares. Algunas notas en las que tienes que quedarte por una semana salen más caras, unos 1,200 dólares.

Creo que tienes que ser más inteligente sobre tus decisiones, qué aviones abordas, qué autos rentas, en qué hoteles te quedas, y así puedes reducir costos. Le dije a uno de mis antiguos editores que nadie nunca me hacía preguntas sobre mis reportes de gastos con el Chronicle y me dijo, “Bueno, es que sales barato”.

En modelos como el del Global Post y otros en donde todavía estás entregando notas y hay muy poco presupuesto para viajar todavía puedes cubrir un país desde la capital, pero creo que para cubrir un país como México, o cualquier otro país grande, realmente necesitas estar en las provincias. Ese va a ser el verdadero asunto a tratar en el futuro.

CK: Existe una conexión bastante fuerte entre México y Texas. ¿Es que acaso las notas sobre México no estaban generando ventas para el periódico?

DA: No sé, es una buena pregunta. Creo que hay una percepción errónea sobre cuáles son las demandas. Creo que la importancia de México para los lectores en Texas es obvia pero en general hay una tendencia (de los medios) de enfocarse en lo local, mucho en lo local. Muchos diarios en la industria lo están haciendo. Están apostando en que la mayoría de los lectores solo están interesados en sus propias ciudades y (confiando en obtener contenido de) las agencias noticias. Creo que el interés es más amplio.

El problema con estos periódicos es que están intentando cubrir estas metrópolis enormes y su personal ha encogido y tienen que encontrar una manera de ser relevantes para la mayoría de sus lectores, ser relevantes para el puesto de noticias, ser relevantes para la gente que se está enfrentando a costos de suscripción más altos. Realmente es un problema. No tienen el personal para cubrir sus áreas metropolitanas y las oficinas internacionales resaltan como un gasto mayor. No envidio las decisiones (que tienen que tomar).

CK: ¿Cómo ha cambiado el trabajo del corresponsal en México con el aumento de violencia en los últimos años?

DA: En el tiempo que he estado aquí uno de mis más grandes gustos era simplemente ir a los pequeños pueblos sin avisar y comenzar a hablar con la gente sobre cualquier tema. Desde el comienzo de la hiper violencia, piensas tres veces antes de ir a hacer algo como eso. Muchas veces, estos poblados pequeños en las áreas más violentas cerca de la frontera y Guerrero, son verdaderamente peligrosos para visitar hoy en día. Tienes que saber que como extranjero, tan pronto como entres al pueblo todo el mundo va a saber que estás ahí.

Ahora, hay varias estrategias distintas, y los conrresponsales aquí las discuten. Una opción es intentar entrar discretamente sin que se nadie se de cuenta. Personalmente, yo asumo que ya se dieron cuenta y voy directamente a las oficinas de gobierno o a la jefatura de policía y les digo por qué estoy en el pueblo, para que todo el mundo sepa.

Yo siempre he seguido la filosofía que escuché por primera vez de Doug Farah, quien solía cubrir América Central y Africa Occidental para el Washington Post, y la regla es, “no mueras por obtener color”. No te mueras por los detalles. A nadie le beneficia eso. Así que debes tener mucho cuidado al salir ahí y hablar con gente.

CK: ¿Has visto un cambio en cómo se cubre México, considerando como ha encogido la prensa extranjera ahí?

DA: El New York Times, el Washington Post, el L.A. Times, McClatchy, las agencias; están haciendo un buen trabajo.Pero las noticias sobre la frontera con Texas o todo aquello que podría ser de interés para los negocios en Texas o la comunidad Mexico-Americana se está perdiendo. Estos medios no están escribiendo para una audiencia texana, están escribiendo noticias nacionales sobre México para una audiencia nacional en Estados Unidos.

El Chicago Tribune cerró sus oficinas hace unos años cuando se unió con el L.A. Times. Chicago tiene un millón de inmigrantes mexicanos y acabaron con eso. Si necesitan cubrir algo en México que se relacione con Chicago, no tienen quien lo haga.

Cuando haces esto de lo hiper local, especialmente en Texas y Chicago o donde sea, lo local significa lo internacional de cierta manera.

CK: ¿Qué sigue para ti?

DA: Estoy viendo planes para el futuro. No tengo preocupaciones financieras inmediatas. Creo que podría juntar un ingreso y mantener un estándar de vida dentro y fuera del periodismo. Veo esto como una oportunidad para evaluar dónde estoy y dónde quiero estar. Me ha sorprendido el número de personas que me han contactado sin solicitarlo así que también estoy estudiando esas oportunidades para mantenerme dentro del periodismo. El problema es no contar con un presupuesto para viajar. Creo que ese es un problema con el que se enfrentan muchos freelancers.

CK: ¿Cuál es tu consejo para los jóvenes que están comenzando sus carreras y están interesados en la cobertura internacional?

DA: Siempre les recomiendo a los reporteros jóvenes entrar a un diario para que te reboten tus notas. Si estás saliendo de la escuela, tienes 22 o 23 años, tienes bastante tiempo. Creo que se necesita algo de experiencia con el periodismo de un diario.

Mira, yo no no obtuve mi primer trabajo con un periódico hasta que tenía 28, casi 29, en el pequeño Brownsville Herald. Fue el mejor trabajo que tuve. Si quieres trabajar en esta parte del mundo, ve a la frontera (entre Texas y México). Haz trabajo de campo.
Habiendo dicho eso, creo que es mucho más dificil. No creo que hubiera podido hacer lo que hice en este ambiente. Tendrías que meterte a alguno de los periódicos grandes y labrar tu camino hacia afuera. Si hablas español y cuentas con experiencia en la frontera o trabajando de freelance en las Américas, tienes una oportunidad para llegar a ser corresponsal.

CK: ¿Algún comentario final que no hayamos discutido?

DA: Creo que si (los Estados Unidos es) la única super potencia, los ciudadanos necesitan saber estas cosas; necesitan saber qué está en juego. Este tipo de poder es impresionante y asombroso pero los ciudadanos de una democracia necesita estar muy bien informada sobre los asuntos internacionales. Creo que entre más disminuya la diversidad de voces en la cobertura internacional, ya sea en diarios locales como en Texas o en los periódicos de la costa del noreste, creo que será un daño para las audiencias de Estados Unidos.

Tenemos que encontrar maneras para continuar haciendo esto lo mejor que podamos con los modelos actuales y esperar que algo más surja de esta crisis que están viviendo las publicaciones impresas y los medios masivos. Todos decimos que nos tocó vivir los años dorados de la cobertura internacional. Con suerte, algo nuevo saldrá de esto. Algún fénix surgirá.

Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.

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