Por Ingrid Bachmann
Dos reporteros y dos camarógrafos desaparecieron el lunes 26 de julio en Gómez Palacio (estado de Durango), donde se desató un escándalo por el uso de reos como sicarios, reportó La Jornada. Los secuestros, atribuidos al crimen organizado, buscarían influir en la cobertura de la prensa.
Según Milenio, los periodistas fueron secuestrados cuando cubrían un motín de reos y protestas de familiares de la cárcel de Gómez Palacio, cuyos directivos han sido acusados de corrupción. Los desaparecidos son Jaime Canales, del canal Multimedios; Óscar Solís, del periódico El Vespertino; y Héctor Gordoa y Alejandro Hernández, camarógrafos de la cadena Televisa.
CNN México y la agencia EFE reportan que los captores exigieron a los medios locales reproducir unos videos que denuncian la presunta complicidad de las autoridades policiacas de la región con la banda de Los Zetas. Milenio —que pertecene al grupo Multimedios— dijo que la empresa había trasmitido 15 minutos de estos videos en una de sus estaciones en la ciudad de Torreón.
Al denunciar la desaparición de los cuatro periodistas, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) llamó a poner fin a la impunidad y exigió una actuación eficaz de las autoridades, añade La Crónica de Hoy. El diario Los Angeles Times explica que los medios regionales mexicanos habían optado por guardar silencio sobre los periodistas desaparecidos, por medio a represalias, y la prensa nacional sólo comenzó a publicar informaciones una vez que la CNDH hizo pública la noticia.
En una entrevista a EFE, el director para México de la ONG Artículo 19 planteó que este incidente es el intento del crimen organizado de influir directamente en la línea editorial de medios a escala nacional. En otra nota, el presidente de la CNDH dijo que no existen precedentes en el país de que "en un solo acto se [...] secuestran a cuatro periodistas de tres medios distintos”.
Como explica Sergio René de Dios Corona en una columna en El Informador, “la feroz disputa no es sólo por el mercado de las drogas; también, por la opinión pública nacional". Hasta la fecha, las principales víctimas de la violencia en el país han sido los medios locales.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.