Por Alejandro Martínez
Cuando el Consorcio Internacional de Periodistas Investigativos (o ICIJ por sus siglas en inglés) obtuvo una filtración con millones de documentos sobre cientos de empresas escondidas en paraísos fiscales, invitó a uno de los equipos más impresionantes de reporteros a participar en lo que la organización ya llama “la colaboración de periodismo investigativo transnacional más ambiciosa de la historia”. Más de 100 periodistas en 58 diferentes países participaron en la examinación de los materiales y ya han producido varias notas sobre las revelaciones de los documentos.
Pero aún con tantos reporteros trabajando en producir notas con los documentos, la información era demasiada y mucha continuaba sin ser examinada. El Consorcio decidió organizar la información y abrirla al público – y esta fenomenal tarea estuvo a cargo del equipo investigativo del diario La Nación de Costa Rica.
El resultado es una enorme base de datos interactiva que muestra visualmente las conexiones entre más de 100,000 empresas y fideicomisos secretos con sus integrantes, clientes, contadores, abogados y beneficiarios por todo el mundo.
"No es un vertedero de datos, es una selección cuidadosa de información que puede traer transparencia y responsabilidad al históricamente impenetrable mundo de los paraísos fiscales”, dijo Marina Walker Guevara, directora adjunta del ICIJ, en un mensaje anunciando el lanzamiento de la nueva aplicación.
El trabajo no solo es la culminación de un exhaustivo esfuerzo por generar orden del caos, sino también es el más reciente triunfo del vanguardista equipo de La Nación y un reflejo del importante lugar que América Latina está alcanzando en la rama del periodismo de datos.
El año pasado el ICIJ obtuvo varias bases de datos que contenían 30 años de información compilada por dos empresas (Portcullis TrustNet en Singapur y Commonwealth Trust Limited en las Islas Virgenes de Inglaterra) dedicadas a ayudar a sus clientes a crear compañías, fideicomisos y cuentas de banco en paraísos fiscales.
Al darse cuenta la necesidad de continuar examinando y organizando la información -- los archivos contenían alrededor de 2.5 millones de datos -- en noviembre del 2012 ICIJ contactó a La Nación para que siguiera con la tarea.
“Fue un trabajo bastante fuerte. Las bases de datos venían bastante sucias, desorganizadas, sin estructuras y con información duplicada”, dijo Giannina Segnini, jefa de investigación en La Nación, en entrevista con el Centro Knight para el Periodismo en las Américas.
El ICIJ explicó que las bases de datos “estaban esparcidos en más de 320 tablas y sin un diccionario original que explicara cómo estaban relacionadas. Si los datos hubieran permanecido así, las verdaderas conexiones y relaciones de cada elemento por separado nunca hubieran podido ser mostrados en una visualización”.
El multidisciplinario equipo de La Nación -- el cual consiste de tres periodistas, dos ingenieros en computación y una experta en visualización de datos -- trabajó por cuatro meses en analizar la información, eliminar datos repetidos e integrarlos en un formato que ayudara a mostrar las conexiones entre las miles de empresas y personas mencionadas en los documentos.
El resultado fue una base de datos fácil de navegar que genera círculos de tres diferentes colores (los cuales representan personas, empresas o direcciones), sus conexiones con líneas, y tablas con más detalles sobre las entidades representadas.
La base de datos se encuentra abierta al público y contiene una función a través de la cual los usuarios pueden comunicarse con los periodistas del Consorcio para sugerir primicias. A la fecha la aplicación ha recibido más de 72 mil visitas en Norte América y más de 28 mil en el resto del continente. ICIJ también ha recibido cerca de 400 mensajes de ciudadanos o periodistas de todo el mundo sugiriendo temas para investigar.
La aplicación es el más reciente logro del equipo de periodismo de datos de La Nación, el cual ha ganado reconocimiento internacional por su innovador trabajo en el área. En Costa Rica han producido proyectos en temas como educación, salud, corrupción y elecciones, con importantes repercusiones en su país.
En 2010, por ejemplo, el equipo comparó bases de datos con los nombres de todos los candidatos a las alcaldías del país con otras de antecedentes penales, pagos de impuestos atrasados y personas inhabilitadas para ocupar cargos públicos. El cruce de información reveló que varios candidatos habían sido sentenciados por algún crimen, debían impuestos o no podían participar en las contiendas electorales.
El enorme beneficio de integrar bases de datos, dijo Segnini, es que permite a los periodistas encontrar primicias basadas no en filtraciones, sino en análisis de información.
“Lo novedoso del proyecto es que nosotros consolidamos bases de datos diariamente. Aquí tenemos más información consolidada que el mismo gobierno”, dijo Segnini, quien lleva 20 años trabajando en el equipo de investigación de La Nación y cuatro años a cargo del actual equipo de datos.
El trabajo del equipo de Segnini en la base de datos de ICIJ es representativo del crecimiento del periodismo de datos en Latinoamérica. Desde medios como La Nación de Costa Rica o La Nación de Argentina, hasta proyectos independientes como InfoAmazonia o Poderopedia, cada día más periodistas usan estas herramientas para contar mejores historias en el continente.
Para Segnini, el periodismo de datos apenas está aterrizando en América Latina pero en poco tiempo se ha convertido en un movimiento fuerte que cada vez se entiende más en las redacciones. Esto en parte por lo fácil que es adoptar estas herramientas, dijo.
“La maravilla de la tecnología es que no hace falta hacer grandes inversiones para hacer un cambio. Hay una cantidad enorme de herramientas open source", dijo. "El acceso al internet ha democratizado las posibilidades de buscar formas creativas para hacer este tipo de análisis desde cualquier lugar del mundo”.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.