Antes de 2005, la nota roja o noticias policiacas predominaban en la prensa regional de Chile, según dice Paula Rojo, fundadora de la red de diarios regionales Mi Voz. Ese año, Rojo y su socio Jorge Domínguez Larraín emprendieron la aventura de reclutar a ciudadanos, representantes de distintas fuerzas políticas y sectores sociales para convertirse en corresponsales ciudadanos para su nuevo periódico.
Actualmente, Mi Voz es la empresa de medios regionales más extensa en Chile con 16 periódicos. Estos medios combinan información nacional con contenidos locales producidos por periodistas así como notas y columnas de opinión que envían los ciudadanos sin recibir pago. Antes de convertirse en colaboradores, los ciudadanos reciben capacitación del medio y una guía de sitios públicos donde pueden tener acceso gratuito a una computadora e internet. Una vez que los ciudadanos envían su texto, un equipo de editores se encarga de verificar la información, editarla y asegurarse de que cumple con las normas de derecho de autor, según explica Rojo.
El incentivo para los corresponsales ciudadanos es darse a conocer como líderes de opinión, exponer temas que les preocupan, o lograr reconocimiento como expertos en algún tema, asegura Rojo. Para evitar la rotación de colaboradores ciudadanos, los editores se encargan de estar en contacto con ellos y darles asignaciones para que cubran temas que a ellos les interesa cubrir como partidos de futbol o juntas vecinales, agrega la socia fundadora.
El propósito de estos medios ciudadanos es lograr una diversidad de opiniones y perspectivas. “Queremos ser el agora del siglo 21”, dijo Rojo durante su presentación en el Sexto Coloquio Iberoamericano de Periodismo Digital.
Actualmente, esta cadena de periódicos obtiene 16% de sus ingresos de ventas de publicidad regional, otro 26% de anunciantes nacionales, 21% de consultorías para proyectos de vinculación con la comunidad, y otro 37% a través de su consultoría y capacitación para estrategias de redes sociales.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.