El fotoperiodista peruano de 25 años, Marco Antonio Ramón, estaría a punto de perder la visión de su ojo izquierdo tras recibir una ráfaga de disparos de perdigones por parte de la policía, mientras cubría una protesta para el diario Peru.21 en Lima.
Al parecer, durante la protesta, la policía habría estado disparando perdigones (balas de goma) a la altura del rostro, tanto a los manifestantes como a los periodistas que cubrían la noticia, según el sitio digital de Panamericana.
A pesar de las dificultades que enfrentó para salir del país, Ramón logró viajar a EE.UU. el 8 de enero, luego de que su familia tramitó una visa humanitaria, según publicó su hermana Roxabel Ramón en su perfil de Facebook. La clínica San Pablo, en donde se atendió luego de ser herido, no emitió un permiso de viaje adecuado, lo que causó que la aerolínea American Airlines no permitiera su abordaje en un primer intento, dijo.
“El gremio periodístico no existe (en Perú), no hay organización; quiero decirle eso a mis compañeros, colegas: no esperen a que alguien tenga que morirse para organizarnos, esto le ha podido pasar a cualquiera”, dijo Ramón al noticiero TV Perú 7.3 del canal estatal, antes de viajar rumbo a Miami, donde espera poder operarse el ojo izquierdo en la clínica Bascom Palmer.
La hermana del periodista dijo al noticiero 24 Horas de Panamericana que su hermano tiene una hemorragia vítrea en el ojo izquierdo y que corre gran riesgo de perder la visión del mismo si no recibe pronta atención.
Agregó que su hermano, también conocido como Atoq, fue llamado por Peru.21, fuera de horas de oficina, a cubrir una protesta vecinal, por lo que espera que el medio cubra todos los gastos que conlleven a su recuperación.
Por su parte, Peru.21 expresó su indignación por lo ocurrido a Ramón durante la protesta vecinal de Puente Piedra - que dejó 5 heridos y 26 detenidos - y aseguró que se hará cargo de todos los gastos médicos que sean necesarios para su recuperación.
“Con su cámara (Ramón) ha logrado captar en foto quién disparó los perdigones”, dijo la hermana del fotógrafo, quién exigió a las autoridades una investigación para identificar a los policías que le dispararon al cuerpo, dijo a La República.
Por su lado, los colegas de Ramón están recaudando fondos del 6 al 19 de enero, a través de Facebook, con una venta virtual de fotografías, vendiendo fotos de Ramón y de otros fotógrafos, para ayudar a pagar los gastos que no puedan ser cubiertos por su familia o su centro de trabajo.
Cubrir protestas puede ser físicamente muy peligroso para los periodistas. En un caso similar en 2013, el fotógrafo brasileño Sérgio Silva perdió la visión de su ojo izquierdo luego de haber sido alcanzado por un perdigón lanzado por la policía mientras este cubría una protesta. En 2016, un juez le negó el pedido de compensación que Silva solicitó al Estado, argumentando que el accidente fue responsabilidad suya por haberse puesto entre los policías y los manifestantes.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.