Tras la compra del 54% de acciones del sector de impresión y comercialización de la Empresa Periodística Nacional S.A (Epensa), el grupo editorial El Comercio se consolida como el principal dueño de medios del país. ¿Afecta esta movida comercial la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo en el Perú?
Según El Comercio, el diario más tradicional del grupo fundado en 1839, el acuerdo comercial se cerró por una suma de 17,2 millones de dólares y contempla que la línea editorial de los cuatro diarios de Epensa (Ojo, Correo, El Bocón y Aja) continuará en manos del Grupo Agois Banchero (dueños originales de Epensa).
La negociación se dio en medio de tensiones familiares de los antiguos dueños de Epensa y del intento del Grupo La República de adquirir las acciones de Epensa, como describe la revista Velaverde.
Antes de la operación comercial, reporta La República, el Grupo El Comercio (que agrupa los diarios El Comercio, Perú21, Trome, Depor, además de varias revistas) dominaba el 49.30% del mercado nacional de venta de diarios y era ya el más poderoso del país. Le seguían el Grupo Epensa con 28.56% y el Grupo La República con un 16.39 % del total. Al adquirir el 54% de las acciones del Grupo Epensa, el Grupo El Comercio asume el dominio del 77.86% del mercado de venta de diarios.
Según La República, esto registra ahora “una altísima concentración en la venta y comercialización de periódicos que sería contraria al orden constitucional y que afecta seriamente el mercado de medios impresos en el país”.
Para el periodista Gustavo Gorriti, director de la publicación de periodismo de investigación IDL-Reporteros, “una posición de dominio virtualmente monopólico en el mercado de diarios afecta inevitablemente la diversidad informativa y la pluralidad de opiniones que enriquece y fortalece una democracia”.
“Si el grupo dominante de medios se distinguiera por practicar un periodismo de excelencia, el peso negativo del monopolio podría atenuarse desde dentro de sí mismo", dice Gorriti. "Lamento decir, sin embargo, que ninguno de los dos grupos fusionados, Epensa o El Comercio, es un New York Times en castellano. Ambos grupos producen un periodismo chato y sesgado; algunos personajes prominentes de ambos grupos estuvieron además vinculados con la dictadura de Fujimori-Montesinos”.
El periodista y analista Fernando Rospigliosi, en e360, también dice que este proceso es un problema que afectaría la democracia y la libertad de prensa al complicar el pluralismo informativo.
Sin embargo, para el analista José Alejandro Godoy, citado en Diario 16, “es un tema subjetivo”. Según Godoy, el hecho no constituye un delito. La ley prohíbe el monopolio pero no hay una legislación clara sobre la concentración de medios.
Más irónico, el periodista Juan Luis Nugent dice: “Lo único bueno que rescato de esta movida es que ya va a ser bien difícil que sigamos escuchando esa cantaleta falaz de la autorregulación de los medios de comunicación. Tan caradura no se puede ser, ¿o sí?”
“No creo que la libertad de expresión se vea afectada pero la concentración de medios sí es un problema”, dice el periodista y bloguero Marco Sifuentes. “Los medios terminan por mediar a sólo un sector, al cual la corporación hegemónica sí representa. Otros sectores se quedan sin un medio a través del cual llegar a la opinión pública masiva. Eso, finalmente, terminará alejando a la gente no representada de los medios masivos, a los que verán ajenos. Así, el periodismo tradicional acentúa su desconexión con la gente”.
“En el Perú ya se vio en la pasada campaña electoral el costo que representan para unas elecciones justas tener medios que toman partido”, dice el politólogo Eduardo Dargent. “En el caso del Grupo El Comercio este problema fue bastante claro, especialmente en Segunda Vuelta. El costo para la objetividad y pluralismo, hoy preocupante, se acrecienta al haber una mayor concentración de propiedad en los medios”.
El Comercio y su reciente cobertura política
Durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2011, El Comercio tomó una clara posición para apoyar a la candidata Keiko Fujimori.
La cobertura de El Comercio fue tan parcializada que incluso el escritor y Premio Nobel Mario Vargas Llosa canceló sus colaboraciones con el diario.
Durante la campaña, periodistas de Canal N (del grupo El Comercio) fueron despedidos por supuestamente no alinearse con el apoyo a Fujimori.
El periodista Gustavo Gorriti acusó en la revista Caretas que la posición de El Comercio tiene que ver con la presencia de la directiva Martha Meier en el diario, quien fue candidata al parlamento en 2000 por el fujimorismo.
Luego de las elecciones, “Prensa Libre”, uno de los programas periodísticos más vistos y con mayor credibilidad en el país y emitido por América Televisión (canal en que el grupo El Comercio es accionista mayoritario), fue cancelado. "Creemos que América Televisión, al cancelar el programa de Palacios [la conductora], ha ejercido una represalia en su contra por haber mantenido independencia editorial durante las recientes elecciones generales", señaló el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) en ese momento.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.