Ya se ha vuelto tradición en LatAm Journalism Review (LJR) comenzar el año nuevo con un nuevo volumen del glosario de expresiones periodísticas en español, portugués e inglés que todo periodista latinoamericano debe conocer (véanse los volúmenes primero, segundo, tercero y cuarto).
En esta ocasión nos paseamos por palabras relacionadas con alimentos como chorizo, pastel, lomito, carnita o chayote pero que en el contexto periodístico tienen un significado completamente distinto.
También explicamos esos momentos incómodos por los que pasamos los periodistas cuando sufrimos un plantón o estamos enyerbados.
Algunos de estos términos o frases se pueden entender en cualquier lugar de América Latina, mientras que otros son específicos de un país o región.
¿De qué expresión les gustaría conocer el origen o conocer más sobre su uso en otros países del continente? Envíen sus sugerencias en cualquier idioma a latamjournalismreview@austin.utexas.edu, o envíen un mensaje a través de Twitter o Facebook. ¡Los esperamos!
No, no estamos hablando del famoso embutido cárnico de la cocina hispanoamericana. En el mundo periodístico, y específicamente en el área audiovisual, el chorizo es la unión o conjunto de imágenes o grabaciones que aún no se han terminado de editar.
Los periodistas audiovisuales usualmente envían el chorizo, también conocido como tripa o colchón, al editor para que este pueda agregar sonido o información adicional.
Es un término muy popular entre los periodistas venezolanos.
En inglés, existe una frase similar, "how the sausage gets made" [cómo se hace el chorizo]. De acuerdo con el diccionario en inglés, se refiere a los "aspectos prácticos y a menudo desagradables o desordenados de un proceso que no suelen hacerse públicos". Sin embargo, no es específica del periodismo.
En Latinoamérica hay varias palabras para describir el acto de sobornar o comprar la voluntad del periodista. Son palabras que se usan de forma peyorativa y hasta ofensiva contra los trabajadores de la prensa y, en varios países de la región, han sido popularizadas por políticos.
En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador utiliza con frecuencia la palabra “chayote” para acusar a medios de comunicación y periodistas de haber sido "comprados" por intereses políticos contrarios a los suyos. Según el Diccionario del Español de México (DEM) , chayotero es un adjetivo popular que se refiere a “un periodista o un medio de comunicación, que suele recibir chayotes (literalmente una hortaliza) o sobornos”.
De acuerdo con las creencias populares, la palabra data de la administración del entonces presidente mexicano Lázaro Cárdenas (1 de diciembre de 1934 al 30 de noviembre de 1940). Se dice que, en la entrada para periodistas a la casa presidencial de la época, había una planta con varios frutos de chayote. Era allí donde el equipo de comunicación de la presidencia le daba regalos o sobornos a los periodistas, a cambio de que hablaran bien del gobierno.
Por su parte, en El Salvador se usa la palabra mentero para describir a un periodista que recibe sobornos. El origen, según escribió en 2019 el periodista salvadoreño Rigoberto Chinchilla, proviene de cuando en los años 70 los periodistas guardaban en la bolsa izquierda de sus camisas el papel con las preguntas que el jefe de Estado contestaría junto a las populares pastillas de “menta gallito”.
Este listado de preguntas era repartido por el maestro de ceremonias y solo lo recibían los periodistas “vendidos”.
“Las mentas en el periodismo salvadoreño no han desaparecido, sobreviven, son una especie de dádivas disfrazadas, llegan como regalías, invitaciones, coberturas turísticas, estadías y como beneficios paralelos a la actividad periodística”, dijo Chinchilla.
Uno de los mejores momentos para un periodista es conseguir la información que certifica que la hipótesis inicial es cierta y obtener el ángulo correcto para contar la historia.
En el argot periodístico latinoamericano se usa la expresión “es nota”, en español, y “é pauta”, en portugués, para referirse a un acontecimiento o hallazgo que tiene todas las características para convertirse en una noticia de interés público.
El término noticia de color está más extendido en Latinoamérica. Periodistas de países como México, Perú y Venezuela llaman “noticias de color” a aquellas noticias “ligeras” que ponen más el acento en la descripción que en la información.
Los recursos utilizados para presentar la información son más literarios (buscar transmitir emociones y sentimientos) que periodísticos y, de alguna manera, distraen a la audiencia del problema principal.
“[Las notas de color] algunas veces resultan inocuas, en otras demuestran falta de profundidad o tratamientos estereotipados, pero en las actuales circunstancias [pandemia] acaso tengan consecuencias más serias, pues pueden llegar a contribuir con la confusión y hasta con el desacato de normas que han sido dictadas para proteger a la ciudadanía de la letalidad del coronavirus”, explicaba Úrsula Vallejo Moreno, Directora de la carrera de Comunicaciones de USIL en Perú, en el medio El Peruano.
En inglés, dar "color" a un artículo implica añadir mucho texto descriptivo para mejorar la narración de una historia.
Cuando escuchamos la palabra pastel, probablemente lo primero que se nos viene a la mente es una pastelería o la celebración de un cumpleaños con un bizcocho esponjoso acompañado con crema.
Sin embargo, los periodistas de Brasil consideran que un pastel es un error ortográfico, gramatical o de mecanografía. La pesadilla de cualquier periodista.
Una virtud que deben desarrollar los periodistas es la paciencia. Un periodista puede pasar horas esperando a que comience una rueda de prensa o intentando conseguir el testimonio de una fuente.
El periodista está acostumbrado a esperar y tener flexibilidad en sus horarios. Pero, ¿qué pasa cuando la fuente no aparece o te deja de contestar? En el argot periodístico de Latinoamérica esa situación lleva por nombre plantón.
“Pagar plantón” o “quedar plantada” son expresiones utilizadas para indicar que la fuente nos ha dejado plantados como una flor, plantados como una planta.
En Latinoamérica es común escuchar esta expresión en otros contextos, además del periodístico. Se puede pagar plantón cuando un amigo no llega a la cita para almorzar o uno de los enamorados decide no aparecer el día de la boda.
Esta palabra fue una sugerencia hecha a través de redes sociales de uno de nuestros lectores. En nuestra cuarta edición del glosario hablamos de la palabra encochinado, popular entre periodistas venezolanos, que significa estar sobrecargado de trabajo y no tener ni un minuto para salir de la redacción.
El equivalente en Cuba es estar enyerbado.
“El significado literal es estar rodeado de ‘yerba’. En el campo cuando tienes que ir a limpiar un terreno de yerba y estás ‘enyerbado’ es que tendrás que trabajar muchísimo para lograr el objetivo”, dijo a LJR el reportero y cronista cubano Darío Alejandro Escobar.
La expresión “enyerbado” es de uso popular y no es exclusiva del periodismo.
En inglés, una frase similar es "in the weeds" [entre la maleza]. También sin ser específico del periodismo, "in the weeds" significa que estás abrumado por el trabajo y no encuentras un camino claro para avanzar.
El lomito es un corte de carne de gran suavidad y que es utilizado en presentaciones como los medallones y el filet mignon. Sin embargo, en el ambiente periodístico, una noticia lomito se considera una información sin desperdicio, de muy buena calidad.
La palabra lomito es popular entre los periodistas venezolanos. En México el equivalente sería carnitas.
Las carnitas son trozos tiernos y jugosos de carne de cerdo cocida a fuego lento que son un elemento básico de la cocina mexicana. Pero, el término es común escucharlo para referirse a la parte más sustancial de una noticia, respaldada por datos duros o inéditos.
Ahora que tenemos suficiente hambre, vamos a comer algo. ¡No olvides enviarnos tus recomendaciones para el próximo volumen de expresiones periodísticas que todo periodista que trabaja en América Latina debe conocer!