La cobertura periodística local y regional ha sido siempre, casi por defecto, un rol de los medios de comunicación tradicionales.
Con la revolución tecnológica digital de los últimos años y la crisis del modelo de negocios convencional de la industria periodística –que hasta principios de este siglo se basaba mayoritariamente en ingresos por publicidad– , muchos de los grandes diarios han priorizado la cobertura nacional e internacional dejando un poco de lado a las regiones.
La cobertura periodística local y regional ha sido siempre, casi por defecto, un rol de los medios de comunicación tradicionales.
Con la revolución tecnológica digital de los últimos años y la crisis del modelo de negocios convencional de la industria periodística –que hasta principios de este siglo se basaba mayoritariamente en ingresos por publicidad–, muchos de los grandes diarios han priorizado la cobertura nacional e internacional dejando un poco de lado a las regiones.
En América Latina, algunos medios periodísticos nativos digitales están haciendo un esfuerzo para llenar ese vacío. A través del trabajo colaborativo que realizan en alianza con medios locales pequeños, de la capacitación y formación de corresponsales en las regiones de sus países mediante talleres y con el apoyo de diversas organizaciones de derechos humanos y de temas ambientales, estos medios digitales nativos están reivindicando la importancia de la cobertura local en sus países.
Juanita León del sitio periodístico La Silla Vacía, en Colombia, Nelly Luna de Ojo Público, en Perú, y César Batiz de El Pitazo, en Venezuela, conversaron con el Centro Knight sobre sus estrategias para llevar a cabo una cobertura local con reportajes a profundidad que busca poner en el panorama nacional lo que sucede en las regiones.
En La Silla Vacía, el plan estratégico para cubrir regiones y convertirse así en un medio de cobertura nacional nació en 2015. El acuerdo de paz que negociaba en ese entonces el gobierno colombiano con la veterana guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) era uno de los objetivos a cubrir con esta estrategia. “En ese momento pensamos que el acuerdo de paz iba a existir”, dijo León.
“Entonces, dijimos, pues si todo el país se está orientado hacia la idea de un enfoque más territorial, de pensar el país más de abajo hacia arriba, de las regiones hacia el centro, pues, que La Silla no sea ajena a eso”, comentó.
El otro motivo por el cual decidieron empezar a informar sobre lo que sucedía en las regiones era la gran carencia de información y de periodismo local en esos lugares. A nivel nacional hay muy poquito escrutinio, poca rendición de cuentas de los gobernantes, explicó León, “y a nivel regional y local esto es más (grave)”.
En tres años, La Silla Vacía ha conseguido expandir geográficamente su cobertura en todo el país, llegando a tener seis “sillas regionales”: La Silla Caribe (que fue la primera que abrieron), La Silla Santandereana, La Silla Paisa (Antioquia y Eje Cafetero), La Silla Sur, La Silla Pacífico y la Silla Cachaca (Bogotá).
En el caso de Ojo Público, el tema de hacer periodismo regional fue algo que se conversó mucho entre sus miembros. Luna, una de sus cofundadoras y editora de la recién lanzada edición regional, contó que les parecía que se estaban dejando de tocar temas de fondo en regiones al perder los diarios tradicionales peruanos estos espacios especializados por el cierre de corresponsalías debido principalmente a la crisis de la industria.
“Lo que vimos como parte del diagnóstico es que cerrar estas corresponsalías estaba invisibilizando una gran cantidad de historias para comprender estos últimos años del país, desde los conflictos sociales, pero también como la micro corrupción (política) estaba tomando casi departamentos enteros como el de Áncash, a partir del caso de César Álvarez (expresidente regional de Áncash, ahora preso)”, explicó Luna.
En ese sentido, decidieron en 2017 tomar una serie de acciones al respecto. Primero, planificar la conformación de una red de periodismo de investigación regional que impulsara la investigación periodística en los periodistas locales con el apoyo y mentoría del equipo de Ojo Público. Segundo, instalar una mesa de redacción regional que estuviera virtualmente en contacto con el equipo de editores en Lima, considerando también algunas reuniones presenciales, para empezar a trabajar temas de largo plazo con miras a las elecciones regionales de octubre de 2018.
Este año han empezado a trabajar con periodistas de ocho regiones: Cusco, Áncash, Ucayali, Puno, Ayacucho, Huánuco, Apurímac y Callao. Cajamarca es una región que piensan agregar antes de julio de este año. Las problemáticas que comparten estas regiones, de acuerdo con Luna, son criminalidad organizada, actividades ilegales y conflictos socio ambientales. Estos serán los temas a cubrir.
En Venezuela, en donde el periodismo enfrenta constantemente la censura de funcionarios del gobierno de turno, nació El Pitazo en 2014. Según explican en su sitio, este fue un proyecto propuesto por el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) de Venezuela y Trapiche Films con el objetivo de que existiera un medio informativo que pudiera llegar hasta los sectores más pobres del país.
Comenzaron con un canal de YouTube, luego iniciaron un programa de radio y el envío de noticias por mensajes de texto a teléfonos móviles, hasta lograr tener cuentas en redes sociales y su propia página web.
Según Batiz, El Pitazo es un medio informativo digital con presencia nacional que además hace periodismo de investigación con un pequeño equipo de tres personas con base en Caracas. Desde Caracas, y con la ayuda de 50 corresponsales dispersos en todo el país, el sitio hace cobertura diaria de noticias en regiones y en el distrito capital. Desde sus inicios, contó su director, se propusieron hacer un periodismo que no solo se enfoque en Caracas.
“Tenemos información calificada no solo por temáticas sino también por áreas geográficas: Caracas, Centro, Guayanas, los Andes, los Llanos, Occidente, Oriente, que son las regiones territoriales en las que se divide políticamente el país”, declaró Batiz.
En cuanto a reportajes de periodismo de investigación, lo que el sitio viene haciendo hasta ahora en regiones son perfiles de personajes alrededor del tema de la corrupción, dijo Batiz. “Personajes identificados como testaferros, algunos como personas que están vinculadas a hechos extraños; (hay) un reportaje que hicimos sobre paramilitares y reporteros en la frontera de Venezuela con Colombia, por el estado Zulia”, contó Batiz.
Además de los corresponsales en regiones, El Pitazo también cuenta con el aporte informativo de más de 465 infociudadanos. Batiz contó que desde el 1 de octubre de 2016, cuando hicieron el taller piloto, empezaron a capacitar a las personas interesadas en brindar información al sitio sobre lo que acontece en sus localidades.
“El Pitazo en la Calle, una de nuestras secciones, es también para nosotros una plataforma porque no solo nos permite abordar temas de la comunidad sino ir a la comunidad para hacer un trabajo transmediático”, dijo Batiz. Ir a la comunidad y darle información que esa misma comunidad ha generado a través de los infociudadanos que termina publicada en El Pitazo. De acuerdo con Batiz, El Pitazo espera que el rol del infociudadano sea cada vez más una inspiración para otros, para que esto se replique y sean cada vez más.
Al ser Ojo Público un sitio más dedicado al periodismo de investigación, no tiene una cobertura regional diaria como la de El Pitazo y La Silla Vacía.
El sitio publica temas regionales cada semana y reportajes de investigación a profundidad cada dos meses. Luna contó que en esta primera temporada de publicación de reportajes regionales, su cobertura se centrará principalmente en crimen organizado, financiamiento ilegal de los candidatos que participen de las elecciones regionales de octubre de 2018 y corrupción.
De acuerdo con Luna, los corresponsales de Ojo Público también generan noticias diarias de regiones pero para ser publicadas en redes sociales, sobre todo vía Twitter.
Asimismo, Ojo Público hace trabajo colaborativo con otras radios y periódicos impresos locales como aliados.
“Lo que nosotros tenemos es esta red de corresponsales pero paralelamente, dentro de la red, hemos firmado convenios con varios medios locales: medios comunitarios y medios indígenas, para que ellos republiquen historias que nosotros estemos generando o también para poder tomar insumos periodísticos de las notas que ellos generan (y publicarlos en nuestro sitio)”, contó Luna.
En Puno tienen acuerdos con las dos emisoras más importantes de la región andina, Radio Yaraví y Radio Pachamama, que transmiten en quechua y aymara. En Arequipa con el veterano diario El Búho, en Cusco con Pulso Regional, entre otros. De acuerdo con Luna, esta alianza colaborativa entre medios fue inspirada en El Diario de España.
En La Silla Vacía, las publicaciones de noticias regionales es diaria. “Tenemos un equipo de dos periodistas en cada región que hace 5 historias a la semana”, comentó la directora del sitio. Los “viernes de sindicato”, como le llaman ellos, publican una historia nacional, que se hace desde Bogotá, y los fines de semana publican columnas de opinión de algún especialista de la región.
De acuerdo con León, el objetivo de las sillas regionales es por un lado ser un medio de referencia para la región y por otro lado ser un medio de referencia de la región para el nivel nacional. “Entre nosotros hacemos unas historias que son locales y que solo le interesa a la región, pero hay otras historias que, aunque son locales, son de interés nacional porque reflejan fenómenos de interés nacional”, indicó.
El caso de El Pitazo es particular, porque aunque su cobertura es diaria, a veces no está disponible para el público debido a los bloqueos que afrontan por parte de las operadoras del servicio de internet en Venezuela. Desde que publicaron un reportaje investigativo el 8 de marzo de 2017, sobre el vicepresidente de la república Tarek el Aissami, y otros dos reportajes a profundidad más en septiembre de ese año y enero de 2018, El Pitazo ha tenido que cambiar de dominio tres veces para que los puedan leer en Venezuela. Actualmente usan un dominio contratado en Malasia: www.ElPitazo.ml.
El Pitazo tiene diversas fuentes de financiamiento como publicidad tradicional, programática, intercambios, asesorías, donaciones, crowdfunding y fondos propios, comentó Batiz.
La cobertura regional de Ojo Público cuenta con el apoyo financiero de la Fundación Ford para temas ambientales sobre conflictos por el agua. Idea Internacional financió esta primera parte del proyecto cuyo objetivo es hacer una cobertura eficiente de las elecciones regionales. Y el aliado en cuanto a capacitación de periodistas es la Fundación Mohme. Gracias al apoyo de estas tres organizaciones han logrado diseñar los talleres para periodistas en las regiones, con los que armaron su mesa de corresponsales regionales, y se viene sosteniendo la ejecución del proyecto.
“Incluso ahora, lo que estamos tratando de hacer con el equipo de corresponsales es incluir estos talleres de clínicas jurídicas que les permitan a ellos saber cuáles son los límites de una cobertura, o cómo enfrentar una querella o una demanda por parte del sector privado o público”, explicó Luna.
Gran parte de los fondos de La Silla Vacía provienen de la cooperación internacional, como la Fundación Ford, Open Society Foundations, NED, entre otros, contó León. Además, cuentan con el apoyo de diversas universidades en las regiones en donde tienen cobertura.
“Las universidades nos dan un espacio, tenemos una oficina dentro de las universidades, lo cual es clave para ahorrarnos plata, y por protección”, comentó León. “Esto funciona así con la (universidad del) Pacífico, con la Bolivariana, y lo estamos debatiendo con la Universidad del Caribe, que aún no firmamos el convenio. Con la Corhuila, en Neiva, y con la Paisa lo vamos a tener con la Universidad EAFIT”.