Carlos Santos, un periodista de Mossoró, en el nororiental estado brasileño de Rio Grande do Norte, fue sentenciado a cuatro meses de prisión por tres entradas en un blog que el alcalde de la ciudad consideró ofensivas, reportó Mossoró Notícias. Santos fue condenado a un mes y diez días de cárcel por cada nota en el blog y deberá donar aproximadamente 3.600 dólares a obras de caridad como multa.
Sylvio Costa, el director de Congresso em Foco, defendió a Santos en una columna distribuida ampliamente: “En realidad, al periodista bloguero a veces se le pasa la mano [...]. Pero aunque sea de mal gusto o no, ¿acaso no tiene derecho a expresar su opinión?”.
“Se está generalizando entre los políticos el hábito de usar a la justicia como instrumento para intimidar a periodistas y blogueros, restringiendo así la libertad de información garantizada en la Constitución”, añade Costa, quien plantea que Santos enfrenta otros 26 casos civiles y criminales presentados por políticos cuyo honor habría sido menoscabado.
El comentario de Costa sobre la justicia brasileña llega en momentos en que tanto el Comité para la Protección de Periodistas como el Centro Knight han dado cuenta de un aumento drástico en los políticos brasileños que recurren a tribunales para silenciar a periodistas y medios críticos.
El caso en curso más famoso es la sentencia de julio de 2009 que hasta hoy prohíbe al diario O Estado de S. Paulo publicar cualquier nota sobre la investigación criminal al hijo del presidente del Senado brasileño. Vea más historias sobre este caso aquí.
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Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.
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