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Periodistas detenidos en Cuba preguntan: "¿Quiénes tienen derecho a contar un país?" Y contestan: "todos los ciudadanos"

En un editorial publicado el 16 de octubre, el equipo del medio cubano Periodismo de Barrio ofrece detalles sobre la detención de la que fueron sujetos los días 11 y 12 de octubre en la provincia oriental de Guantánamo a donde habían llegado para cubrir los efectos del huracán Matthew. También a través del editorial, el equipo responde a algunas críticas hechas a su trabajo.

“Fuimos detenidos por hacer periodismo en Baracoa, en Maisí, en Imías: tres de los principales municipios afectados por el ciclón”, dijo el editorial. Agrega que la razón dada por las autoridades es que estos lugares habían sido declarados bajo “estado de emergencia” y que por esta razón no se podían desarrollar actividades periodísticas.

No obstante, el grupo de comunicadores recalca, con base en artículos de la Constitución y de otras leyes, que el estado de emergencia no fue declarado de manera oficial, pero que en todo caso ninguna de estas leyes regula el ejercicio periodístico en situaciones de desastres naturales.

Según el editorial, el grupo de periodistas en la localidad de Maisí fue interrogado cuando solicitaba la autorización para trabajar en la zona en la sede del Comité Municipal del Partido Comunista por funcionarios de la Seguridad del Estado. El otro grupo fue detenido en la vivienda donde se estaban alojando.

En su editorial también aseguran que no tenían conocimiento de la necesidad de solicitar autorización para trabajar en el lugar, y enfatizan que no se trataba de la primera vez que cubrían algún tipo de desastre natural y sus consecuencias.

“Por ello, esa noche, en la sede municipal del Ministerio del Interior, pedimos la autorización para realizar los reportajes que habíamos previsto. La respuesta, al día siguiente, después de permanecer en el domicilio durante quince horas aproximadamente como se nos indicó, fue una negativa y la conducción de todos los periodistas a la Unidad de Operaciones del Ministerio del Interior en Guantánamo escoltados por la patrulla 205n del Departamento de la Seguridad del Estado”, señala.

Allí fueron interrogados de nuevo y aunque los archivos vinculados a su trabajo periodístico en el lugar no fueron borrados, todos sus aparatos electrónicos (computadores, celulares, memorias USB, cámaras, etc.) fueron revisados “por lo menos por cuatro horas”. Asimismo asegura que las tres mujeres que hacían parte del grupo fueron revisadas físicamente por una oficial “para buscar otros medios tecnológicos que hubieran podido ocultar en sus cuerpos”.

El editorial también afirma que desde el día que fueron detenidos hasta cuando fueron liberados “no se levantó ningún cargo ni se acusó de ningún delito” a los periodistas. No obstante, aseguran que su inocencia “no fue suficiente para evitar este arresto arbitrario”.

Periodismo de Barrio también respondió a las críticas que recibieron especialmente por su manera de financiar su viaje: a través de crowdfunding. Explica que deben trabajar en un contexto donde no se reconoce su legalidad debido a que se trata de un medio que no es ni estatal ni extranjero.

Agrega que al no recibir la subvención del Estado pero tampoco ser empresa privada – prohibida por las leyes de Cuba – deben buscar otras maneras de financiarse como lo fue el crowdfunding.

Finalizaron su editorial condenando cualquier detención arbitraria de periodistas en cualquier parte del mundo y en Cuba, al violar los derechos de libertad de prensa y expresión de estos, pero también el derecho de la palabra de quienes desean hablar con los medios.

“El 11 de octubre no solo se silenció a Periodismo de Barrio, se silenciaron también todas las comunidades y personas que querían hablar con nuestros periodistas. El 11 de octubre, las autoridades cubanas intentaron definir quiénes son los que tienen derecho a contar las historias de nuestro país. Porque creemos que ese derecho atañe a la ciudadanía cubana completa, porque esas historias necesitan ser contadas, regresaremos a Baracoa, Imías y Maisí una vez termine el estado de emergencia”.

Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.

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