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Redes sociales son pieza fundamental para periodismo actual en México, pero no su sustituto: entrevista

En medio de los “apagones informativos” generados por la violencia del narcotráfico en regiones de la frontera con Estados Unidos, las redes sociales se han transformado en un medio fundamental de información para los ciudadanos, pero no son el sustituto del periodismo en México, afirmó el veterano periodista mexicano Jacinto Rodríguez, quien ha colaborado con los principales medios en el país.

Muchos ven a Facebook y Twitter como los nuevos protagonistas del periodismo actual en México, luego de que varios medios tradicionales optaran por el silencio para proteger a sus trabajadores de ataques de bandas del narcotráfico, que han asesinado 69 reporteros desde el año 2000. Pero aunque Rodríguez enfatiza que “hoy el periodismo en México no existe sin el trabajo de las redes sociales”, asegura que no son “la fuente fundamental” de información.

“Me parece que las redes tienen una función en este momento, en el contexto mexicano, que no es precisamente la de sustituir el periodismo”, sino apoyarlo, dijo Rodríguez, profesor visitante en la Universidad de Texas en Austin, en entrevista con el Centro Knight.

A su juicio, el periodismo mexicano no ha sido capaz de sacar toda la ventaja de estos nuevos medios y tecnologías porque carga con los mismas deficiencias y vicios en el quehacer periodístico de hace 20 ó 30 años. Por eso, señala que es necesario “revisar los pendientes” y repensar el periodismo en la encrucijada que atraviesa a causa de la violencia del narcotráfico. “Esto que estamos viviendo es una gran oportunidad para ver si eso que estábamos haciendo era periodismo” o no, dijo.

Según Darío Ramírez, director de la Oficina para México y Centroamérica de la organización de derechos humanos Artículo 19, los problemas de la prensa en México se derivan de que, como institución, ha sido el gran ausente de la transición política y económica que se inició el año 2000, cuando el conservador presidente Vicente Fox puso fin a 71 años de gobierno de un solo partido.

“Si estamos replanteando instituciones electorales, reformas del Estado, me parece que la reforma en los medios de comunicacion en aras de fortalecer la pluralidad y diversidad de ideas en el espectro informativo es un camino fundamental”, dijo Ramírez en entrevista con el Centro Knight. “Los monopolios en las televisoras, los monopolios en nuevas tecnologías, como telefónos celulares, el espectro radioeléctrico se tienen que usar en favor de la sociedad”.

Ramírez llamó la atención sobre una serie de “malas costumbres” del periodismo mexicano, como la falta de organización y de códigos de ética y de conducta, así como el uso del lenguaje, escrito y visual, que tienen consecuencias negativas en el contexto de violencia generalizada que vive el país. “El uso de palabras como levantón, como ejecución, son palabras que no existen en el castellano y que son del argot policíaco o del argot criminal” hecho que, en su opinión, no debería ocurrir porque los medios están creando o validando cierto tipo de realidad.

A su juicio, es necesario analizar el papel de los medios en una sociedad plagada por la violencia. “En sociedades mucho más democráticas y avanzadas en estos términos, como España e Inglaterra, se replanteó el papel de los medios de comunicación ante la violencia de grupos como ETA o como el IRA en Irlanda del Norte”, dijo, lo que implica un nuevo enfoque de la cobertura de la violencia.

“Lo que hace la prensa seria en todo el mundo es tener lineamientos muy claros que ayuden a resolver (…) ciertos problemas que la vida y la información te van a poner. Pongo esto de portada o no lo pongo, beneficia o no beneficia, aporta la información o no y esas decisiones hoy son casuísticas, son de acuerdo a las personalidades e intereses” que hay en los medios, afirmó.

El cambio debe pasar por dejar de “trivializar la violencia y comercializar la sangre” y una mayor unidad de los periodistas para ejercer presión como gremio y evitar ser “presa fácil” de los agresores.

Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.

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