Reporteros Sin Fronteras (RSF), una organización sin ánimo de lucro que defiende la libertad de expresión e información con sede en París (Francia), decidió invertir en Brasil para aumentar su visibilidad y presencia en el país. En 2015, RSF abrió una oficina regional para América Latina en Río de Janeiro y puso en marcha a finales de noviembre de 2016, una versión de su sitio en portugués.
“Ya teníamos una persona que se ocupaba de la zona, pero la idea era estar más cerca del terreno. Queríamos estar físicamente presentes para acercarnos a las fuentes de información y corresponsales, podernos movilizar con mayor facilidad a las conferencias y llevar la voz de la organización a la región”, dijo el director de la nueva oficina, Emmanuel Colombié, al Centro Knight.
Según explicó, Brasil es un país prioritario en el continente para la organización. Sin embargo, la organización tenía poca penetración en el país, en comparación con Colombia y México, en donde RSF ha tenido una presencia histórica.
“Elegimos a Brasil porque éramos menos visibles aquí. Así que la idea era aumentar nuestra presencia y, al mismo tiempo, continuar con el cubrimiento del continente entero”, dijo Colombié. En su concepto, la ONG trabajó mucho con los países de habla hispana lo que acabó dejando a Brasil en un segundo plano.
“No nos pronunciábamos con tanta frecuencia sobre Brasil debido a los numerosos problemas que encontrábamos en el país y por la falta de recursos también. Pero ahora nos estamos comunicando más en portugués”, aseguró. El objetivo de la ONG es mostrarse no sólo para los lectores brasileños, sino también para otros países de habla portuguesa.
Según el director, RSF quiere dedicarse a Brasil porque el país es uno de los más violentos del continente para la prensa, con muchos casos de homicidios. En 2016, tres periodistas fueron asesinados en Brasil. En 2015, hubo cinco casos. Señaló que este problema se repite en otros países como México, Honduras y Colombia.
“Los asesinatos ocurren en donde hay mucha corrupción y crimen organizado. Brasil continua siendo un país muy corrupto y por eso también hay amenazas, violencia institucional, verbal, física y asesinatos. Esto afecta más a los periodistas independientes que están lejos de las grandes ciudades e investigan casos de corrupción y crimen organizado”, aseguró Colombié.
También señaló que la violencia contra los periodistas se incrementó a partir de 2013 durante las manifestaciones. “En los últimos años, con las tensiones políticas del país, la violencia ha ido creciendo. Y como no tenemos un observatorio con datos públicos sobre estos casos, entonces el trabajo de las organizaciones civiles es clave”, dijo.
Otra razón para que la ONG se preocupe por el país es la concentración de los medios de comunicación y la falta de pluralidad, un fenómeno conocido en Brasil como “coronelismo electrónico”. Son grandes terratenientes o empresarios que tienen, al mismo tiempo, mandos políticos y medios de comunicación.
“Es una mezcla de poder económico, político y mediático, y las consecuencias son terribles para la calidad de la información porque siempre hay intereses particulares que interfieren con las líneas editoriales. Esto socava gravemente la libertad de prensa y de expresión”, dijo. También destacó el creciente poder de las iglesias, que son los propietarios de grandes grupos de televisión y de prensa.
Además de la violencia y la concentración en la propiedad de los medios de comunicación, otro tema que preocupa a la RSF en Brasil es el uso constante de la justicia para intimidar a los periodistas. Los crímenes de honor contra los funcionarios públicos sirven, en muchos casos, como un mecanismo para silenciar a la prensa no sólo en Brasil, sino en varios países de América Latina, de acuerdo con Colombié.
Áreas de trabajo
Una de las áreas de trabajo que la ONG tiene previsto desarrollar en Brasil es la protección y el apoyo a los periodistas amenazados. Colombié dijo que RSF cuenta con un equipo en su sede en París, que proporciona asistencia para reporteros en todo el mundo. Las soluciones y las medidas llevadas a cabo por la ONG pueden ir desde el envío de material de protección como chalecos antibalas, hasta la conexión entre las asociaciones y redes de apoyo para trasladar a un periodista de un país a otro.
“Ofrecemos soluciones de emergencia para periodistas que quieren escapar de su región por estar amenazados. Algunos quieren salir del país y damos asesoramiento jurídico para que puedan solicitar asilo político”, afirmó el director. Por lo tanto, los periodistas brasileños y latinoamericanos en situación de riesgo pueden escribir a la oficina regional en busca de ayuda. El correo electrónico del responsable de área de la oficina y coordinador de comunicación Artur Romeu es aromeu@rsf.org.
En caso de que RSF no tenga una solución para el problema, Colombié aseguró que la ONG busca visibilizar el caso y sensibilizar a la comunidad internacional y ejercer presión en las autoridades locales para que se resuelva el acoso.
La ONG también apuesta por la creación de un mecanismo nacional de protección a periodistas en Brasil. “Nuestra oficina en Río está trabajando con un equipo en Ginebra para presionar a las autoridades brasileñas para establecer el mecanismo para periodistas amenazados. Esto tiene que ser creado por el gobierno, pero debe ser independiente”, afirmó.
Asociaciones
La oficina regional, que en el momento tiene sólo dos empleados, Colombié y el brasileño Romeu, espera crecer en los próximos años. Para manejar la carga de trabajo, RSF cuenta con una red de corresponsales – al menos uno en cada país de América Latina – que hacen un monitoreo y mantienen a la organización informada sobre los problemas locales.
Según Colombié, actualmente sólo hay cuatro oficinas de RSF, además de las de Río de Janeiro y París. Una de ellas está en Estados Unidos, dos en Europa y una en África. La ONG también planea abrir una oficina en Asia en los próximos años.
En Brasil, el director quiere buscar asociaciones, incluidas las universidades, para ampliar el trabajo de RSF y llevar a cabo actividades de capacitación y formación para jóvenes periodistas y también para el público en general.
“Queremos hacerlas sobre seguridad cibernética y ética periodística. También queremos tener talleres sobre cómo comprobar las fuentes de información e identificar contenidos falsos o influenciados por intereses privados. Esto es muy importante en Brasil”, afirmó.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.