Por Ingrid Bachmann
La odisea en el norte de Chile de 33 mineros atrapados por dos meses a 700 metros de profundidad “ya se convirtió en un gran reality show”, explica La Nación. El rescate, que entrará en su etapa final el miércoles, promete ser el “evento mediático” de la semana.
Más de 1.500 periodistas, fotógrafos y camarógrafos se agolpan en el campamento Esperanza en busca de “historias humanas”, añade la nota de La Nación. Según Terra, 250 medios están acreditados para cubrir el inminente rescate y equipos de prensa de lugares como Rusia, Japón y Colombia comparten la ansiedad mediática con reporteros chilenos y familiares de los mineros, explican EFE y El Mundo. Fuentes de gobierno citadas por el New York Times aseguran que hay más medios cubriendo el rescate que los que que reportaron el terremoto que sacudió a Chile el pasado 27 de febrero.
Dadas las características del rescate, el gobierno chileno anunció que evitará el ingreso masivo de medios y periodistas al acceso a la mina. Según ORBE, las autoridades trasmitirán el rescate en vivo y las imágenes quedarán a libre disposición de los medios.
Las características de la historia —el accidente en la mina, el hallazgo de sobrevivientes y la larga espera para rescatarlos— se prestan para un relato épico que según la agencia AFP ya está inspirando proyectos literarios y filmes. Sin embargo, una sondeo en Chile reveló que el 79 por ciento de los encuestados cree que los medios se han aprovechado de la imagen de los mineros y su familias, añade Terra.
Los familiares también han expresado temor por la sobreexposición que podrían sufrir los mineros una vez que sean rescatados y tengan que afrontar el revuelo nacional y mundial que ha causado el operativo de rescate, explica La Tercera. En las últimas semanas los mineros también han recibido capacitación para enfrentarse a la prensa —además de apoyo psicológico— y han señalado estar dispuestos a hablar con los medios a su salida, agregan Europa Press y Radio Bío-Bío.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.