El 7 de marzo de 2017 se registró un amotinamiento en el centro de protección para niños y adolescentes víctimas de abandono y maltrato Hogar Seguro Virgen de la Asunción, en el municipio San José Pinula, en Guatemala. Desde años antes, existían denuncias contra dicha institución por hacinamiento, mala alimentación y violencia sexual.
El motín se extendió hasta el día siguiente, 8 de marzo, cuando un grupo de menores intentó protestar por los abusos de los que eran víctimas. En un intento por controlar la protesta, personal del Hogar Seguro las encerró bajo llave.
Un grupo de más de 50 niñas fueron confinadas en un salón con capacidad para 26 personas donde pasarían la noche. Ante el hacinamiento y la desesperación de no poder salir ni siquiera al baño, una de las jóvenes prendió fuego a una de las colchonetas de espuma que les habían entregado, con el fin llamar la atención de las autoridades al exterior.
El fuego se expandió rápidamente y provocó un incendio que duró varias horas. Los bomberos tuvieron dificultad para ingresar al sitio debido a que la mayoría de los accesos estaban cerrados con llave. Un total de 41 niñas y adolescentes murieron quemadas, mientras que 15 sobrevivieron con daños graves.
A cinco años de la tragedia hay varios funcionarios implicados pero no ha habido ningún sentenciado y los procesos judiciales no parecen avanzar. Además, el tema ha ido poco a poco desapareciendo de los medios de comunicación.
Para el medio digital independiente Agencia Ocote, la tragedia del Hogar Seguro es un caso paradigmático de los abusos y violencias que viven las mujeres, especialmente niñas y adolescentes, en Guatemala. Por ello se dio a la tarea de realizar una cobertura que pusiera la lupa de vuelta sobre el caso para revisitarlo desde nuevas miradas.
El resultado fue “No fue el fuego”, una investigación periodística colaborativa, multiplataforma y transmedia que busca servir como referente documental y archivo de la memoria, y generar conversaciones y acciones de sensibilización sobre la tragedia del Hogar Seguro. El trabajo, publicado entre el 2 de noviembre al 10 de diciembre de 2021, fue reconocido con el Premio Gabo 2022 en la categoría Cobertura.
El jurado de la premiación destacó la forma “creativa y coherente” en la que el equipo de Agencia Ocote utilizó “a su mayor potencial” una amplia variedad de formatos y lenguajes narrativos. Eso, junto con un destacado trabajo de reportería, hizo que el trabajo lograra hacer resurgir el caso del Hogar Seguro y presentar su historia definitiva.
Para sus autores, la principal innovación de “No fue el fuego” fue lograr esa convergencia de distintos lenguajes de manera armónica y llevar la investigación a otros espacios, más allá de lo digital.
“No es que nos hayamos inventado un nuevo lenguaje o algo así, sino que creo que logramos hacer una amalgama de esos diversos formatos con un tono compartido, con una esencia compartida”, dijo Alejandra Gutiérrez Valdizán, directora de Agencia Ocote, a LatAm Journalism Review (LJR). “Es parte del ADN de Ocote, esta búsqueda de contar la realidad desde miradas diversas. De hecho, ese es nuestro eslogan”.
El especial consiste de reportajes a profundidad, un álbum memorial con perfiles de las víctimas, una línea de tiempo con registros hemerográficos, un reportaje gráfico, una serie de podcasts y un documental en video.
Los reportajes dan cuenta de diferentes aspectos de la tragedia, desde el duelo que causó la muerte de las 41 adolescentes hasta las diferentes irregularidades que ha presentado el proceso judicial.
El documental lleva por título “Niñas / Somos el fuego” y fue realizado por las periodistas y documentalistas Victoria Bouloubasis y Mónica Wise Robles. A lo largo de los 34 minutos del filme, las sobrevivientes de la tragedia narran de viva voz lo sucedido en el Hogar Seguro.
El relato gráfico, titulado “Salvar el fuego”, da cuenta a través de viñetas de la historia del incendio en una línea narrativa que navega entre la ficción y la no ficción. El material cuenta con versión tanto digital como impresa, esta última distribuida gratuitamente en los eventos que realiza Agencia Ocote, pero que también está a la venta en librerías de Guatemala.
La diversidad de formatos y plataformas de “No fue el fuego” fue pensado para hacer llegar el tema a todo tipo de audiencias. Mientras que el reportaje gráfico y los podcasts fueron concebidos para públicos jóvenes que apenas conocen sobre la tragedia, los reportajes a profundidad y la línea del tiempo estuvieron dirigidos a especialistas y académicos en ciencias sociales interesados en estudiar el tema, explicó Gutiérrez.
“Todo giró en torno a esa misma temática, contándolo de diferente manera”, dijo la periodista. “Cada uno de esos productos o de esos formatos cumplían un fin muy preciso”.
Pero además, el trabajo trasciende el terreno digital e incluso el periodístico. “No fue el fuego” incluye una instalación artística itinerante compuesta de 41 cometas, cada uno con una llave colgante con el nombre de las niñas que perdieron la vida en la tragedia. Además incluye piezas de arte que abordan los hechos, bajo la curaduría de la artista y activista Maya Juracán. La instalación ha sido exhibida en puntos importantes del país, como la Casa de la Memoria Kaji Tulam, en Ciudad de Guatemala.
Paralelamente, Agencia Ocote creó un taller de bordado para niñas, en las que estas realizan bordados alusivos al tema del trabajo periodístico. Ambas actividades, dijo Gutiérrez, son a manera de ejercicios de memoria para generar conversaciones sobre la tragedia, pero también como formas alternativas de distribuir el especial.
“En la exposición también proyectamos el documental y se colocan audífonos para escuchar los podcasts, y todos los códigos QR para enlazar a la página [de la investigación]”, explicó Gutiérrez. “Teniendo súper delimitado cuál es el trabajo periodístico y cuáles son las subjetividades, creemos que también se pueden generar estos diálogos y estas alianzas entre lo periodístico y lo artístico para seguir trasladando la información y de pronto llegar de otras maneras”.
La producción de “No fue el fuego” fue posible gracias al financiamiento del Programa ACTuando Juntas Jotay. Con ello, Agencia Ocote logró reunir a un equipo de 17 profesionales, entre periodistas, documentalistas, diseñadores y artistas, en su gran mayoría mujeres, algunos de los cuales continúan cubriendo lo que se deriva del tema.
La parte más difícil de la realización de “No fue el fuego” fue, dijo Gutiérrez, el acercamiento con las sobrevivientes y los familiares de las jóvenes que fallecieron. No solo por el enorme dolor y trauma que representó el incendio en el Hogar Seguro, sino porque a lo largo de cinco años, se han enfrentado a un sistema de justicia ineficaz que les ha dado la espalda.
Por esa razón, el equipo de Agencia Ocote tuvo como misión durante el tratamiento de la información el evitar en todo momento revictimizar a las víctimas y sobrevivientes de la tragedia. Por el contrario, el especial intenta honrar la vida de cada una de las niñas fallecidas. Por ello, se decidió incluir la sección Memorial, con perfiles breves de las 41 víctimas en un formato periodístico narrativo, realizados bajo la coordinación de la periodista mexicana Daniela Rea Gómez, quien tiene experiencia en la cobertura de temas de violencia.
“En todo momento nos propusimos esa idea de no revictimizar y en ese sentido siempre darles su lugar, que no sean solo cifras. Pensamos que debíamos dejar ese registro de ellas y no desde la victimización”, dijo Gutiérrez. “Tuvimos ese cuidado también de exponer esa parte humana de ellas, no sólo la parte de víctimas”.
Aunque hasta el momento la investigación no ha tenido impacto directo en las resoluciones judiciales del caso, las familias de víctimas y sobrevivientes han expresado a Agencia Ocote su agradecimiento por darle visibilidad al caso para sumar presión sobre las autoridades.
“Ellos [los familiares de las víctimas] siguen viniendo de lugares alejados, gastando mucho dinero, con un desgaste emocional, a exigir justicia. Nos decía la mamá de una de las niñas ‘a veces en el juicio ya no están ni los medios’”, contó Gutiérrez. “Escuchar a las familias de las chicas que fallecieron o de las sobrevivientes decir ‘gracias por seguir contando esta historia’ es muy satisfactorio”.
“No fue el fuego” también tuvo el acierto de realizar una reconstrucción casi forense de lo que ocurrió el 8 de marzo de 2017 en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción con piezas que se encontraban dispersas.
El podcast fue el formato que Agencia Ocote eligió para presentar esta reconstrucción que terminó convirtiéndose en una miniserie true crime de no ficción de cuatro episodios de entre 30 y 40 minutos cada uno.
“Habían registros de lo que había sucedido, como notas de prensa, videos, cosas que salieron en la televisión, pero no había un registro que uniese todo. Entonces, de ahí surge un poco la idea de hacer una especie de miniserie, una crónica que contara minuto a minuto cómo había sido”, dijo a LJR Melisa Rabanales, experiodista de Radio Ocote, la división de podcast del medio guatemalteco.
Rabanales tuvo el acierto de encontrar audios de algunas de las niñas que fallecieron en la tragedia, algunos de los cuales presumiblemente fueron sus últimos registros de voz antes de morir. Eso, sumado a entrevistas originales y material de otros medios de comunicación, conformó un complejo trabajo de curaduría que se convirtió en una de las secciones del especial más consumidas hasta el momento.
La periodista contó que fue un enorme reto escuchar horas de material crudo y explícito y armar con ello una historia que mantuviera la mayor sensibilidad y respeto posibles tanto para las protagonistas como para la audiencia.
“Me tocó construir una historia con pedacitos”, dijo Rabanales. “Fue un proceso de edición súper riguroso de saber qué poner y qué cosas no. No queríamos revictimizar tampoco, pero también era importante nombrarlas [a las víctimas]. Nos debatimos mucho con algunos audios donde se escuchan algunos gritos al momento en el que las niñas salen del aula quemadas. Creo que ese fue uno de los más grandes retos”.
Para Rabanales, la principal innovación de este podcast es haber logrado crear una crónica sonora con las propias voces de las víctimas a modo de true crime, un género que no ha sido explorado en el periodismo de Guatemala y con el cual apenas se está comenzando a experimentar en América Latina.
“Este género permitió que, aun siendo un tema tan difícil, fuese digerible. Yo creo que hace falta, por lo menos en Latinoamérica, muchísimos más podcast narrativos”, dijo. “El periodismo no tiene que pelear con la narrativa, no tiene que ser aburrido. Creo que en el tema audiovisual vamos un poquito más adelantados. Por ejemplo, vemos los documentales de no ficción que están haciendo en Netflix, pero en audio creo que vamos un poquito atrás”.
La miniserie de “No fue el fuego” es el podcast más escuchado en la historia de Radio Ocote, con más de un millón de reproducciones, según Rabanales. Además, el material ha sido presentado en una adaptación en vivo en eventos como el Festival Podcastinación 2021 y en la celebración del Día Internacional de la Mujer de este año en Ciudad de Guatemala.
Tanto Rabanales como Gutiérrez coinciden en que el especial “No fue el fuego” ha logrado revisitar una historia que ha sido contada muchas veces de una forma en que genera empatía de la audiencia hacia la tragedia.
“Eso es una de las cosas que hace este proyecto y por las cuales tiene bastante repercusión”, dijo Rabanales. “El tema es una herida que sigue abierta en Guatemala porque hasta la fecha todavía no tenemos a ningún condenado. Y los periodistas también tenemos heridas que sabemos que de alguna manera debemos sanar y yo creo que, tanto la audiencia como para los periodistas, [este especial] era algo que hacía falta”.