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Tras haber sido espiados, algunos periodistas de El Faro demandan en Estados Unidos al fabricante del spyware Pegasus

Quince periodistas del medio nativo digital El Faro, de El Salvador, presentaron una demanda ante un tribunal federal de Estados Unidos contra NSO Group, la empresa israelí que fabrica el programa espía Pegasus. Los periodistas piden a la Justicia estadounidense que la empresa revele quién es el cliente que compró Pegasus y ordenó la intervención de los teléfonos móviles de los comunicadores, revelada en enero. También exigen que la empresa aclare qué información se recogió sin conocimiento de los periodistas y qué se hizo con ella, y que esta sea eliminada de sus servidores.

“Es necesario sentar precedente para que [tanto] las empresas que promueven este mercado de espionaje, como los clientes que ejecutan este programa sepan que sus acciones tienen consecuencias”, declaró a LatAm Journalism Review (LJR) Julia Gavarrete, una de las periodistas de El Faro que presentó la demanda.

En enero de 2022, una investigación confirmó que decenas de periodistas de El Salvador fueron objeto de espionaje digital con programas espía, instalados en sus teléfonos móviles sin su conocimiento. Al menos 22 profesionales de El Faro, entre periodistas y personal administrativo, se encontraban entre los sujetos espiados. El peritaje demostró que El Faro estuvo bajo vigilancia constante desde el 29 de junio de 2020 hasta el 23 de noviembre de 2021. En total, se realizaron 226 intervenciones en los teléfonos móviles de los miembros del equipo del medio digital.

Journalist Julia Gavarrete standing with her hands in her pockets

Julia Gavarrete, del sitio El Faro. (Foto: Víctor Peña)

El programa espía Pegasus permite el acceso remoto a toda la información contenida en el dispositivo, como mensajes, fotos y videos, así como el acceso a las aplicaciones. También permite activar micrófonos y cámaras en cualquier momento y grabar lo que ocurre, todo ello sin que la persona a la que pertenece el dispositivo se dé cuenta.

NSO Group afirma vender la licencia del programa sólo a gobiernos. El gobierno de Nayib Bukele, presidente de El Salvador, sostiene que “no está de ninguna manera relacionado con Pegasus y tampoco es cliente de NSO Group”, según declaró en enero Sofía Medina, secretaria de Comunicación de la Presidencia. También dijo entonces que el gobierno estaba investigando “un posible uso” del programa en el país.

‘Amenaza para la libertad de prensa y la democracia’

Los periodistas de El Faro están representados en su demanda por el Knight First Amendment Institute de la Universidad de Columbia, en Nueva York. La organización se fundó en 2016 y se dedica a defender “las libertades de expresión y prensa en la era digital a través de litigio estratégico, investigación y educación pública”, según su página web. De acuerdo con la organización, es la primera vez que periodistas presentan una demanda contra NSO Group ante las cortes de Estados Unidos.

Carrie DeCell, abogada principal de la organización y una de las representantes de los periodistas de El Faro en el caso, declaró a LJR que el equipo del medio digital salvadoreño fue “víctima de uno de los mayores ataques de spyware contra periodistas que hemos visto en todo el mundo hasta la fecha”.

“NSO Group ha suministrado programas espía a regímenes autoritarios y violadores de derechos en todo el mundo, y estos regímenes han utilizado estos programas espía contra periodistas, activistas de derechos humanos y opositores políticos. El uso de programas espía de NSO Group y otros fabricantes mercenarios de programas espía representa una de las amenazas más urgentes para la libertad de prensa -y la democracia- en la actualidad”, dijo.

DeCell explicó que la demanda se presentó ante un tribunal del estado de California porque el espionaje mediante el programa espía Pegasus “implicaba abusos deliberados y persistentes de la infraestructura en Estados Unidos de empresas estadounidenses, en este caso, Apple”.

“NSO Group accedió a los servidores de Apple para desarrollar el exploit [programa malicioso] utilizado para instalar Pegasus en los teléfonos móviles de los demandantes. NSO Group y sus clientes también pueden haber utilizado Apple y otros servidores con sede en Estados Unidos para extraer datos de las cuentas en la nube de los demandantes. Y los ataques con programas espía violaban claramente la legislación estadounidense”, explicó.

Los abogados de los periodistas de El Faro han presentado una petición para que este caso se juzgue junto con otro contra NSO Group presentado por Apple. El caso de Apple está a la espera de que la Corte Suprema de Estados Unidos se pronuncie sobre una petición de NSO Group en otro caso, interpuesto por WhatsApp, en el que la empresa israelí alega “inmunidad soberana extranjera”, dijo DeCell. El abogado espera que la Corte Suprema rechace esa petición en enero de 2023, lo que permitiría que los casos contra NSO Group avancen en los tribunales estadounidenses.

“Las cortes de Estados Unidos tienen un papel crucial que desempeñar para garantizar que los creadores de programas espía como NSO Group rindan cuentas por el papel que desempeñan en facilitar la persecución de periodistas, especialmente cuando dicha facilitación implica el uso indebido de tecnología estadounidense”, afirmó.

DeCell subrayó que la medida más importante que los periodistas y sus abogados buscan en este caso es una orden judicial que obligue a NSO Group a revelar quién ordenó los ataques de Pegasus contra los profesionales de El Faro.

“Una orden de este tipo enviaría un mensaje claro a los regímenes que violan los derechos en todo el mundo de que no quedarán impunes si utilizan programas espía para silenciar a la prensa, intimidar a los activistas de derechos humanos o reprimir a los disidentes políticos”, afirmó.

“Prensa bajo ataque” en El Salvador

Gavarrete, por su parte, dijo que los periodistas de El Faro creen que no será posible obtener justicia en los tribunales de El Salvador, “tomando en cuenta que no existe una Fiscalía independiente que sea capaz de hacer una investigación seria que lleve a conocer quiénes son los responsables de este espionaje".

“Además, creemos que es importante que NSO Group, siendo la empresa que está detrás del diseño de Pegasus, también responda por los abusos que sus clientes hacen del programa. Es inadmisible que luego de tantos atropellos y de cientos de casos registrados sobre violación de derechos humanos, NSO Group tampoco rinda cuentas”, afirmó.

En febrero, menos de un mes después de que se confirmara el uso de Pegasus contra periodistas en El Salvador, la Asamblea Legislativa del país aprobó una reforma del Código Penal que creaba la figura del “agente encubierto digital”. Esto permite a los agentes de policía acceder a los dispositivos electrónicos y recopilar datos para utilizarlos como prueba en procesos penales. Dicha reforma fue criticada por periodistas y otros actores de la sociedad civil del país, que afirmaron que se trataba de la legalización del espionaje digital a ciudadanos salvadoreños.

“El Salvador es un país donde se confirma el uso de un programa tan peligroso como Pegasus y su gobierno responde con reformas que habilitan a que haya más espionaje bajo la excusa de ‘combatir el crimen’”, dijo Gavarrete. “Lo mismo dice NSO Group cuando defiende el uso de su programa. Sin embargo, sabemos que este ha sido utilizado para atacar y perseguir voces disidentes y periodistas. Si bien el gobierno de El Salvador dice que en el país no se asesinan periodistas, no es necesario llegar a eso cuando confirmamos que un programa como este ha sido utilizado para atacarnos. El uso de Pegasus confirma que tanto la prensa como la libertad de expresión se encuentran bajo ataque”, afirmó.

Gavarrete dijo también que el descubrimiento de que estaban siendo espiados a través de sus propios teléfonos móviles tuvo importantes repercusiones en la vida cotidiana profesional y personal de los periodistas.

“Cambió nuestra manera de comunicarnos con nuestras fuentes, con nuestra familia y amigos; cambió la manera en la que debemos y nos deben compartir información [...]. Nuestra vida personal también se vio afectada al no poder continuar yendo o visitando los lugares que frecuentábamos con regularidad por miedo a estar bajo seguimiento. No podemos pensar que la vida continúa normal, porque no es así. Somos conscientes de que debemos cuidar de nuestros movimientos porque estamos expuestos a ser atacados públicamente. Nadie espía si no es con el fin de utilizar luego esa información para destruir y atacar”, afirmó.

La demanda contra NSO Group es una forma de decir a los “cientos” de víctimas del programa espía Pegasus en todo el mundo “que no están solas”, afirmó.

“Demandar a una empresa como NSO Group no es una decisión fácil de tomar, pero es necesaria. Cada año aumentan los casos de cómo son mal utilizadas herramientas de espionaje como Pegasus contra periodistas, activistas, defensores y defensoras de derechos humanos. Hemos conocido cómo periodistas fueron víctimas de espionaje cuando fueron asesinados”, subrayó Gavarrete. “Presionar desde un nivel internacional a través de este tipo de demandas [judiciales] puede ayudar a frenar esta industria de espionaje que de momento se expande cada vez más porque sabe que puede actuar de manera impune”.

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