El trabajo de periodista de José Luis Calderón lo colocó en una situación de riesgo a inicios de 2024. Pero él considera que fue también el periodismo lo que lo salvó.
El 9 de enero de este año, Calderón estaba trabajando en el canal TC Televisión, en Guayaquil, Ecuador, propiedad de la sociedad estatal de Medios Públicos y una empresa privada. Mientras el canal transmitía en vivo uno de sus noticiarios, un grupo de hombres armados con el rostro cubierto tomaron las instalaciones e ingresaron al foro. Desde dos días antes, Ecuador se había visto sacudido por violentas revueltas en cárceles y calles de varios puntos del país tras la fuga de prisión de un líder del crimen organizado.
Por varios minutos, los televidentes vieron a los agresores apuntando con sus armas a periodistas y equipo técnico, mientras otros empleados suplicaban por sus vidas en el piso. Incluso se escucharon algunos disparos. En medio del caos se vio a Calderón pidiendo calma a los sujetos mientras éstos le colocaban un supuesto artefacto explosivo en el bolsillo del saco y le exigían que usara las cámaras del estudio para pedir que la policía no ingresara o alguien podría perder la vida.
La noticia del ataque a TC Televisión fue retomada por medios de todo el continente. (Foto: Captura de pantalla de Clarín, El Espectador y El Comercio)
Las imágenes, que circularon en todo el mundo, muestran a un Calderón aparentemente en control de la situación tratando de calmar los ánimos de los delincuentes. El periodista cree que las coberturas de hechos violentos y trágicos que ha realizado a lo largo de sus 23 años de experiencia –desde balaceras en prisiones hasta el rescate de mineros atrapados en Chile en 2010– lo prepararon para enfrentar con entereza el ataque del 9 de enero.
“Yo mantenía esa postura corpórea, cognitiva, sensorial frente a lo caótico. [...] No me descompuse y era como si estuviera en una cobertura”, dijo Calderón a LatAm Journalism Review (LJR). “En cierta forma siento que [el periodismo] me entrenó y me permitió guardar una calma o compostura de llamar a que no se extralimitaran los terroristas en las amenazas, que eran constantes”.
Pero pese a esa aparente entereza, Calderón dijo que por dentro se quebró y que los hechos tuvieron clara repercusión en su salud mental.
El canal permaneció fuera del aire por dos días y Calderón inició un periodo vacacional de dos semanas que había pactado previamente. Pero esas vacaciones se convirtieron en una incapacidad médica indefinida debido a que, dijo, se vio en la necesidad de iniciar un tratamiento psicológico.
Al igual que Calderón, a dos meses de los hechos, otros empleados de TC Televisión han recurrido a diversas formas de apoyo psicológico para tratar de aliviar el trauma que les dejó la toma violenta del canal. Esta experiencia hizo que periodistas de la cadena reconocieran la importancia del cuidado de la salud mental para el buen ejercicio del periodismo.
Una de las formas con las que empleados de TC Televisión están tratando de recobrar la estabilidad emocional es a través de un nuevo programa de acompañamiento psicosocial de emergencia de la organización de defensa de la libertad de expresión Fundamedios. Este programa surgió a raíz del ataque a la televisora, pero también ante el notorio deterioro de la situación en la que trabajan los periodistas en Ecuador.
“Una de las preocupaciones era cómo este hecho tan violento, tan traumático para la sociedad ecuatoriana tenía un fuerte impacto en la salud psicológica y emocional de los periodistas y trabajadores de TC,” dijo a LJR César Ricaurte, director ejecutivo de Fundamedios. “La toma de los canales fueron quizás los hechos de violencia más terribles que ha vivido el periodismo en el Ecuador, y ha habido hechos realmente complicados”.
El programa de Fundamedios va más allá de ofrecer terapia psicológica. Consiste en talleres que incluyen terapias holísticas y técnicas de resiliencia para gestionar eventos traumáticos, algunas de ellas basadas en saberes ancestrales de las culturas originarias de Ecuador. De acuerdo con Ricaurte, la iniciativa se aparta de la visión más tradicional de la asistencia psicológica y se basa en una visión integral del bienestar y de la salud psicosocial de los periodistas.
“El taller de todo un día está dividido en dos partes: una parte del trabajo más corporal, en el cual se trabaja con meditación, yoga, aromas”, dijo. “Y en la segunda parte se trabaja ya en el desarrollo de las técnicas de resiliencia, que básicamente están basadas en cómo ir manejando la respiración, controlando los niveles de ansiedad e ir alcanzando el equilibrio en cuatro aspectos: en lo emocional, lo físico, lo mental y lo espiritual”.
Los atacantes colocaron un supuesto artefacto explosivo en el bolsillo del saco del periodista José Luis Calderón y le apuntaron con armas en varias ocasiones. (Foto: José Luis Calderón en X)
La iniciativa arrancó el 27 de enero en una fase piloto con talleres para trabajadores de TC Televisión en Guayaquil. En febrero, Fundamedios comenzó a ofrecer los talleres en modalidad virtual para al menos 20 periodistas ecuatorianos en el exilio, y en marzo la organización tiene planeado llevar el programa a un grupo de cerca de 30 periodistas del resto del país considerados en situación de riesgo.
“La idea es que hacia el segundo semestre del año ya podamos establecer un programa de mayor alcance, en el que podamos ya tener apoyo o asistencia casi permanente a los periodistas que los requieran”, dijo Ricaurte. “Pero obviamente eso va a depender mucho de los recursos que podamos movilizar”.
Desde 2020, Fundamedios ha implementado esfuerzos para el cuidado de la salud mental de los periodistas. Ese año puso en marcha el programa “Periodismo Consciente”, en alianza con el Instituto Prensa y Sociedad de Perú y la organización Medianalisis de Venezuela. Este programa se dio en el contexto de la pandemia por COVID-19 y consistió en evaluar la salud mental de periodistas de esos países y ofrecerles apoyo psicológico.
El director de Fundamedios dijo que inicialmente se encontraron con cierta resistencia por parte de algunos empleados de TC Televisión que no querían revivir lo sucedido en una terapia.
Uno de ellos fue Jorge Rendón, subdirector de noticias y presentador del canal, y uno de los periodistas que estaba al aire al momento del atentado. Rendón y su co conductora Vanessa Filella escucharon a través del monitor de oído que sujetos intentaban entrar al estudio, por lo que enviaron a una pausa comercial para luego resguardarse en un lugar seguro, desde donde escucharon el pánico de sus compañeros y las amenazas de los agresores.
Rendón dijo que el taller ofrecido por Fundamedios le dio herramientas para trabajar las emociones que había bloqueado los días posteriores al ataque.
“Yo pensaba que íbamos a revivir lo que sufrimos por el atentado, ese trauma. Y resulta que fue lo contrario, nunca topamos el tema. Más bien, fue lo contrario: fue el antídoto como para despejarnos de todo eso”, dijo el periodista a LJR. “Nos quedamos más bien sorprendidos de que el tema era un poco bajarle el tono, o desbloquear esa sensación que teníamos”.
Calderón, quien no formó parte de los talleres de Fundamedios, agregó que TC Televisión ha ofrecido apoyo emocional a su staff mediante un grupo de psicólogos, pero que él y otros empleados han decidido no tomarlo porque todavía no desean volver a las instalaciones del canal. Él, como otros miembros del equipo, dijo, decidió tratarse de forma privada.
Parte del propósito de los talleres de Fundamedios es ofrecer a los periodistas ecuatorianos herramientas para aliviar situaciones traumáticas que han enfrentado en el pasado a causa de su trabajo y el estrés que ha implicado el ejercicio de su profesión en años recientes, en los que la violencia contra la prensa ha aumentado significativamente.
“No solamente se trata de vencer un trauma que tuvimos hace poco, fuerte, sin duda alguna. También sirvió para poder aliviar probables frustraciones o situaciones que habíamos tenido guardaditas allí y que nunca las quisimos despejar”, dijo Rendón. “[El taller de Fundamedios] también sirvió para aliviar esa carga”.
Previo a la toma violenta de TC Televisión, la prensa ecuatoriana venía de enfrentar dos años de un claro aumento en los casos de violencia respecto a años anteriores. De acuerdo con el informe anual de Fundamedios, las agresiones a miembros de los medios de comunicación por parte del crimen organizado aumentaron 240 por ciento en 2023 respecto al año anterior.
En 2022 fueron asesinados cuatro periodistas en Ecuador: Mike Cabrera, Gerardo Delgado, César Vivanco y Johanna Guayguacundo. Un año después fue asesinado el periodista y candidato presidencial Fernando Villavicencio, en medio de un ambiente de violencia y crisis institucional. También en 2023, cerca de una decena de periodistas tuvieron que salir al exilio, de acuerdo con datos de Fundamedios.
“Ha sido una concatenación de hechos muy traumáticos, y obviamente eso se refleja en el gran temor que existe en muchos periodistas ecuatorianos que hacen coberturas de las calles, que están constantemente al pie de la noticia”, dijo Ricaurte. “Por eso es doblemente valioso y se debe valorar el trabajo que muchos de estos comunicadores hacen diariamente enfrentándose a sus propios temores y al impacto que han tenido estos hechos”.
Vanessa Filella y Jorge Rendón estaban al aire cuando los atacantes ingresaron al foro. (Foto: Captura de pantalla del canal en YouTube de TC Televisión)
En años anteriores, Calderón y Rendón ya habían enfrentado experiencias traumáticas a raíz de su profesión, las cuales, dijeron, no habían trabajado.
Calderón contó que fue asaltado a mano armada el año pasado mientras realizaba una cobertura en las calles, mientras que Rendón dijo haber sufrido un secuestro en 2005, el cual atribuye a temas de sus investigaciones periodísticas.
“La ola de violencia es tan cruenta que nos ha involucrado a los periodistas, que ya dejamos de ser espectadores para convertirnos en protagonistas”, dijo Calderón. “La tarea del periodismo o del periodista está expuesta y nos vemos muy limitados también a realizar nuestra labor”.
El periodista dijo que tras los hechos del 9 de enero cayó en cuenta de que jamás había recibido asistencia psicológica para evitar que los hechos traumáticos a los que lo ha enfrentado su profesión trastoquen su salud emocional. Aunque hasta el momento no ha formado parte del programa de Fundamedios, reconoció la importancia de que los periodistas pongan atención a su salud mental.
“Es vital que generemos conciencia, somos seres humanos quienes estamos involucrados en el oficio de contar historias. No somos máquinas, entendamos”, dijo. “El periodismo te exige mucho, por ello la necesidad de incorporar mecanismos desde las empresas para mejorar aspectos cognitivos y evitar enfermarnos de la depresión ante tantos hechos caóticos que solemos espectar”.
Rendón también dijo que los periodistas necesitan programas de apoyo psicológico para descargar las experiencias de su vida profesional, la cual, dijo, es sumamente sacrificada y emocional.
Ricaurte, por su parte, considera que la salud física, mental y emocional es fundamental para que los periodistas puedan ejercer su profesión de la forma en la que la sociedad lo necesita.
“En la medida en que el periodista tenga bienestar integral, un bienestar mental, físico, espiritual, emocional, va a poder cumplir de mejor forma su rol en la sociedad, va a poder tener más empatía, va a poder comprender mejor los problemas a los que se enfrenta, va a tener mayor claridad emocional y mental para tomar las mejores decisiones”, dijo. “Yo creo que eso definitivamente va a traducirse en un mejor nivel profesional”.
