Un Tribunal Superior de Colombia condenó recientemente a 12 años de prisión a uno de los implicados en el caso de tortura agravada contra la periodista Claudia Julieta Duque. Para la periodista hay un sabor “amargo” porque el exfuncionario de inteligencia sentenciado se encuentra prófugo.
El 2 de noviembre de 2023 el mundo conmemora otro Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas. La impunidad en los casos de violencia contra miembros de los medios sigue siendo la norma, ya que la mayoría de los asesinos quedan libres. En las Américas, Haití, Brasil y México encabezan la lista de países del mundo donde los asesinatos de periodistas quedan impunes.
Con motivo del Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, conmemorado el 2 de noviembre, LatAm Journalism Review destaca cuatro casos de periodistas de la región que, en su mayoría, permanecen impunes. Hablamos con periodistas que fueron agredidos, familiares de quienes fueron asesinados por su trabajo y organizaciones que luchan para que los casos sean investigados y juzgados.
La investigación del asesinato del periodista Gabriel Hernández en Honduras no ha tenido ningún avance en los casi cinco años desde que se cometió el crimen. Falta de acceso a la información así como una falla en protegerlo antes de su asesinato hacen parte de los cuestionamientos a las autoridades.
Pedro Palma fue asesinado el 13 de febrero de 2014 en Miguel Pereira, en el estado de Río de Janeiro. Nueve años después, la investigación del crimen sigue abierta y no se ha responsabilizado a nadie. Este es uno de los 25 casos en Brasil con "total impunidad", según el Comité para la Protección de los Periodistas, e ilustra los obstáculos para que los autores materiales e intelectuales de crímenes contra periodistas rindan cuentas en ese país.
Durante los últimos veinte años, la periodista colombiana Claudia Duque ha sido blanco de ataques por su trabajo. Ha sido secuestrada, torturada, amenazada, seguida y monitoreada. La justicia para estos crímenes ha sido limitada. A pesar de esto, continúa centrándose en sus propias investigaciones periodísticas, principalmente en crímenes contra otros periodistas.
El 2 de enero de 2015 el periodista mexicano Moisés Sánchez Cerezo fue secuestrado de su casa por hombres armados. Días después su cuerpo fue encontrado sin vida y con señales de tortura. En estos casi nueve años, su familia se ha dedicado a conseguir justicia con los diferentes gobiernos sin mayor éxito.
La periodista mexicana Alejandra Ibarra propone en su nuevo libro que no es lo que publican los periodistas lo que los hace blanco de asesinatos, sino su liderazgo y toma de postura. También argumentó que los políticos mexicanos ven en el periodismo crítico una osadía y no una función democrática.
El narcotráfico, la narcopolítica y la negligencia en el tratamiento de las desapariciones de periodistas contribuyen a la total impunidad de estos crímenes en México. Las desapariciones tienen un impacto social similar al de los asesinatos y son aún más devastadoras para las familias de los desaparecidos, dijo Sara Mendiola, de la organización Propuesta Cívica, a LatAm Journalism Review.
Desde 2019, 13 medios argentinos crearon el cargo de editora de género, lo que convierte al país en el terreno más fructífero de América Latina para estas profesionales. Una encuesta inédita escuchó a 12 de ellas y encontró que las editoras son blanco de violencia en línea con una frecuencia alarmante, y que la mayoría de ellas no se sienten intimidadas por los ataques.
El avance del narcotráfico en la región fronteriza entre Paraguay y Brasil coloca en riesgo a los periodistas que informan sobre el tema. LatAm Journalism Review entrevistó a cuatro reporteros que cuentan cómo se autoprotegen para no quedar expuestos a las amenazas del crimen organizado.
Con los asesinatos este mes de Nelson Matus y Luis Martín Sánchez suman ya siete periodistas asesinados en México en lo que va de 2023, lo cual ha generado condenas de organizaciones a nivel mundial. En Guerrero, el segundo estado mexicano más peligroso para el periodismo, agrupaciones de periodistas acusan impunidad y exigen seguridad.