La agudización del conflicto entre el cartel del Golfo y su ex fuerza de seguridad, los Zetas, ha resultado en 200 muertes en dos semanas en los estados de Tamaulipas y Nuevo León, además de una autocensura sin precedentes a lo largo de la frontera de México con Texas. El silencio informativo se apoya en amenazas, secuestros y ataques contra los periodistas, reporta el Dallas Morning News.
Noticias sobre tres periodistas mexicanos asesinados sólo en enero y el caso de al menos 15 personas, la mayoría adolescentes, ejecutadas en una fiesta de cumpleaños en Ciudad Juárez, han puesto la atención internacional en la violencia ligada al narcotráfico en México, a la que se le atribuyen más de mil muertes en los primeros 34 días de 2010. Mientras tanto, los trabajadores de la prensa mexicana se preparan para nuevos ataques.
Los usuarios de Twitter en la Ciudad de México han enfadado a las autoridades al revelar la ubicación de puestos de revisión de alcoholemia en conductores y tanto secuestradores como narcotraficantes están usando Facebook y MySpace para comunicarse entre ellos. En respuesta, los legisladores han propuesto una ley que restrinja las redes sociales y cree una fuerza policial para monitorearlos, reporta GlobalPost. (La Associated Press tiene esta nota en español sobre la materia).
Jorge Ochoa Martínez fue asesinado en Ayutla de un balazo en la cabeza, en medio de la ola de violencia que azota al sureño estado de Guerrero. Ochoa era director del semanario regional El Sol de la Costa y es el tercer periodista asesinado en México en lo que va del año, reportó El Universal.
El vehículo de Adriana Aguirre San Millán fue incendiado frente a sus oficinas en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa, y junto a él fue colocado un mensaje en el que se advierte que lo mismo le pasará a todos los periodistas, reportaron La Jornada y El Universal. Aguirre es propietaria de la cadena Organización Impulsora de Radio (OIR).
José Luis Romero, periodista de la radio Línea Directa conocido por sus notas sobre el narcotráfico, fue encontrado muerto la madrugada del sábado, en una carretera cercana a Los Mochis, Sinaloa. En esta localidad había sido secuestrado dos semanas atrás, reportaron El Universal y La Jornada.
Judith Torrea, una reportera nacida en España, ha cubierto por nueve años temas de la frontera entre México y Estados Unidos, como el narcotráfico, la inmigración y las políticas fronterizas. Sintió interés por Ciudad Juárez desde su primera visita doce años atrás, a pesar de ser considerada por una organización civil mexicana como la ciudad más violenta del mundo.
La ola de ataques contra periodistas mexicanos ha resultado en el primer asesinato del año. Dos periodistas del periódico Zócalo Saltillo fueron secuestrados la noche del jueves 7 de enero y uno de ellos, Valentín Valdés Espinosa, fue hallado muerto en las afueras de un motel la mañana siguiente, con una nota de advertencia en su pecho, reportó el mismo diario. Los contenidos del mensaje no fueron dados a conocer.
Unos 40 periodistas se manifestaron frente a la Procuraduría General de Justicia en Los Mochis, en el estado noroccidental de Sinaloa, para demandar que las autoridades aceleren las indagatorias por el secuestro la semana pasada de José Luis Romero, reportero de asuntos policiales en el noticiario radiofónico Línea Directa.
Poco antes de que las “caravanas” en México aparecieran en los titulares a nivel internacional, un grupo de periodistas repartidos por todo el país hizo un plan: los reporteros las seguirían junto con los refugiados y migrantes desde el principio hasta el fin de su viaje.
El periodista Jorge Miguel Armenta Ávalos, director general de Medios Obson, fue asesinado en un ataque armado en la Ciudad Obregón, Sonora, México, el 16 de mayo, informó la Fiscalía General de Justicia del estado de Sonora.
El diario Reforma sacó a relucir el un audio donde un hombre, quien dice ser de un grupo del crimen organizado, amenazó con “volar” la sala de redacción y que si no basta este el tipo de cobertura sobre el Presidente mexicano su grupo delictivo va a atentar contra el periódico.