Una revista brasileña está demostrando que es posible hacer periodismo especializado y al mismo tiempo llegar al público en general. Enfocada en temas de género, AzMina publica reportajes complejos y en profundidad, con un lenguaje accesible y de forma gratuita.
Para la fundadora y directora de redacción de AzMina, Nana Queiroz, la revista fue creada para democratizar la discusión sobre cuestiones de género en Brasil.
“En Brasil existe un elitismo intelectual, y el feminismo tendía mucho a eso. Las discusiones aparecían de forma incomprensible y excluyente, y no se hablaba de manera que el mensaje llegue, por ejemplo, a las más jóvenes, o a mujeres con poca educación”, dijo Queiroz en entrevista al Centro Knight.
A menos de dos años de su lanzamiento, la publicación ya ha ganado importantes premios nacionales e internacionales. En junio de este año, recibió el trofeo Mulher Imprensa en la categoría al mejor proyecto periodístico. En el mismo mes, el trabajo de AzMina también fue premiado en Cannes.
Una campaña de concientización que abordó la diferencia salarial entre hombres y mujeres, y otra que trató sobre las estadísticas en fútbol respecto a las adversidades que enfrentan las mujeres en Brasil recibieron cinco galardones en el Cannes Lions Festival.
Para Queiroz, organizar campañas de concientización no es lo mismo que hacer periodismo activista y no interfiere en la imparcialidad periodística.
“Lo que hacemos en AzMina es seguir todos los manuales de buen periodismo. Se investiga exhaustivamente, se escucha el otro lado de la historia, se hace referencia de todos los estudios, tenemos verificación interna. Lo que hacemos es periodismo especializado en coberturas de cuestiones de género. Las campañas de concientización son una manera de ser transparentes con nuestros lectores sobre cuál es la postura editorial de la revista, como si fuese un editorial moderno”.
Los reportajes investigativos de la revista tratan temáticas amplias, muchos de los temas que estos abordan suelen ser marginalizados por la prensa tradicional, como la maternidad indígena y el tratamiento dado a niños gitanos. Queiroz dijo que el equipo está siempre sensible a temas sobre diferencias culturales, pero sin ser condescendiente.
En poco tiempo, los periodistas se dieron cuenta de que la revista tenía potencial para ir más allá del periodismo investigativo, y actualmente ofrece talleres y clases para empresas.
“El periodismo tiene varias funciones. La función de fiscalizar los poderes públicos, la función de informar, la función de entretener, y la función de educar. Y nos dimos cuenta de que esa función educativa, en un país como Brasil donde la cultura machista está muy arraigada, era una función importante a desempeñar”.
“La editora mujer siempre se ha ocupado de las recetas de cocina, de temas como familia, cuidados de la casa, decoración”, dijo Rodrigues al Centro Knight. “Existe una larga trayectoria de asuntos femeninos enfocados en temas convencionales, donde la mujer es considerada el público objetivo de esos suplementos; aún cuando ella es una mujer emancipada, se le sigue manteniendo en lo que se ha convenido llamar el universo femenino”.
Ella afirmó que la idea de lo femenino contenida en estos suplementos es que las mujeres no estarían interesadas en los temas que tratan los noticieros principales. “Ese es un problema histórico, esa separación entre el universo y el universo femenino, como si las mujeres viviesen en un mundo aparte”.
Rodrigues resaltó que estas nuevas publicaciones han encontrado un nicho de mercado para dirigirse a un público que no tenía qué leer, abordando temas político-feministas de forma atrayente y discutiendo temas que no tienen espacio en los noticieros principales ni en ningún suplemento femenino.
Uno de los problemas actuales de los medios tradicionales, según Rodrigues, es que la prensa está inmersa en un mercado publicitario que también refuerza estereotipos.
Para mantener independencia editorial, estas nuevas revistas están buscando otras formas de financiamento. La revista AzMina, por ejemplo, cuenta con donaciones y suscripciones digitales. Todo el contenido puede ser reproducido gratuitamente, mientras no se modifique y se cite la fuente.
La revista también patrocina el periodismo feminista investigativo por medio de concursos de becas de reportaje.
Una de las series de artículos patrocinados fueron los reportajes “O Mito do Aborto Legal” (El mito del aborto legal), que evidenció las dificultades del acceso al aborto en el país, incluso en casos garantizados por la ley. El año pasado, el reportaje recibió el premio de la Federación Brasileña de Hospitales.
Otro de los reportajes patrocinados que tuvo gran repercusión trató sobre las estaciones policiales para mujeres en el país, y demostró que muchas de ellas solo existen en el papel. El trabajo contó con un mapa interactivo para que los lectores pudiesen proporcionar información sobre la real situación de estas delegaciones.
Para reducir la desigualdad de género, dijo Queiroz, aún se necesitan cambios en la legislación, en la educación, y en la cultura. Estos cambios también necesitan darse en el periodismo brasileño, que continúa demostrando machismo en la elección de las voces, de las fuentes, de los columnistas y del lenguaje.
Además de directora de redacción de la revista, Queiroz es autora del libro Presos que Menstruam (Presos que mestrúan) y organizadora de la obra Você Já é Feminista – Abra este Livro e Descubra o Porquê (Usted ya es feminista – Abra este libro y descubra el porqué), una colección de reportajes y textos inéditos que sirven como guía introductoria para quienes quieran profundizar la discusión sobre desigualdad de género.
Para ella, el periodismo feminista no es un periodismo que prioriza a la mujer, sino es un periodismo ecuánime, que trata a mujeres y hombres como seres iguales. El sueño de Queiroz es que la revista no necesite existir.
“La revista AzMina es autodestructiva. Sus periodistas quieren construir un mundo que no necesite periodistas”.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.