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Podcast “Crooked Power” cuenta una versión personal de un caso histórico: diario El Universo vs. expresidente de Ecuador, Rafael Correa

A los 11 años, César Pérez Romero sabía que algo no andaba bien en su familia. A pesar de las muchas preguntas que hacía y aunque sus padres nunca ocultaron lo que pasaba y le explicaban según podían para un niño de su edad, lejos estaba César de imaginar que estaban inmersos en uno de los casos judiciales en materia de libertad de expresión que más impactaron no solo a Ecuador sino a Latinoamérica.

En marzo de 2011, su padre, César Pérez Barriga, parte de la familia fundadora y dueña del diario El Universo, dos tíos y un columnista del periódico fueron demandados penalmente por el entonces presidente del país, Rafael Correa, por injurias a raíz de una columna publicada en febrero de 2011. Después de pasar por varias cortes, en febrero de 2012, la Sala Especializada de los Penal de la Corte Nacional de Justicia ratificó el fallo en contra del diario, los directivos y el columnista, quienes fueron condenados a tres años de prisión y a pagar una indemnización a Correa de US 40 millones de dólares.

Periodista ecuatoriano César Pérez Romero

Periodista ecuatoriano César Pérez Romero, creador y coproductor del podcast Crooked Power. (Foto: Cortesía)

El caso, acaparó titulares nacionales e internacionales. La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la de la ONU calificaron la decisión como “desproporcionada” e hicieron un llamado para su revisión. Años después, en sentencia del 24 de noviembre de 2021, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) les dio la razón y encontró al Estado ecuatoriano culpable por la violación de diferentes derechos, entre ellos la libertad de expresión, las garantías judiciales y protección judicial.

Pérez Romero, no obstante, sentía que tenía que contar esta historia. “[Siempre] estaba pensando en contar esta historia, tenía el interés y me parecía que contarla desde mi perspectiva era traer algo diferente a la mesa de la conversación. Porque es cierto, se había hablado extensamente del caso en medios nacionales e internacionales, [pero] me parecía que contar un poco la perspectiva humana y esta experiencia en primera mano que yo tuve, era algo diferente que no se había logrado contar a profundidad durante el juicio”, le dijo a LatAm Journalism Review (LJR).

Esa historia finalmente llegó a la luz con “Crooked Power”, un podcast en inglés realizado en los últimos años de la carrera de periodismo de Pérez en la Universidad de Texas, en Austin. En 2019, mientras tomaba la clase de periodismo digital con el profesor Robert Quigley en la que Pérez no dejaba de pensar los diferentes formatos que podría adoptar su idea y que en un principio había comenzado como un libro.

Sin embargo, tras hablar con su profesor sobre la idea y un poco sobre su vida, fue Quigley quien le señaló lo importante que sería realizarlo como un podcast.

“Me contó la historia de la lucha de su familia por su libertad”, dijo Quigley a LJR. “Podía ver que le apasionaba la historia y que las cosas por las que pasaron él y su familia fueron dramáticas e interesantes. Estas encajaban en el formato de podcast porque el medio permite que historias tan complejas como estas se desarrollen”.

Pérez, quien buscaba consejos de su profesor, le pareció excelente la propuesta de Quigley de hacer un podcast y de hecho trabajar con él. Quigley, profesor asociado de práctica y director de Innovación de la Escuela de Periodismo, había fundado recientemente The Drag Audio Production House, una productora impulsada por los estudiantes del Moody College of Communication de esa universidad.

Con la decisión tomada, en 2019 Pérez fue a pasar su verano a Ecuador con el propósito de hacer entrevistas y toda la investigación necesaria.

“Yo tenía vagos recuerdos y poca memoria de lo que había pasado. Entonces me tocó investigar, no desde cero, pero sí me tocó investigar cosas que ya sabía, pero encontrarles una nueva dimensión que yo no la había visto cuando era un niño. Era entender las cosas, era entender las maniobras legales del expresidente Correa de otra forma”, aseguró Pérez Romero. “Fue, en el fondo, revivir todo lo que yo viví cuando tenía 11 años, pero esta vez sí entendiendo mejor no solamente los procesos y demás, sino también un poco lo que estaba en juego”.

En Texas, junto a Maya Fawaz - también coproductora y presentadora del podcast - continuaron el trabajo de reportería e investigación.

COVID y salud mental

El cronograma del podcast se vio afectado por la pandemia por COVID. El equipo llevaba ya unos meses de trabajo cuando, como en todo el mundo, fueron enviados a trabajar y estudiar desde las casas.

Banner del podcast Crooked Power

Banner del podcast Crooked Power. (Imagen: The Drag Audio Production House)

Sin embargo, Pérez asegura que también hubo algo que le afectó ya de manera más personal: su salud mental. Revivir esos años fue más difícil de lo esperado, especialmente porque al volver a Ecuador por la pandemia tenía que convivir constantemente con los protagonistas de su historia.

“Fue durísimo porque se juntó con COVID, entonces yo estuve en Guayaquil mucho tiempo, un año casi por COVID, haciendo clases online, trabajando en este proyecto y mis días de trabajo no acababan porque sí cerraba mi computadora o me alejaba un poco del proyecto, pero los sujetos de la historia estaban viviendo conmigo, me los encontraba en la cocina, me los encontraba en la sala, en mi cuarto, me venían a saludar. Entonces para mí era muy difícil dejar al lado este proyecto porque en la cena era como ‘uy, tengo esta pregunta, entonces vamos a hacerla’”, aseguró Pérez. “Yo no logré, no lo pude separar”.

Logró salir de esta situación con ayuda profesional, pero también gracias al apoyo del equipo. “Tengo que decirlo, la gente en The Drag no pudo haber sido mejor conmigo. Ellos entendieron y me apoyaron y estuvieron ahí para mí siempre. Y la verdad es que el proyecto no hubiera podido salir adelante si no hubiera sido por ellos, por su amistad, por su cariño y su empatía”.

Fue precisamente por esta situación y con el ánimo de descansar un poco, que la versión en español no se realizó de manera inmediata. Sin embargo, Pérez resalta “que no la ha olvidado” y que vendrá un proceso de discernimiento para poder decidir cómo será “Poder Torcido”. “No quisiera que Crooked Power en español sea una simple traducción. Quiero que traiga algo más a la mesa”, agregó.

Para Quigley esta historia también lo enfrentó a desafíos como lograr que el equipo en Texas le diera sentido a lo que se había vivido en Ecuador. No obstante, dijo que “definitivamente estaría dispuesto a contar más historias de América Latina y la libertad de expresión”.

“Es una historia compleja y muy personal, obviamente, para César. Los podcasts como este tardan mucho en producirse e implican interminables borradores y reescrituras de guiones. Para César, creo que fue difícil revivir algunas de las experiencias más dolorosas. Estoy muy orgulloso de él por seguir adelante, y estoy impresionado por el trabajo que hizo Maya Fawaz como presentadora y compañera de reportería”, señaló Quigley.

Luego de casi tres años de trabajo y de entrevistas a casi 20 personas, Crooked Power publicó su primer episodio el 22 de mayo de 2022. El quinto y último episodio fue publicado el 14 de junio. Aunque fue hace poco tiempo, tanto Pérez Romero como Quigley han recibido buenos comentarios del producto.

“Mucha gente con la que no hablo frecuentemente me ha escrito a decir que están emocionadas por el proyecto, que les ha gustado o que les parece importantísimo, que gracias por contarlo. Justo el otro día estaba en una reunión social y se me acercó un conocido a decirme ‘oye, me hiciste llorar con tu proyecto’”, dijo Pérez. “He tenido esas reacciones de gente que conoció la historia, pero como yo, la conoció cuando éramos jóvenes, cuando éramos chiquitos, cuando no entendíamos mucho del mundo. Y también gente en Estados Unidos me ha hecho llegar sus comentarios y la verdad es que eso significa un montón para mí”.

“La gente se ha acercado para decirme que están impresionados de que los estudiantes puedan entregar una historia periodística tan seria. Yo también estoy impresionado”, dijo por su parte Quigley, para quien la historia sería digna de ser una serie documental de televisión.

Además de lo interesante que pueda ser la historia, para Pérez Romero también representa la lucha por la libertad de expresión en su país e incluso en la región. La decisión de la Corte IDH, que fue una especie de cierre a este evento, les dio “mucho alivio porque reconoció que el proceso estuvo viciado”. Pero cree que la lucha sigue a pesar del fallo, no solo en Ecuador sino en todo el mundo.

“Creo que lo que queda es seguir luchando por una mejor democracia, por tener un país – y no solo un país sino una región – donde se respete la libertad de prensa. Pero más que la libertad de prensa, la libertad de la gente a opinar, la libertad de la gente de poder realmente fiscalizar a las personas que ejercen poder sobre ellas y poder hacerlo sin miedo”, aseguró Pérez Romero.

“En nuestro país es importante que la gente entienda que se puede, se debe y está bien no solo criticar al poder, sino tener ideas contrarias y poder vivir en una sociedad donde se acepten estas diferencias, estas diferentes opiniones y poder construir así una mejor democracia. Creo que eso es a lo que deberíamos aspirar todos y un poco ese es el camino que hay que seguir realmente”, agregó.

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