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Periodistas de Perú, Ecuador y Venezuela enfrentan factores de riesgo invisibilizados en términos de su salud mental, según investigador

Una investigación sobre la salud mental de periodistas durante la pandemia por Covid-19 revela que los periodistas de Venezuela, Ecuador y Perú presentan riesgos de somatización, ansiedad, insomnio y depresión.

“En este momento, en América Latina, el periodismo es una profesión de riesgo para la salud mental de quien lo ejerce”, aseguró Byron Fernando Bustamante, psicólogo y el principal investigador de la investigación, en entrevista con LatAm Journalism Review (LJR).

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El psicólogo Byron Fernando Bustamante es el investigador principal de una investigación sobre el estado de la salud mental de periodistas de Venezuela, Perú y Ecuador durante la pandemia de Covid-19. (Foto: sitio web de UTPL)

La investigación de Bustamante fue impulsada por la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), en Ecuador, con el apoyo de Unesco.

La investigación, que contó con la recolección de datos durante el 2022 y un total de 315 periodistas encuestados de los tres países, arrojó datos preocupantes.

En Perú, el 64% de los periodistas encuestados estaba en riesgo de padecer ansiedad e insomnio. En Ecuador, fue el 61% y en Venezuela, el 47%.

Los periodistas peruanos volvieron a  liderar en términos de somatización, definida como la transformación de problemas psíquicos en síntomas físicos. El 47% de los periodistas del país andino se encontraron en riesgo de sufrirla, mientras que en Ecuador y Venezuela fue el 42%.

En Perú, otra vez, el 28% de los periodistas encuestados dijo haber sufrido depresión, junto con el 21% de Ecuador y el 11% de Venezuela.

Finalmente, 27% de los periodistas peruanos encuestados dijo que se encontraban en riesgo de suicidio, junto con el 19% en Ecuador y el 10% en Venezuela.

A su vez, se detectó en los periodistas baja realización personal, agotamiento emocional, despersonalización (definida como la falta de carácter, atributos personales o identidad de una persona), estrés postraumático y estrés por Covid-19.

Según Bustamante, la razón por la que Perú lidera la mayor cantidad de periodistas encuestados con estas sintomatologías, es que, en el 2022, este país no solo atravesó las consecuencias de la pandemia por Covid-19, sino una crisis política e institucional coronada con la destitución del entonces presidente Pedro Castillo en diciembre de 2022.

Para el desarrollo de la investigación, la UTPL se alió con las organizaciones  periodísticas Fundamedios de Ecuador, Instituto Prensa y Sociedad de Perú y Medianálisis de Venezuela. Con el objetivo de promover el debate y la reflexión sobre  la salud mental de periodistas, también realizaron webinars, charlas, talleres de autocuidado y crearon contenido para redes sociales.

Un oficio de riesgo para la salud mental de los periodistas

“Históricamente, los periodistas latinoamericanos han realizado coberturas de situaciones críticas, como: desastres naturales, levantamientos sociales, guerras y, recientemente, la pandemia por Covid-19”, se explica en el análisis publicado por los investigadores de la UTPL. Por lo que, cuando ocurren estos hechos en sus países, los periodistas activan sus servicios al igual que bomberos, policías, personal de salud y fuerzas armadas, pero con la finalidad de documentar lo que ocurre y proveer información necesaria para enfrentar la situación.

En el 2021, mientras el equipo de investigación de la UTPL, liderado por Bustamante, estudiaba a “los grupos de riesgo en la primera línea” durante la pandemia por el Covid-19 en Ecuador, notaron que había un grupo muy poco visibilizado: los periodistas.

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“No se habla de periodismo como una profesión de riesgo para la salud mental de los periodistas”, dijo Bustamante. “Esta es una profesión con factores de riesgo psicosocial que no son visibilizados”.

Según el investigador, esto se da porque en el periodismo se “trabaja contra el tiempo”, haciendo referencia al deadline o tiempo de entrega de un artículo o reportaje. Y agregó: “A diferencia de lo que sucede con médicos o enfermeras, ellos tienen un sistema que históricamente los protege. En periodismo no, si no haces un trabajo en el tiempo que debes hacerlo buscan a otro periodista para que lo haga. Eso a la larga genera vulnerabilidad en el periodista”.

Otro de los factores que genera vulnerabilidad en los periodistas, según el investigador, es el estar expuestos a la “crónica roja”, que usualmente engloba la cobertura de fallecimientos, accidentes y desastres naturales.

En cuanto al estado de la salud mental de los periodistas en América Latina, en general, “los medios no están preocupados por eso, y mucho menos lo están visibilizando. Tampoco los gremios u organizaciones que velan por los derechos de los periodistas. Y los seguros sociales de los periodistas en la mayoría de los países no cubren salud mental”, agregó el investigador.

Es más, en la investigación de la UTPL indagaron en las capacitaciones que recibían los periodistas encuestados por parte de los medios en los que trabajan: cobertura en contexto de riesgo, características del Covid-19, protocolos de bioseguridad y prevención en salud mental.

“La necesidad menos atendida es la de prevención en salud mental”, agregó Bustamante. El análisis arrojó que más del 80% de los periodistas encuestados en los tres países no se han formado en esa área.

En este sentido, el investigador destacó el dato que, según su criterio, muestra de mejor forma la vulnerabilidad que atraviesan los periodistas.

En Ecuador (Venezuela y Perú mostraron cifras similares) el 42% de los periodistas encuestados contestó que si la sesión de terapia psicológica les costara un dólar no podrían acceder.

En estos países los periodistas tienen grandes barreras para acceder a servicios de salud mental, lo cual agrava su situación. Por eso Bustamante explicó: “Cuando no se atienden a tiempo estos problemas, no es que se reducen, sino que la gente se pone más dura. Hay gente que necesita de verdad ser tratada”.

El contexto mediático en Perú, Venezuela y Ecuador 

Desde el 2020 que Bustamante investiga a los periodistas como un grupo de riesgo en el contexto de la pandemia por Covid-19 en Ecuador. Para el 2021 decidió expandir la investigación hacia Venezuela y Perú.

Según el investigador, los tres son países que pueden ser comparables entre sí porque presentan diferentes grados de conflictividad social y crisis política. Y, a su manera, en cada uno de ellos los medios de comunicación y el periodismo atraviesan una situación crítica desde la pandemia.

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En el análisis de la investigación de la UTPL se explica que en Ecuador, durante la pandemia, las complicaciones económicas de las empresas mediáticas se agudizaron y se llegó al cierre de medios de comunicación, por lo que cientos de periodistas fueron despedidos. También dijeron que al menos nueve periódicos dejaron de circular en su versión impresa y dos radios salieron del aire.

En el caso de Perú, en el análisis explicaron que este fue el tercer país del mundo con la mayor cantidad de periodistas fallecidos durante la pandemia de Covid-19, y muchos de ellos perdieron la vida en el ejercicio del oficio. En los primeros 200 días de la pandemia se despidieron, al menos, a medio millar de periodistas de medios de comunicación. A su vez, la presidenta de la Asociación de Periodistas del Perú dijo a LJR en julio de 2023 que el país atravesó una crisis de confianza hacia los medios.

Para Venezuela, en el análisis publicado queda claro que el ejercicio del periodismo es muy desafiante desde inicios del siglo XXI. Allí existe lo que llaman en el análisis la “hegemonía comunicacional” impuesta por el gobierno de Hugo Chávez (1999-2013), que llevó al bloqueo de centenares de canales privados y la persecución de los públicos. A su vez, en el contexto de la pandemia por Covid-19, no existen cifras que permitan indicar con certeza cómo afectó el virus a los periodistas.

Los periodistas y la salud mental

“Hemos cubierto crisis políticas, desastres naturales, crimen organizado, pero esta vez nos enfrentamos a algo que como periodistas no podíamos acercarnos ni siquiera a una respuesta o un dato claro”, dijo a LJR Elizabeth Salazar sobre cómo enfrentó la pandemia. Ella es periodista peruana especializada en género y desigualdad, y en esa  época trabajaba en el medio digital Ojo Público.

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Elizabeth Salazar, periodista peruana, explicó a LJR que durante la pandemia se saturó de información por lo que tenía menos “concentración anímica para poder cumplir con la rutina laboral” (Crédito: Elizabeth Salazar)

Además de la incertidumbre que le generaba la pandemia, Salazar explicó que en ese tiempo se sobrecargó de información: “veía todos los noticieros, las redes sociales, y leía los últimos papers que salían. Por eso tenía menos concentración anímica para poder cumplir la rutina laboral”.

La periodista peruana aseguró que llegó un punto en que se sintió “demasiado involucrada con algunas notas”, por lo que le era difícil tomar distancia. “No era algo que le pasa al otro, esta vez nos pasaba a todos”, agregó.

Uno de los aspectos que más le afectó durante la pandemia a Salazar, y a diferencia de otras  crisis que ha cubierto periodísticamente, fue el hecho de no tener un “espacio de sociabilización por las restricciones”. Para ella, esto hubiera sido clave para descargar angustias y tensiones.

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Indira Rojas, periodista venezolana, consideró que en la pandemia la comunicación del equipo en el medio que trabaja se deterioró y eso afectó su salud mental (Crédito: Indira Rojas)

Indira Rojas, periodista venezolana en el medio Prodavinci, contó a LJR que también sintió la falta de espacios de sociabilización. Rojas explicó que al no tener un espacio de encuentro en la oficina, y pasar a trabajar desde casa, la comunicación del equipo se deterioró.

“No estábamos preparados para asumir una comunicación remota asertiva. Eso me causó mucha ansiedad. Era muy angustiante que se necesitara una respuesta inmediata del jefe o del diseñador y que no te la pudieran dar porque estaban haciendo otras cosas”, dijo la periodista venezolana. Y aseguró que a medida que el equipo volvió a la oficina eso se fue reparando, pero les llevó mucho tiempo.

Desde Ecuador, Ana Acosta, co-fundadora y editora general de Wambra, dijo tener sentimientos similares. Previo a la pandemia tenían un trabajo fuerte en las calles y en ciudades del interior del país, pero con la pandemia tuvieron que adaptar su trabajo exclusivamente al área digital y con ello perdieron programas de radio y periodistas comunitarios que por problemas de conectividad no podían acceder a lo digital.

“En cuanto al equipo nos afectó muchísimo, a pesar de las condiciones no paramos nunca de trabajar”, agregó Acosta.

Francis Peña es periodista freelance de Venezuela, pero antes pasó por las redacciones de El Estímulo y Prodavinci cubriendo política. En entrevista con LJR contó que la pandemia de Covid-19 generó cambios en su ejercicio del trabajo periodístico con respecto a su salud mental.

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Ana Acosta, periodista ecuatoriana, contó a LJR que en la pandemia el equipo de Wambra nunca paró de trabajar por lo que no cuidaron sus salud mental (Crédito: Ana Acosta)

“Lo que más me ayudó la pandemia fue a salir de trabajar en diarismo y comenzar a trabajar en formatos de largo aliento que me permitieron explorar otros ritmos de hacer periodismo”, explicó Peña. También “comencé a trabajar para dejar de tener este sentido de urgencia que yo siempre tenía, de que está pasando algo y salía corriendo a investigar y entrevistar a muchas personas”.

Al igual que el investigador ecuatoriano Bustamante, la periodista venezolana consideró que en los medios o entre los periodistas no se habla sobre la afectación que tiene en la salud mental el ejercicio del oficio. Para eso ella creó el newsletter Una jeva normal, que promueve como un espacio seguro donde hablar sobre salud mental desde su experiencia como periodista.

Incidir en la política pública para la protección de los periodistas

Según Bustamante, con la investigación de la UTPL, además de generar concientización sobre el rol de los periodistas en las crisis humanitarias y cómo el ejercicio del periodismo afecta su salud mental, su fin último es incidir en política pública para la prevención de la salud mental de periodistas.

“Es importante que se promueva en medios de comunicación, facultades y entes relacionados con el periodismo, la capacitación preventiva para el autocuidado en salud mental”, dijo el investigador.

Pero también, él llamó a generar procesos de acompañamiento psicológico en los profesionales que presenten los síntomas descritos en la investigación en el caso de que afecten su vida cotidiana.

Otras de las recomendaciones que hizo el investigador es implementar capacitaciones permanentes para que los periodistas puedan afrontar situaciones de riesgo; que las capacitaciones sean cubiertas por los medios o por organismos públicos de forma gratuita; e incrementar el acceso a servicios de salud mental para periodistas que trabajan en situaciones adversas.

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