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Periodistas reportan casos de violencia sufrida durante la cobertura de protestas en 2021 en América Latina

Esta es la segunda historia de una serie sobre la cobertura de protestas en América Latina. Aquí puede leer la primera y tercera entrega*

 

Illustration of photojournalist covering a protest

(Illustration: Pablo Pérez "Altais")

Cubrir protestas callejeras en ciudades latinoamericanas se ha convertido en una actividad de alto riesgo para los periodistas. Con la intensificación de las tensiones sociales y políticas en los países de la región y una creciente retórica anti prensa por parte de líderes políticos, los reporteros que cubren manifestaciones se han convertido en blanco de manifestantes radicales y de parte de las fuerzas de seguridad.

“En la mayoría de los países de América Latina, las agresiones a periodistas coinciden con el surgimiento de movimientos populistas, ya sea de derecha o de izquierda. A la Policía no le agradan los periodistas, cualquiera que sea la parte del espectro político ocupado por los gobernantes en cualquier parte del mundo, pero los populistas tienden a despreciar el estado de derecho y eso suele aumentar la impunidad en casos de agresiones a reporteros”, dijo a LatAm Journalism Review Marcelo Träsel, presidente de la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (Abraji) y profesor en la Facultad de Biblioteconomía y Comunicación de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul.

LJR conversó con cinco periodistas de la región que sufrieron algún tipo de violencia física en su cobertura de las recientes protestas en Chile, Bolivia, Perú, Brasil y Colombia, lo que muestra la vulnerabilidad de los profesionales de la prensa por parte de manifestantes de diferentes corrientes políticas y también de fuerzas de seguridad.

Cabeza ensangrentada, cámara rota

Francisco Burgos (Mas Valdivia TV, Chile): socorrido com corte na cabeça. Foto: cortesia

Francisco Burgos (Mas Valdivia TV, Chile): es socorrido por una herida en su cabeza. (Foto: Cortesía)

La sangre emanaba de la cabeza del periodista chileno Francisco Burgos, de Mas Valdivia TV, quien acababa de ser golpeado por varias piedras arrojadas por manifestantes encapuchados. Incluso herido, comenzó una transmisión en vivo en Facebook, pero rápidamente se dio cuenta de que no podía continuar con la cobertura.

“Nuestro equipo de prensa fue atacado con piedras… Pueden ver cómo me está sangrando la cabeza, me llegó un fuerte piedrazo. [...] Me está sangrando la cabeza, voy a tener que dejar hasta acá esta transmisión. No puedo seguir, la verdad, no me siento bien. Tenemos que terminar. Me siento bastante mal del dolor de la cabeza. Me sangra mucho”, dijo Burgos durante la transmisión.

Era la noche del 18 de octubre de 2021 y las protestas en todo el país marcaron el aniversario de la ola de protestas sociales que había sacudido a Chile dos años antes. En Valdivia, 849 kilómetros al sur de Santiago, los carabineros, que forman parte de las Fuerzas Armadas, tenían órdenes de desbloquear el puente sobre el río que da nombre a la ciudad.

Burgos había tomado algunas precauciones por si la protesta terminaba en violencia. Llevaba gafas protectoras y máscaras de gas, ya que esperaba que en algún momento la Policía disparara gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes. Después de ser apedreado, lo llevaron en ambulancia al hospital y le dieron ocho puntos de sutura en la cabeza.

“Lamento mucho que esa noche perdimos nuestra cámara para grabar como consecuencia de un proyectil que lanzó un sujeto desconocido. Quedó inutilizable. Estamos buscando apoyo para conseguir otra cámara para seguir trabajando”, dijo Burgos a LJR.

“Iba a ser una marcha pacífica”

Ariana Antenaza (Red Uno, Bolívia): antes do ataque, a chuva era a grande preocupação. Foto: reprodução

Ariana Antezana (Red Uno, Bolivia): antes del ataque, la lluvia era su mayor preocupación. (Reproducción de la transmisión en vivo)

Solo la lluvia y el frío preocupaban a la periodista boliviana Ariana Antezana, reportera del canal Red Uno, cuando supo que cubriría la Marcha de Paceñidad en las calles de La Paz el 17 de noviembre de 2021. Su única medida de protección, por lo tanto, fue llevar un poncho de nailon.

“En esto de la Asamblea de la Paceñidad, algo específicamente de seguridad no tomamos, porque según nosotros iba a ser una marcha pacífica. Era lo que se estaba predicando, pero este grupo fue directamente con intención de atacar, a pesar de que los otros [manifestantes], para evitar chocarse, se habían desviado”, dijo Antezana a LJR.

La marcha había sido convocada por opositores al gobierno federal, encabezados por el alcalde de La Paz. Sin embargo, simpatizantes del gobierno también salieron a las calles y cuando los dos grupos se encontraron, hubo un enfrentamiento. Antezana se apresuró a registrar el conflicto, cuando los manifestantes se volvieron contra ella y otros periodistas que lo cubrían. Fueron atacados con empujones y palos.

“Nosotros corrimos para mostrar estas agresiones que estaba haciendo este grupo y de repente se vienen contra nosotros. Primero contra mí y contra mi camarógrafo. Una persona con palos golpea la cámara. [...] Y ahí siento que me dan un palazo en la espalda, me empujan y me botan al piso”, dijo la periodista. “Transcurre todo esto y luego nos percatamos de que efectivamente en todo este alboroto nos gritaban, se acercaban de forma muy violenta a nosotros, diciendo ‘prensa pitita’, ‘prensa vendida’, ‘prensa golpista’ y demás. [...] Tengo un golpe en el pómulo, que actualmente sigue todavía verde”.

El caso de Antezana fue uno de 39 ataques contra periodistas entre enero y noviembre de 2021, de acuerdo con  la Asociación Nacional de Prensa (ANP) de Bolivia.

“Uno siempre está con precaución, con miedo”

Vidal Merma (Chile): casos de violência o deixaram mais cauteloso. Foto: cortesia

Vidal Merma (Chile): casos sucesivos de violencia lo han hecho más cauteloso. (Foto: cortesía) 

En 20 años de cobertura de conflictos sociales en el departamento de Cusco, Perú, el periodista y comunicador popular Vidal Merma ha acumulado importantes lecciones a la hora de mantenerse a salvo. El periodista trabaja de forma independiente y colabora con medios como la revista Pulso Regional, de Cusco, y el medio nativo digital Ojo Público, entre otros.

“Ya con los años uno aprende a poder cuidarse, prevenir y también contar con algunos implementos de seguridad, como casco, entre otras. [...] Pero siempre trato de ser un poco más precavido, de mantener mi distancia para no quizás sufrir los impactos de las balas que a veces disparan”, dijo Merma a LJR. “Siempre trato de tener algunos amigos aliados que estén junto a mí, cerca, o algunos alejados tratando de filmar la agresión que nosotros sufrimos”.

Si bien estas medidas le han impedido ser víctima de violencia en la cobertura de manifestaciones en algunos casos, el periodista dice acumular detenciones, intimidaciones y agresiones mientras cubre manifestaciones. Más recientemente, en la huelga de mineros en la provincia de Espinar el 22 de julio de 2020, la Policía le disparó a Merma mientras transmitía en vivo por Facebook, aunque el disparo afortunadamente no lo alcanzó.

“Uno ya no puede quizás con confianza estar cerca de estos enfrentamientos, conflictos, porque hay el temor de que en cualquier momento a alguno lo pueden detener, a alguno le pueden disparar también. Entonces, cambia bastante [mi forma de trabajar]. Uno siempre está con precaución, con miedo. Eso sobre todo”, dijo Merma.

LJR contactó a la Policía Nacional de Perú pero no recibió respuesta hasta el momento de la publicación de este artículo.

Seguridad ciudadana

El 20 de julio de 2021, el periodista colombiano José Alberto Tejada inicia la cobertura en vivo de otra manifestación en las calles de Cali. Desde el 28 de abril, las ciudades del país habían sido azotadas por protestas antigubernamentales en las que incluso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció excesos en el uso de la fuerza policial.

José Alberto Tejada (Canal 2 Cali, Colômbia): transmissão ao vivo ao lado de segurança. Foto: reprodução.

José Alberto Tejada (canal 2, Colombia): transmisión en vivo al lado de su seguridad. (Reproducción de la transmisión en vivo)

La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) registró 133 agresiones físicas a periodistas en los dos primeros meses de las manifestaciones.

“Nunca habíamos documentado un número igual de casos y sobre todo del nivel de violencia contra la prensa”, dijo Jonathan Bock, director ejecutivo de la FLIP, a LJR.

Tejada usa un chaleco antibalas y un casco. A su lado, siempre muy cerca, hay un hombre vestido con chaleco, casco, gafas y máscara antigás. Parece estar atento a lo que sucede a su alrededor y no suelta al periodista, como se ve en la video transmisión en vivo.

“En eso no me quiero detallar. Simplemente tenemos un esquema de seguridad ciudadana tanto a nivel del edificio, como a nivel del personal nuestro y como a nivel mío”, dijo Tejada a LJR.

La transmisión en vivo del día muestra a otras personas tratando de proteger al periodista mientras la fuerza policial comienza a avanzar y dispara gases lacrimógenos. Son 51 minutos de transmisión, en los que Tejada y su colega Jhonatan Buitrago–-también con equipo de seguridad– informan desde las calles de Cali.

Tejada dirige Canal 2 Cali, un medio comunitario que estuvo en la primera línea de cobertura de las manifestaciones populares, siempre desde el punto de vista de los manifestantes. Y eso, según él, lo convirtió en blanco de las fuerzas de seguridad durante las protestas. La CIDH dictó medidas cautelares a favor suyo y de Buitrago.

​​“Un periodista que se respete tiene que hacer defender y obligarse a defender él y hacer respetar esos dos derechos: el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la libertad que tiene la gente a ser informada”, dijo Tejada.

LJR buscó comentarios de la Policía Nacional de Colombia pero no recibió respuesta hasta el momento de la publicación de este artículo.

Cuando la Policía evita algo peor

Pedro Durán (CNN Brasil): protegido por policiais contra manifestantes agressivos

Pedro Durán (CNN Brasil): protegido por la Policía de manifestantes violentos. (Reproducción de la transmisión en vivo)

El 23 de mayo de 2021, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, realizó un recorrido en motocicleta de 60 kilómetros en Río de Janeiro, donde lo acompañaron miles de simpatizantes. El reportero de CNN Brasil, Pedro Durán, había sido elegido para la cobertura. Al final del acto, él y otros colegas vieron al exministro de Salud, quien acababa de convertirse en el objetivo de la comisión de investigación parlamentaria (CPI) que investigaba supuestas irregularidades gubernamentales durante la pandemia de COVID-19.

Posteriormente, los periodistas se acercaron al exministro en busca de una declaración sobre la investigación de la CPI, pero este prefirió no hablar. Fue entonces cuando Durán, el único y más fácilmente identificable reportero de televisión, comenzó a ser acosado con gritos de “fuera CNN” y “CNN basura”. Sin reaccionar ni interactuar con los manifestantes, Durán se dirigió de inmediato al auto del medio. En el camino, lo empujaron y recibió un puñetazo en la espalda.

Dos policías militares que se encontraban en el lugar se acercaron para proteger al periodista mientras los agresores continuaron con sus gritos y maldiciones. Durán se subió al coche de la Policía y fue trasladado a un lugar seguro. Todo quedó grabado.

“Es la primera vez que esto sucede [tener protección policial]. Ya fui testigo de la Policía Militar en Río y São Paulo ignorando los ataques a la prensa”, dijo Durán a LJR. “Creo que hicieron su trabajo, que era proteger a las personas que estaban trabajando, como ellos fueron asignados a hacerlo”.

Ivan Blaz (Polícia Militar do Rio de Janeiro) polícia deve proteger jornalistas e garantir liberdade de imprensa. Foto cortesia

Ivan Blaz (Policía Militar de Rio de Janeiro): la Policía debe proteger a los periodistas y garantizar la libertad de prensa. Foto: cortesía

Según el Teniente Coronel Ivan Blaz, coordinador de comunicación social de la Policía Militar de Río de Janeiro, la orientación a los policías militares que ejercen en el esquema de seguridad para manifestaciones políticas y sociales es clara: proteger a los periodistas de posibles actos de violencia y garantizar la libertad de prensa.

“Con la remoción de la víctima, cumplimos con uno de nuestros mayores objetivos [preservar a la víctima]... Tener policías allí que sean sensibles a esto ya es un gran avance”, dijo Blaz a LJR. “Si no hubiera sido por la escolta policial, no estamos seguros de qué le habría pasado”.

Las imágenes tomadas por el camarógrafo de CNN y el propio reportero sirvieron para identificar a los agresores. Dos de ellos fueron imputados en la investigación de la Policía Civil y deberán responder a procesos penales en los tribunales.


Silvia Higuera y Teresa Mioli ayudaron en la realización de este artículo.

 

*Esta historia es parte de un proyecto sobre la seguridad de los periodistas en América Latina y el Caribe. Este proyecto de LatAm Journalism Review es financiado por el Fondo Mundial de Defensa de los Medios de la UNESCO.

Lee otros artículos del proyecto en este enlace.

 

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