Por Dean Graber
Tim Padgett reporta en la revista Time que dos hombres armados dispararon contra Lucas Manzanares, un empleado de confianza de La Tribuna, uno de los principales periódicos de Honduras. Manzanares y su esposa resultaron heridos y su hija y nieta murieron en el ataque, ocurrido el 8 de mayo.
Desde el primero de marzo, varios otros profesionales vinculados a la prensa han muerto en circunstancias similares, explica Padgett. "Muchos temen que las muertes signifiquen un nuevo capítulo violento en la crisis política en Honduras, que comenzó con un golpe militar en junio del año pasado y que desde entonces ha generado varios dolores de cabeza a la diplomacia estadounidense en América Latina", añade la nota.
El gobierno del presidente Porfirio Lobo niega que la libertad de expresión esté amenazada en Honduras. Sin embargo, los reporteros han buscado protección en chalecos antibalas, redes sociales y hasta Dios. “Los defensores de la prensa esperan que el establecimiento de una comisión independiente de verdad y reconciliación con apoyo del mandatario para investigar el golpe lleve al gobierno a tomar más en serio los asesinatos de periodistas", dice Padgett.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.