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Agresiones contra periodistas brasileños se intensifican en la recta final de las elecciones generales

El 7 de octubre, el electorado brasileño va a las urnas en unas elecciones generales marcadas por la intensa propagación de rumores y noticias fraudulentas en redes sociales, fomentada también por la desconfianza de parte del público hacia la prensa. En ese ambiente político y mediático pesado, periodistas se han convertido en un blanco cada vez más constante de agresiones por hacer su trabajo de investigación y reportería.

En los últimos diez días de septiembre, al menos 12 periodistas brasileños fueron blanco de agresiones en línea, según una encuesta de la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (Abraji, por su acrónimo en portugués), y al menos una fue agredida físicamente. Desde mayo, la entidad ha registrado 64 casos de acoso en medios digitales y 58 agresiones físicas contra periodistas relacionados con las elecciones.

El caso más reciente es el de la reportera Ana Nery, de Radio Bandeirantes, que fue objeto de ofensas y de agresión física el 30 de septiembre. Ella estaba cubriendo una manifestación a favor del candidato presidencial Jair Bolsonaro (PSL), el candidato ultraderechista y líder en las encuestas de intención de voto, en São Paulo.

Según reportó el colectivo Periodistas Contra el Acoso, Nery estaba entrevistando a una capitana de la Policía Militar (PM) sobre la actuación policial en la manifestación cuando un hombre se acercó y empezó a agredirla verbalmente, llamándola “delincuente y prensa de mierda”.

La reportera tomó su celular para registrar los insultos, a lo que el hombre repondió con un cabezazo, según la nota del colectivo, que agregó que “los policías que presenciaron la escena apenas alejaron al agresor y no prestaron socorro a la periodista”. Dos personas presenciaron la agresión y se ofrecieron a testificar en favor de Nery, que registró un informe de incidente y le presentó a la policía una foto que consiguió sacarle al agresor, de acuerdo con Abraji.

Al ser cuestionada sobre el caso por el sitio Ponte Jornalismo, la PM dijo lamentar lo “ocurrido con la periodista, en una clara demostración de intolerancia y agresividad, características incompatibles con el Estado democrático” y dijo estar a disposición de Nery “para que se tomen las medidas necesarias para que el agresor asuma su responsabilidad”.

Ataques digitales por cobertura crítica de Bolsonaro

Entre las agresiones en línea contra periodistas registradas por Abraji se encuentran exposición indebida, calumnia, difamación, ofensas e incluso amenazas de violencia física y de muerte. Twitter es la principal arena de ataques, pero los perfiles de los profesionales en Facebook e Instagram también son atacados. En un caso, la cuenta de WhatsApp de una reportera fue hackeada.

Algo común entre los ataques registrados por la entidad a finales de septiembre es que todos fueron motivados por textos críticos a Jair Bolsonaro.

Es el caso de los reporteros Talyta Vespa, del portal online UOL; Marina Dias, Rubens Valente y Thais Arbex, del periódico Folha de S. Paulo; Nonato Viegas, Thiago Bronzatto y Hugo Marques, de la revista Veja; y de la columnista Carol Pires, de la edición en español de The New York Times.

La reportera de UOL publicó un reportaje sobre electoras de Bolsonaro, mientras que los reporteros de Folha de S. Paulo y Veja publicaron investigaciones sobre el segundo divorcio del candidato presidencial y supuestas amenazas de muerte de Bolsonaro contra su exesposa en 2009, así como un presunto ocultamiento de bienes por parte del candidato en 2006. Pires publicó una columna de opinión sobre cómo Brasil “coquetea con un regreso a tiempos sombríos” ante la posibilidad de la elección de Bolsonaro, un entusiasta de la dictadura militar que gobernó a Brasil entre 1964 y 1985.

La cuenta de WhatsApp de Talyta Vespa fue hackeada y sus contactos eliminados el 19 de septiembre, según reportó el UOL. Todas las conversaciones, fotos, videos y contactos fueron borrados y su perfil pasó a mostrar “bolsonaro” debajo de su identificación en la aplicación. Según el portal, WhatsApp fue contactado y no supo explicar cómo ocurrió el pirateo. La periodista registró un informe de incidente ante la policía, ya que en Brasil la piratería de un dispositivo informático ajeno es un crimen punible con hasta un año de prisión.

Cinco días después, Marina Dias se convirtió en objeto de exposición indebida, acoso y difamación en redes sociales, según Abraji. Partidarios de Bolsonaro, “impulsados ​​por figuras públicas como el humorista Danilo Gentili y el escritor Flavio Gordon, exposieron la imagen de la periodista y se refirieron a ella de forma peyorativa y agresiva”, escribió la entidad.

Una periodista también llamada Marina Dias, reportera de la revista Encontro, de Belo Horizonte, fue identificada erróneamente como la reportera de Folha responsable del artículo sobre el candidato presidencial y pasó a ser acosada en las redes sociales. Ella le dijo al periódico que se divulgaron sus datos personales, como el número de teléfono, email, fecha de nacimiento y fotos. “Me quedé muy atónita, muy impresionada por el hecho de que nadie se interesa en saber si lo que está replicando es o no verdad, y por el odio y el contenido injustificable y absurdo de los mensajes”, dijo la periodista a Folha. También registró un informe de incidente y dijo estar evaluando qué medidas jurídicas tomar.

Rubens Valente, reportero que firmó el reportaje con Dias en el Folha, también fue objeto de “agresiones verbales y exposición de la imagen asociada a frases peyorativas”, escribió a Abraji. Los reporteros de la revista Veja pasaron a recibir insultos, comentarios homofóbicos y amenazas de violencia física en sus perfiles de las redes sociales tras la publicación del reportaje, el día 28.

Carol Pires, del NYT, fue objeto de una exposición indebida, según Abraji. Un usuario de Twitter que tiene 73 mil seguidores publicó capturas de fotos de Pires entrevistando a un excomandante de la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en La Habana y frente a un mural del Che Guevara en Ayotzinapa, México. Al post le siguieron ofensas de usuarios a la periodista, llamándola “idiota” y “vagabunda”.

En un comunicado, Abraji condenó “con vehemencia” la ofensiva digital contra periodistas. “El acoso dirigido a una profesional de la comunicación a causa de su trabajo alcanzó esta vez un nuevo – y peor – nivel, al exponer de manera criminal datos personales de terceros, extendiendo las agresiones. Promover la persecución a periodistas por estar en desacuerdo en relación a lo que publica es atentar directamente contra la democracia”, escribió la asociación, que también afirmó que “es urgente y necesario que los candidatos en los comicios actuales se manifiesten públicamente contra tales ataques y los desalienten. El silencio ante la violencia practicada por sus partidarios configura colusión con los ataques a la libertad de expresión”.

El Centro Knight entró en contacto con la oficina de prensa del PSL, partido de Jair Bolsonaro, y con dos de sus asesores, pero no tuvo respuesta antes de la publicación de este artículo.

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