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El 25º ISOJ cierra con un llamado a apoyar a periodistas que enfrentan causas judiciales y cárcel por su trabajo

José Rubén Zamora, fundador del diario guatemalteco elPeriódico, ha pasado más de 600 días en prisión preventiva. Permanece allí a pesar de que organizaciones internacionales han señalado violaciones de derechos humanos y del derecho internacional en su caso.

Por su parte, Gustavo Gorriti, fundador del medio de periodismo de investigación peruano IDL-Reporteros, enfrenta una investigación de la Fiscalía que le ha ordenado entregar los números de teléfono de sus fuentes. Además, es difamado por grupos de extrema derecha que arrojan basura, excremento y petardos en su redacción.

Journalists José Zamora, Romina Mella and Kathy Kiely speak during a panel at the International Symposium of Online Journalism, in Austin, Texas.

Para cerrar el ISOJ, los periodistas José Zamora (izq.) y Romina Mella (centro) estuvieron acompañados por Kathy Kiely, Catedrática Lee Hills de Estudios sobre la Libertad de Prensa en la Escuela de Periodismo de Missouri (der.). (Foto: Patricia Lim/Centro Knight)

 

 

Ambos periodistas han ganado numerosos premios por su trabajo para denunciar la corrupción y los abusos en sus respectivos países, y muchos ven estos casos legales como una represalia por ello.

Para clausurar el 25º Simposio Internacional de Periodismo Online (ISOJ), el hijo de Zamora, José Zamora, y la colega de Gorriti en IDL-Reporteros, Romina Mella, pidieron apoyo a la comunidad internacional. A ellos se sumó Kathy Kiely, Catedrática Lee Hills de Estudios sobre la Libertad de Prensa en la Escuela de Periodismo de Missouri.

“Es un honor clausurar este programa, esta maravillosa conferencia, con dos personas que creo que nos recuerdan por qué estamos aquí”, dijo Kiely. “Esta es una situación en la que los investigadores se han convertido en investigados. Y creo que es realmente importante que mostremos nuestro apoyo”.

Encarcelado en Guatemala

“624 días de incomunicación por ejercer el periodismo. Ese es el caso de mi padre, el periodista guatemalteco José Rubén Zamora. 624 días detenido arbitrariamente por denunciar la corrupción en las más altas esferas del gobierno guatemalteco bajo la administración del expresidente Alejandro Giammattei”, dijo José Zamora, jefe de comunicación e impacto de Exile.

Mientras hablaba, una sola imagen apareció en pantalla: su padre, con traje y cubrebocas médico, rodeado de fuerzas de seguridad armadas y enmascaradas que parecían llevar equipo antidisturbios.

“Mi padre considera su encarcelamiento como una prolongación de su deber periodístico de denunciar el abuso de poder”, explicó.

Según relató José Zamora, no es la primera vez que su padre y su equipo sufrían ataques. Enumeró campañas de difamación, terrorismo fiscal, amenazas de muerte, tiroteos, secuestros y un intento de asesinato.

Aún así, describió este encarcelamiento como la parte “más difícil”.

“La manipulación del derecho penal para silenciar a los periodistas se ha convertido en la táctica favorita de los regímenes represivos”, dijo. Añadió que elPeriódico se vio obligado a cerrar y muchos periodistas se han exiliado.

Teniendo en cuenta que su padre sigue en prisión preventiva, José Zamora dijo que esto revela “cómo el Poder Judicial y la Fiscalía General siguen siendo manejados por fuerzas corruptas”.

Guatemalan journalist José Zamora speaks during a panel at the International Symposium of Online Journalism, in Austin, Texas.

José Zamora dio las gracias a periodistas de todo el mundo que están informando sobre el caso de su padre y sobre lo que está ocurriendo en Guatemala. (Foto: Patricia Lim/Centro Knight)

En nombre de su padre, de su equipo y de su familia, José Zamora dio las gracias a los periodistas guatemaltecos que continúan con su trabajo, así como a los periodistas de todo el mundo que informan sobre su caso y sobre lo que ocurre en Guatemala.

“Estos 624 días han revelado tanto lo peor como lo mejor de la humanidad, la crueldad de la represión y la fuerza de la solidaridad”, dijo. Algún día esperan devolver el apoyo que se les ha brindado, agregó.

Kiely enfatizó la similitud entre las situaciones de José Rubén Zamora y Gorriti.

“Esto es realmente una página del manual del dictador”, dijo Kiely antes de presentar a Mella, editora en jefe de IDL-Reporteros.

Bajo ataque en Perú

“En mi país, en Perú, se ataca a los periodistas de investigación", dijo Mella, destacando las agresivas campañas de desinformación contra su medio de comunicación y Gorriti, su director, durante el último año.

Las campañas de desinformación están “promovidas por una coalición de organizaciones, partidos políticos y protagonistas de algunos de los casos de corrupción más graves de la historia reciente de Perú”, dijo.

IDL-Reporteros y Gorriti han publicado reportajes de investigación relacionados con la corrupción y los sobornos en la clase política peruana, concretamente los vinculados a la Operación Lava Jato, un escándalo multinacional en el que está implicado el conglomerado brasileño Odebrecht.

“Estas campañas de desinformación se centraron en presentar a Gustavo como una especie de operador político que supuestamente ha manejado y controlado la Fiscalía desde las sombras”, dijo Mella, quien explicó que el supuesto motivo era controlar las investigaciones de la Operación Lava Jato.

“Suena absurdo. Es absurdo”, dijo.

Mella dijo que Gorriti también fue acusado de instigar -a través de reportajes periodísticos- el suicidio del expresidente Alan García, quien se pegó un tiro justo cuando las autoridades iban a detenerlo por su presunta implicación en la Operación Lava Jato.

“Estas mentiras, extendidas por la desinformación en medios de comunicación y redes sociales, desatan olas de odio por parte de la ultraderecha”, dijo.

Estas mentiras son utilizadas por quienes han sido más expuestos por periodistas independientes, de acuerdo con la reportera.

“Es un ataque creado por círculos de corrupción contra un periodista que los investiga”, dijo Mella, quien también señaló similitudes con lo ocurrido en Guatemala.

“El objetivo es claro, convertir a los investigadores en sujetos de investigación, y a los políticos investigados por graves actos de corrupción en perseguidos políticos”, dijo.

Todo esto sucede junto a “un acoso y violencia sistemáticos por parte de grupos de extrema derecha”.

Además de las agresiones en su redacción, los grupos han ido a casa de Gorriti y han difundido información personal de Mella en redes sociales. Esto ocurre desde hace seis años y la policía no ha actuado, según la periodista.

El 27 de marzo, un fiscal de Lima abrió una investigación preliminar contra Gorriti por presunto soborno.

“[El fiscal] está examinando si Gorriti, en sus historias para IDL-Reporteros, promovió el trabajo de dos fiscales públicos a cambio de información exclusiva de sus investigaciones sobre corrupción política, según la notificación judicial de la Fiscalía General que fue enviada a Gorriti”, según informó el Comité para la Protección de los Periodistas.

Peruvian journalist Romina Mella speaks during a panel at the International Symposium of Online Journalism, in Austin, Texas.

Mella afirmó que atacar a los periodistas de investigación es atacar el derecho de los ciudadanos a estar informados. (Foto: Patricia Lim/Centro Knight)

Parte de este caso es la orden de que Gorrtiti entregue los números de teléfono utilizados entre 2016 y 2021.

Gorriti ha afirmado que luchará por el derecho de los periodistas a la confidencialidad de las fuentes y que seguirá denunciando la corrupción. También niega una relación impropia con los fiscales.

“Lo que estamos viviendo representa una grave amenaza para los periodistas y la libertad en general”, dijo Mella. “Atacar a los periodistas de investigación significa atacar el derecho de los ciudadanos a estar informados”.

Pidió a los asistentes que reportaran sobre el caso. En la pantalla detrás de ella había una foto de Gorriti con un código QR que enlaza con una carta de apoyo al periodista de investigación.

“Un ataque contra uno es un ataque contra todos”, dijo. “Desde nuestra redacción en Lima, seguiremos luchando”.

Traducido por César López Linares
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