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En el Día de Muertos, mexicanos se unen a la lucha internacional contra la impunidad en los crímenes contra periodistas

El 2 de noviembre fue declarado como el Día Internacional para poner fin a la impunidad en los crímenes contra periodistas por las Naciones Unidas en 2013, y coincide con el Día de Muertos, una tradición cultural y religiosa celebrada a nivel nacional en México.

En los años recientes, el 2 de noviembre ha simbolizado para los mexicanos no solo el día en que se rinde homenaje a los seres queridos fallecidos, sino también el día en que se condena la violencia contra periodistas y la impunidad que impera en la mayoría de los casos.

En varias ciudades de todo México, los defensores de la libertad de prensa crean altares de muertos para dar a conocer las historias de los periodistas que han sido asesinados y para crear consciencia sobre la urgencia de investigar y resolver estos crímenes.

Flores, velas, ofrendas de comida y herramientas de trabajo, como cámaras y libretas, acompañan las fotos de los periodistas muertos este año. Los altares les permiten a los transeúntes saber más sobre la situación de violencia que enfrentan los periodistas en México, además de ser una tradición a través de la cual el país recuerda a sus muertos.

Por segundo año consecutivo, un grupo de estudiantes mexicanos armaron en el campus de la Universidad de Texas en Austin un altar de los muertos para rendir homenaje a los periodistas asesinados este año en México.

México es un lugar excesivamente peligroso para periodistas. Año tras año, el país logra clasificarse en las listas sobre libertad de expresión de las que ningún país desea formar parte.

Reporteros Sin Fronteras (RSF) señaló que México "sigue siendo el país más mortífero en América Latina para los medios de comunicación", al ocupar el puesto 149 de 180 países del mundo en el Clasificación Mundial de Libertad de Prensa 2016.

El país también se ubicó en el sexto lugar del Índice Global de Impunidad del Comité para la Protección de los Periodistas, el cual clasifica a los países del mundo en donde los crímenes de periodistas quedan impunes.

Hasta el momento, el Centro Knight ha registrado once asesinatos* de periodistas en México en lo que va de este año. En un caso adicional, un periodista fue atropellado por un auto policial sin que los oficiales lo calificaran como homicidio.

Los estados de Oaxaca (5) y Veracruz (3) ostentan el mayor número de muertes este año. Además, un periodista fue asesinado en cada uno los estados de Guerrero, Puebla, Tabasco y Tamaulipas este año.

A excepción de Tamaulipas, la mayoría de crímenes ocurre en el sur de México. Esto refleja la concentración geográfica de la violencia contra periodistas en el país durante el año 2015.

"En años recientes, la narcoviolencia ha decrecido en los estados del norte al cesar o disminuir la guerra territorial entre los cárteles de droga. Eso significa que los medios le prestan menos atención a esa región. La excepción es Tamaulipas, en donde los cárteles continúan en pugna, por eso seguimos viendo violencia ahí", dijo el periodista mexicano Javier Garza, asesor en temas de seguridad de la Asociación Mundial de Periódicos, al Centro Knight.

"En los estados sureños, especialmente Oaxaca y Veracruz, vemos la presencia del crimen organizado, pero también la posibilidad de que este actúe en colaboración con grupos políticos con el fin de amedrentar a periodistas locales", dijo Garza.

La violencia contra periodistas trasciende los asesinatos.

Artículo 19 de México reportó 218 ataques contra la prensa de enero a junio de este año. Del total, 69 agresiones ocurrieron entre enero y marzo, y las otras 149 se dieron entre abril y junio. La mayoría de estos 218 ataques fueron físicos, agregó.

Once de estos ataques fueron perpetrados por grupos criminales, mientras 101 fueron cometidos por funcionarios públicos, según Artículo 19. La organización explicó que esto contradice las cifras oficiales sobre los autores de los ataques a los derechos humanos.

La mayoría de los ataques ocurrieron en Ciudad de México (31), Veracruz (28), Oaxaca (27), Guerrero (17) y Puebla (15).

Como se mencionó anteriormente, muchos de estos casos siguen sin resolverse.

"La impunidad que penetra a México, particularmente en lo que respecta a las agresiones contra la libertad de expresión, convierte al país en uno de los más letales para la prensa", dijo Ana Ruelas, directora de Artículo 19 de México, en el reporte referente a la primera mitad del año que hace dicha organización. "Un aumento de tal magnitud en el número de agresiones sólo se explica por la falta de una política de protección y de acceso a la justicia efectiva, así como a la carente rendición de cuentas del Estado respecto a los responsables de estas agresiones", señaló.

En un informe reciente, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) reportó la apertura de 798 investigaciones preliminares de crímenes contra periodistas y medios de comunicación entre agosto de 2010 y agosto de 2016.

Según Animal Político, que analizó dicho informe, de las 798 investigaciones, solo 101 dieron como resultado que el presunto agresor fuera llevado a juicio, es decir, apenas el 12.6% de los casos. Solo dos casos llegaron a condenar al supuesto culpable, concluyó la publicación.

A pesar de todo, en México se sigue haciendo periodismo innovador, aunque esta violencia inevitablemente tiene un costo para los periodistas que cubren diariamente las noticias nacionales.

“Desafortunadamente, muchos de los periodistas locales en todo México, especialmente los que cubren crímenes y política, han 'normalizado' la violencia y han inhibido su cobertura. Los periodistas no tienen miedo de hacer su trabajo, pero sí de abordar temas que puedan tener represalias en su contra", dijo Javier Garza. “La impunidad fomenta las agresiones porque cualquiera que tenga pensado atacar a un periodista tendrá como incentivo el antecedente de que los crímenes contra la prensa no son castigados. Por eso, los periodistas no se quieren arriesgar", agregó.

*Los gráficos que acompañan este artículo fueron creados por Josefina Mancilla, practicante del Centro Knight.

Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.

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