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Periodistas latinoamericanos experimentan con ChatGPT en sus procesos de redacción, edición y generación de ideas

En español, existe un dicho que dice: “si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él”, y este principio puede aplicarse al impacto de la inteligencia artificial (IA) en los medios y el periodismo. Las herramientas basadas en IA, como ChatGPT, se han percibido como una amenaza para el empleo en este campo. Sin embargo, cada vez más periodistas están descubriendo los beneficios de esta tecnología y aprovechándola en su trabajo.

Redacción de titulares, traducción, edición y generación de  ideas para posibles historias son algunas de las ventajas proporcionadas por ChatGPT, que no es más que un sistema de chat basado en IA desarrollado y lanzado al mercado en noviembre de 2022, por la empresa OpenAI.

ChatGPT se basa en la arquitectura GPT (Generative Pre-trained Transformer) y utiliza técnicas de aprendizaje automático para comprender y generar texto en lenguaje natural. Además, ChatGPT cuenta con una versión gratuita, pero también tiene una versión de pago llamada ChatGPT Plus, que ofrece mayores ventajas al usuario.

“He utilizado ChatGPT y versiones similares, más que nada para que me de ideas en la estructura de la nota y para resumir contenido para los campos de metadescription o similar”, dijo a LatAm Journalism Review (LJR) José Rafael Peña, editor y escritor en BeInCrypto, portal especializado en noticias en español sobre criptomonedas. 

El proceso que sigue Peña no es complicado. Simplemente entra a la herramienta, escribe un encabezado y le solicita al robot que redacte un blog post a partir del titular dado. Según explica el editor, cuanta más información se le brinde, mejores serán las respuestas. “Si lo que leo me gusta, sigo esa dirección”, agregó.

Un proceso similar sigue el periodista colombiano Juan David Garzón, quien utiliza con regularidad ChatGPT para mejorar titulares y publicaciones para redes sociales. “Aún no he tenido un régimen juicioso de seguimiento para saber si ha resultado concretamente efectivo, pero me ha dado buenas propuestas”, dijo a LJR.

El texto generado por ChatGPT puede ser genérico, pero hay maneras de entrenar a la herramienta para que escriba como alguien en específico o siguiendo el estilo de un medio. Ya hay periodistas experimentando con los diferentes estilos de escritura que pueden surgir de ChatGPT y también expertos en tecnología enseñando a programar la herramienta.

Requiere aún del fact-checking humano

Al consultar con ChatGPT sobre cómo los periodistas pueden sacar provecho a la herramienta, te hace la siguiente aclaratoria: “Es importante tener en cuenta que, si bien ChatGPT puede ser una herramienta útil, los periodistas deben ser críticos y realizar su propia verificación de hechos. La información proporcionada por la IA puede no siempre ser precisa o actualizada, por lo que es fundamental corroborar los datos obtenidos a través de fuentes confiables adicionales”. 

Y está en lo correcto. Cuando se le solicita a ChatGPT que redacte un reportaje o una noticia, te devuelve un resultado bien redactado, sin errores ortográficos, pero carente de citas (porque aún la tecnología no puede hacer entrevistas a personas reales). Además hace afirmaciones que pueden ser no del todo ciertas. 

“Chequeo todo lo que arroja ChatGPT antes de publicarlo. Algo que también pasa mucho es que, aunque la herramienta es realmente poderosa, tiene tendencia a repetir patrones de frases, a veces hasta en un mismo texto”, explicó Garzón.

La Silla Vacía, un conocido medio de comunicación nativo digital colombiano centrado en la cobertura política, ha experimentado con ChatGPT para mejorar el proceso de edición en su sección llamada En Vivo. Pero, los resultados han sido “agridulces”, según han explicado.

“El sistema identifica y corrige la mayoría de los errores. Sin embargo, a veces indica que ha corregido una frase, pero cuando comprobamos la frase ‘corregida’, es exactamente igual a la original. Además, como estamos trabajando con un sistema que no hemos entrenado con nuestro libro de estilo de escritura, algunas de sus sugerencias, aunque gramaticalmente correctas, no son relevantes para nuestro sitio”, dijo Karen De la Hoz en el blog de  The Generative AI in the Newsroom Project, un proyecto promovido por el profesor e investigador Nick Diakopoulos para explorar los usos de la inteligencia artificial en las salas de redacción. 

ChatGPT es un modelo de lenguaje, no de verificación de hechos. Medios como CNET, sitio web de multimedia estadounidense, han dejado de utilizar ChatGPT para la creación de artículos por el porcentaje de errores encontrados. Además, se ha confirmado que cuando ChatGPT no consigue una información, puede llegar a inventarla.

Hace algunas semanas la compañía NewsGuard, creada para calificar el nivel de calidad de los sitios de noticias, dio a conocer que había detectado al menos medio centenar de nuevos sitios de noticias e información creados con Inteligencia Artificial. Los portales sólo buscan sacar beneficio económico a través de contenidos de baja calidad y múltiples anuncios publicitarios.

Por lo tanto, crece en la comunidad periodística la preocupación de que ChatGPT se convierta en una máquina de desinformación. “Al usar ChatGPT, el fact-checking es súper importante, porque sí se usa directamente desde OpenAI no está conectada a internet. Entonces, posee información vigente solo hasta el 2021. Así que solo lanzará información desactualizada”, comentó Peña. 

A pesar de esto, cuando se le pregunta a ChatGPT cómo puede ser útil para los periodistas, arroja entre sus resultados la verificación de datos. “La IA como ChatGPT puede ayudar a los periodistas a verificar la información y los datos. Pueden utilizar la herramienta para contrastar datos, buscar referencias o verificar afirmaciones hechas por fuentes”. 

Para Peña, el realizar fact-checking con ChatGPT, o cualquier otra herramienta parecida, es una pésima idea. “Si se usa versiones potenciadas con acceso a internet como Bing Chat y Bard, dan mejor y actualizada información, pero igual presentan más que nada los contenidos mejores rankeados en buscadores. Las herramientas IA poseen por defecto un sesgo, ya que al ser entrenadas por humanos, ellos le imparten su parcialidad”, dijo. 

Se ha hablado también del beneficio de ChatGPT en el periodismo de datos, ya que permite revisar código e inclusive analizar y limpiar datos. “En una ocasión probé ChatGPT para que me hiciera una tabla limpiando unos datos, pero encontré errores. Hace cosas que no están bien. Sí me ha servido como accesorio de planilla de cálculo, es decir, me ha ayudado a encontrar la fórmula a utilizar luego en mis propios datos”, contó Andrés Snitcofsky, diseñador gráfico argentino y parte del equipo de la unidad de datos de Infobae.

Otras opciones

ChatGPT es el sistema de chat basado en inteligencia artificial más popular, pero no es el único. En ocasiones, la demanda de la herramienta es tan alta que sobrepasa su capacidad e impide al usuario acceder a ella y, por otra parte, se encuentra bloqueado en algunos países: como son los casos de Venezuela y Cuba, en América Latina. 

Por estas razones, hay periodistas que prefieren usar alternativas como Microsoft Bing, Notion AI, YouChat o hasta Pi de Whatsapp.

“Junto con mi equipo usamos algunas nuevas herramientas basadas en inteligencia artificial como copy.ai. Estas pueden ser bastante básicas en su versión gratuita, pero que con rechequeo y discernimiento permiten beneficiar algunas tareas comunicacionales”, contó a LJR Caroll Patricia Terán, periodista y directora de comunicaciones del Centro de Estudios de Derechos Sexuales y Reproductivos en Venezuela.

“No uso por el momento ChatGPT.  Estoy usando Pi de Whatsapp, pero en algunas conversaciones donde le pido ‘consejo’, me ha llegado a decir que son temas muy profundos para él, como es el caso de derechos sexuales y derechos reproductivos, o trata de personas. Aunque sí da uno que otro aporte valioso”, añadió Terán. 

El uso de tecnologías de IA en el periodismo ofrece oportunidades, pero también plantea desafíos y responsabilidades. Y aunque algunos periodistas en Latinoamérica están experimentando con estas tecnologías, solo ha quedado en eso: experimentación. Quizás ChatGPT tiene razón al decir que “los periodistas deben ser críticos y conscientes de las limitaciones de estas herramientas, al tiempo que aprovechan sus beneficios para mejorar y agilizar su trabajo en un entorno mediático en constante evolución”.

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