El incremento de la violencia relacionada con el crimen organizado ha aterrorizado al estado mexicano fronterizo de Tamaulipas en las últimas semanas. Las confrontaciones entre facciones de los carteles rivales en las ciudades vecinas fronterizas de Reynosa y Matamoros han dejado docenas de muertos y han incrementado el peligro para los periodistas que ejercen en la región.
Después de fisurarle la mandíbula de un golpe, los agresores de Susana Morazán pronunciaron su amenaza: “dejá de estar hablando mal del Gobierno”. El hecho ocurrió el 19 de enero pasado, cuando dos hombres en motocicletas interceptaron a la conductora de TV Azteca Guatemala mientras conducía su auto, según informó Prensa Libre.
Activistas están reportando que bandas criminales y grupos paramilitares en Colombia, uno de los países más peligrosos para periodistas en América Latina, han estado emitiendo amenazas de muerte a periodistas y defensores de derechos humanos durante los últimos dos meses.
El cuerpo del periodista José Moisés Sánchez Cerezo fue encontrado en la madrugada del 24 de enero, según informó la Procuraduría General de Justicia (PGJ) del Estado de Veracruz. El periodista se encontraba desaparecido desde el 2 de enero cuando desconocidos fuertemente armados lo sustrajeron de su hogar ubicado en la localidad de Medellín de Bravo.
Paraguay, Brasil y México figuran entre los 20 países con más muertes de periodistas en 2014, según el informe especial de fin de año realizado por el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) .
En Brasil y México, clasificados séptimo y undécimo por el Comité de Protección de Periodistas como los países con los más altos niveles de impunidad en los asesinatos de periodistas, dos grupos de defensa de la libertad de prensa están trazando mapas de estos ataques en un esfuerzo por aumentar su seguridad .
A pesar de las declaraciones de un oficial de alto rango de la policía peruana, quien dijo que el asesinato del reportero de 22 años de edad, Fernando Raymondi, no fue motivado por su cobertura del crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción en Lima, periodistas locales e internacionales y defensores de la libertad de prensa seguirán pidiendo una investigación a fondo del hecho.
El reciente asesinato de María del Rosario Fuentes Rubio, médica y periodista ciudadana, conocida por reportar la actividad de carteles en el norte de México via Twitter, ha producido repercusiones en el estado de Tamaulipas y ha impactado a los periodistas que trabajan en redes de noticias ciudadanas en toda la región.
Cuando un grupo de hombres ingresó a las oficinas de El Heraldo de León en Sillao, en septiembre pasado, amenazando y golpeando a la reportera Karla Silva, el caso se convirtió en emblemático para la campaña de aprobación de una ley de protección para periodistas en el estado de Guanajuato.
El sitio de noticias mexicano SinEmbargo exige que las autoridades investigan una serie de ataques , amenazas y actos difamatorios, que se han dirigido a la publicación regularmente desde el 8 de octubre, poco después de la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa , en el estado de Guerrero.
En conferencia de prensa, La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y el Consejo de Prensa Peruana (CPP) condenaron el asesinato de la esposa del periodista Gerson Fabián Cuba, Gloria Lima Calle, quien semanas atrás murió víctima de un ataque sicario en las instalaciones de Radio Rumba, en el distrito de Pichanaki, provincia de Chanchamayo, Junín. Las balas iban dirigidas al periodista conductor del noticiero matutino, pero su mujer se interpuso para defender a su marido y a su hijo, quien también estaba en la cabina.
El periodista paraguayo Pablo Medina Velázquez, quien fue asesinado mientras trabajaba en el departamento de Canindeyú, al noreste del país, es el tercer periodista asesinado en Paraguay este año y el más reciente de una serie de periodistas que han sido asesinados en la región en los últimos años. Su muerte resalta las arduas y peligrosas condiciones para los periodistas que trabajan a lo largo de la frontera con Brasil.