Después de los asesinatos de dos comunicadores brasileños, dos periodistas investigativos salieron de Río de Janeiro y de São Paulo hacia las ciudades en el interior del país donde las muertes habían ocurrido. Allí, ellos ayudaron a revelar las redes de intereses e intrigas que pudieron haber motivado los dos crímenes. Investigaciones policiales sobre los dos casos motivaron acusaciones judiciales contra 17 personas, hoy presas y esperando juicio.
Días después del testimonio que acusa a los hijos de un narcotraficante mexicano del asesinato del periodista Javier Valdez, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador le dijo a la viuda del reportero que el Gobierno apoyará la investigación de su homicidio.
Un periodista mexicano que denunció haber recibido amenazas fue encontrado muerto en el estado de Baja California Sur luego de haber sido reportado como desaparecido más temprano ese día.
Otro avance en el caso del asesinato en 2014 del periodista paraguayo Pablo Medina y su asistente Antonia Almada se registró en los últimos días.