Las autoridades mexicanas arrestaron a Arturo Quintana, conocido como ‘El 80’, presunto líder de una banda criminal narcotraficante en el Estado de Chihuahua sospechoso de haber ordenado el asesinato de la periodista Miroslava Breach en marzo de 2017, según El País.
El llamado por justicia para los periodistas mexicanos no cesará a pesar de los años de violencia e impunidad que afectan a la profesión en ese país latinoamericano. Para conmemorar el primer aniversario del asesinato del periodista Javier Valdez, quien trabajaba en Sinaloa, colegas y amigos llevaron a cabo una Jornada Nacional de Protesta en las redes sociales y personalmente, pidiendo que sus asesinos sean llevados ante la justicia y poner fin a la violencia contra los periodistas que descubren cosas que muchos preferirían que se mantuvieran en secreto.
A través de un comunicado, periodistas independientes de Nicaragua condenaron la violencia letal contra manifestantes y las agresiones a la prensa, y exhortaron al gobierno a respetar la libertad de prensa. El documento reúne las firmas de 35 medios de comunicación, cuatro organizaciones de la sociedad civil, 87 periodistas, y demás.
En Brasil en 2017 hubo al menos 27 violaciones graves contra comunicadores, según un informe publicado el 3 de mayo por el capítulo brasileño de la organización internacional Artículo 19, que se dedica a la defensa de la libertad de expresión. Las informaciones recogidas por la ONG anualmente desde 2012 apuntan tendencias que se mantienen en el país: los políticos son los principales sospechosos de encargar o realizar las violaciones; ciudades pequeñas, con hasta 100 mil habitantes, son el principal escenario de los casos; y radialistas y blogueros son las principales víctimas de los ataques.
El equipo realizador del reciente documental que trata sobre la violencia contra periodistas en México pasó tres años (2015-2017) trabajando en el proyecto. De acuerdo con ellos, estos han sido los tres años más sangrientos para la prensa en la historia de México.
Agentes de la Policía Federal detuvieron a uno de los presuntos asesinos del periodista mexicano Javier Valdez Cárdenas el 23 de abril en Tijuana, Baja California. El Comisionado Nacional de Seguridad (CNS), Renato Sales Heredia, lo anunció oficialmente en rueda de prensa desde Ciudad de México, el 24 de abril.
“Con profundo pesar lamento informar que se confirma el asesinato de nuestros compatriotas”, dijo el presidente ecuatoriano Lenín Moreno en su cuenta de Twitter el viernes 13 de abril al empezar la tarde. El mandatario confirmó públicamente la muerte de los dos periodistas y el conductor del diario El Comercio, que fueron secuestrados a fines de marzo por un grupo disidente de las Farc.
La Policía Civil del Estado de Goiás entregó a la justicia brasileña el 4 de abril la investigación finalizada sobre el asesinato del periodista radial Jefferson Pureza, muerto en la ciudad de Edealina el 17 de enero de este año. La investigación policial concluyó que el concejal José Eduardo Alves da Silva, del Partido de la República (PR), fue quien ordenó el crimen y debe ser acusado por homicidio doblemente calificado, por motivo fútil y por haberlo pagado, según reportó G1.
Por lo menos 19 periodistas y profesionales de la prensa fueron agredidos en varias ciudades de Brasil entre el 5 y 7 de abril, mientras trabajaban en la cobertura del encarcelamiento del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), según documentó la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (Abraji, por sus siglas en portugués). Las agresiones, que empezaron por parte de los simpatizantes de Lula y de la Policía Militar, fueron repudiadas por organizaciones periodísticas de Brasil y de América Latina.
Los dos periodistas del diario ecuatoriano El Comercio y su conductor, que según las autoridades fueron secuestrados el 26 de marzo por un grupo guerrillero disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), fueron mostrados vivos en un video transmitido por el canal colombiano RCN. La abducción tuvo lugar cerca del retén militar de Mataje, en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas que colinda con la frontera de Colombia, de acuerdo con El Comercio.