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El semanario mexicano Zeta, un ejemplo de “periodismo suicida”

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  • 26 julio, 2010

Por Ingrid Bachmann

Con los periodistas en la mira del crimen organizado y la impunidad de los crímenes contra reporteros, declarar una guerra editorial contra la corrupción y el narcotráfico puede parecer suicida. Según relata Oscar Medina en Prodavinci, ésa es precisamente la opción del semanario mexicano Zeta, publicado en Tijuana.

La actual editora, Adela Navarro, asumió el cargo luego de que sicarios asesinaran a su predecesor, Francisco Ortiz (el crimen permanece impune) y aunque ella podría correr igual suerte, sigue al mando del diario. “Yo amo mi profesión. Otros periódicos a lo largo de la frontera han decidido dejar de investigar al narcotráfico. Nosotros no”, asegura Navarro.

Varias organizaciones han denunciado que en México la violencia contra periodistas ha llevado a la autocensura —“no hay nota que valga una vida”, explica Darío Ramírez, de Artículo 19—, lo que redunda gravemente en la libertad de expresión.

La opción de Zeta es una arriesgada excepción. A pesar de las amenazas y riesgos, la publicación sigue desarrollando un servicio social, insiste la editora: “En la medida en que publicamos las fotos y los nombres de los nuevos capos del narco la gente los podrá identificar y denunciar”.

Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.

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