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Escándalo que salpica a Madres de Plaza de Mayo abre debate sobre papel del periodismo en Argentina

El escándalo financiero que salpica a una de las organizaciones ícono de la lucha por los derechos humanos en Argentina y un emblema contra la dictadura militar (1976-83) inició un debate sobre la objetividad y la independencia periodística que apunta hacia la finalidad misma y el rol del periodismo en democracia, en el cual los medios ya han tomado partido.

El ex apoderado de la Fundación Madres de la Plaza de Mayo, Sergio Schoklender, fue denunciado por evasión impositiva, y posible desvío de fondos y lavado de dinero por la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) a raíz de la presunta malversación de fondos públicos destinados a la construcción de viviendas populares.

"La estafa de las Madres de Mayo", "Una puñalada en el lugar donde más duele a todos" y "La corrupción salpica a las Madres de Plaza de Mayo" son algunos de los titulares de la prensa sobre el tema.

Los diarios La Nación y Clarín, que mantienen una tensa relación con el gobierno de Cristina Fernández, han tomado el liderazgo en el destape de las irregularidades, mientras otros medios que se destacaron por su oposición a la más reciente dictadura han optado por bajar el perfil a la historia o mantener a las Madres de Plaza de Mayo aparte para no enlodar la organización, reportaron algunos columnistas.

En una editorial el domingo 12 de junio, El Tribuno afirmó que el escándalo salpica a Hebe de Bonafini, la líder de las Madres de Plaza de Mayo, y "arroja sombras sobre lo que hasta ahora se veía como una epopeya por los derechos humanos". "El país entero deberá reflexionar sobre los errores colectivos que hicieron posible el robo escandaloso que hoy nos conmueve", enfatizó.

Mario Fiore escribió en una columna para Los Andes que el llamado caso Schoklender, que consideró uno de los casos de corrupción más importantes de los últimos años en el país, "pone en escena -una vez más- un gran debate sobre el rol del periodismo" en un clima de "guerra".

"¿Es acaso posible que un medio serio mire para otro lado cuando hay un posible robo millonario de dinero para los más humildes y hecho en nombre de la más legendaria de las agrupaciones de Derechos Humanos? ¿No es esto a todas luces una noticia?", dijo. "El periodismo, ser periodista, cómo serlo, en dónde serlo, está en debate", afirmó Fiore.

Partidario de más precisión en el lenguaje y en el contexto de la nota, Eduardo Aliverti, de Página 12, criticó a quienes atizan el debate contra la organización de derechos humanos asegurando que "no van por Schoklender. Van por las Madres". Y, a través de ellas en contra de la política de derechos humanos del gobierno.

Aliverti acusó a La Nación de intentar "embarrar" a Bonafini a como de lugar y de sembrar dudas en la trayectoria de las Madres sólo porque "un tipo oscuro" hizo de las suyas. "Hay formas y formas de apuntarle. Porque decir no es lo mismo que vomitar. Porque casi todo lo que decimos o dejamos de decir es en un contexto. No hay los términos sueltos, salvo para quienes creen o quieren convencerse de que primero se es periodista y recién después el animal político", afirmó.

La agencia estatal Télam se unió a Aliverti en las críticas contra la prensa que ha hecho escarnio de las Madres de Plaza de Mayo y recordó que fueron esos mismos medios los que "no sólo fueron cómplices de la dictadura, sino fervientes militantes de su causa". En la columna de opinión "La guerra de los medios", Sergio Fernández, vicepresidente de la agencia, escribió que "el periodismo 'serio e independiente' (ya no podemos poner objetivo ni siquiera entre comillas) que pregonan sólo busca crucificar a Hebe y con ella, a la lucha por la memoria, la verdad y la justicia". El objetivo, desprestigiar al gobierno de cara a las elecciones presidenciales de octubre.

La investigación por las acusaciones de malversación de fondos ha significado el allanamiento de la sede de la Fundación Madres de Plaza de Mayo y una serie de auditorías para seguir la ruta de los fondos públicos que el gobierno traspasó a la organización para la construcción de viviendas. Sea como sea, La Fundación "ha visto dañada su reputación", como escribió La Razón.

Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.

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