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“Le ruego por mi vida”: periodista mexicano que huyó a EE.UU. hace 10 años pide de nuevo asilo

El periodista mexicano Emilio Gutiérrez Soto solicitó nuevamente asilo para él y su hijo en una corte de inmigración de El Paso, Texas, 10 años después de que se entregara en un punto de control en la frontera entre Estados Unidos y México, y más de un año después de que su petición fuera negada.

Emilio Gutiérrez Soto. (Cortesía).

Le ruego por mi vida”, dijo Gutiérrez al juez Robert Hough el 22 de octubre, según un comunicado de prensa del National Press Club (NPC), que es una de las organizaciones que ha estado ayudando a Gutiérrez.

Dos días después de la audiencia – que se retrasó debido a documentos faltantes, según el abogado de Gutiérrez – el periodista le dijo al Centro Knight que sentía que el juez “está jugando con nuestra vidas”.

Ha sido un largo camino de aplazamientos, negaciones y detenciones para Gutiérrez y su hijo que huyeron de Chihuahua en 2008 al temer por sus vidas. El periodista dijo que le dijeron que miembros del Ejército mexicano estaban molestos con sus reportajes y que planeaban matarlo.

Un artículo publicado en enero de 2005 por Gutiérrez en El Diario informó que seis miembros del Ejército y un civil agredieron y robaron a los huéspedes de un hotel y los amenazaron de muerte.

Los soldados del Ejército presuntamente amenazaron a Gutiérrez en febrero de 2005 y allanaron su casa en mayo de 2008, según lo que el periodista dijo anteriormente a la publicación Mother Jones.

Eduardo Beckett, el abogado de Gutiérrez, dijo al Centro Knight que, como parte del caso del periodista, señala a México como uno de los países más peligrosos para los periodistas y que las condiciones en ese país no han mejorado. Además, Beckett notó fallas en el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas del país, que casi se quedó sin dinero este año.

También argumentan que el perfil de Gutiérrez ha cambiado a lo largo de la última década.

“Creemos de buena fe que ahora, después de 10 años de hablar, criticar al Gobierno, realizar charlas de costa a costa, su perfil es mucho más alto”, dijo Beckett.

El abogado enfatizó que creen que existe el riesgo de que lo maten para enviar un mensaje a otros periodistas de que si se van a Estados Unidos y hacen críticas desde el extranjero, serán asesinados al regresar a casa.

El 22 de octubre no fue la primera vez que Gutiérrez presentó su caso ante el juez Hough. El juez negó la solicitud de asilo de Gutiérrez en julio de 2017 y meses después, el periodista y su hijo estuvieron a punto de ser deportados en diciembre de 2017. Una orden de emergencia de suspensión de deportación lo impidió.

Luego, los dos pasaron siete meses en detención en la Oficina de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos antes de ser liberados el 26 de julio de 2018.

En mayo, la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA, por sus siglas en inglés) ordenó una nueva audiencia de petición, que fue la que tuvo lugar el 22 de octubre. En su decisión, la junta remitió el caso “para la consideración de la evidencia material nueva disponible”.

El lunes, Hough llevó a los abogados de Gutiérrez y DHS a su despacho para revisar el archivo de Gutiérrez, según Beckett. El abogado de Gutiérrez dijo que notó que faltaban los documentos presentados ante la corte de apelaciones, incluidos informes de la ONU, cartas de apoyo y artículos antiguos de Gutiérrez.

“Nos citó a las 8:30 de la mañana. Para entonces él ya había perdido las indicaciones que le dio la corte apelaciones en el sentido de que revisara el caso, que viera sus fallas y que aceptara las nuevas evidencias”, dijo Gutiérrez. “No había leído ni las evidencias ni el fallo que había dado la corte de apelaciones, lo cual considero que es una irresponsabilidad, una falta de ética, una falta de profesionalismo, una inmoralidad del juez. Lo considero un barbaján. Está jugando con nuestras vidas. Y no se lo voy a permitir. No es la última palabra el juez”.

Una vez que los documentos fueron rehechos, la audiencia se desarrolló horas después con Lynette Clemetson, directora de la Beca Knight-Wallace de la Universidad de Michigan, donde Gutiérrez es actualmente un becario.

Según el NPC, Clemetson habló sobre las calificaciones del periodista y los peligros que ella cree que enfrentaría en México. Sin embargo, el NPC informó que el Gobierno de Estados Unidos intentó que la excluyeran de los procedimientos.

Luego, Gutiérrez también tuvo su turno de hablar por sí mismo y por su hijo, Óscar: “Él ha sido víctima del trabajo de un periodista honesto”, dijo Gutiérrez, según el NPC.

El equipo de Gutiérrez también presentó una opinión experta del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), otras cartas de apoyo y un informe del Congreso sobre periodistas, según Beckett. También dijo que entendió que el juez no consideraría esos documentos, ni el testimonio de Gutiérrez ni Clemetson.

Gutiérrez dijo que no tiene esperanza con este juez.

“De antemano ya sabemos. Él fue muy claro al decir que su decisión no iba a cambiar”, dijo el periodista.

Como Gutiérrez ahora reside en Michigan, sus abogados solicitaron un cambio de sede a ese estado. El juez negó el cambio, pero una apelación para cambiar el lugar todavía está ante el BIA, según Beckett.

El abogado de Gutiérrez ha criticado lo que cree que es la falta de imparcialidad del juez en este caso.

“Creo que se la tiene jurada a Emilio Gutiérrez Soto”, dijo Beckett. “Me parece que no está muy contento de que [su decisión] haya sido anulada y está siendo intransigente, por falta de una palabra mejor”.

Según Beckett, tiene hasta el 27 de noviembre para presentar un escrito sobre el caso de asilo y el Estado tiene hasta el 20 de diciembre para responder, y añadio que el juez dijo que emitirá su dictamen en enero.

Si su solicitud de asilo es denegada, Gutiérrez tiene derecho a apelar.

Por ahora, continúa su beca en Michigan y está estudiando la historia de Estados Unidos sobre derechos civiles e inmigración en la escuela de derecho. Su hijo, que quiere ser chef, está entrenando en un restaurante local de buena reputación.

El Centro Knight no pudo contactar a los abogados que representan al Estado. Cuando el Centro contactó a la Oficina Ejecutiva de Revisión de Inmigración (EOIR, por sus siglas en inglés) para un comentario sobre Hough, dijo que no comentan sobre las decisiones de los jueces.

“Por favor, tenga en cuenta que los jueces de inmigración juzgan los asuntos que se les presentan caso por caso, de acuerdo con la ley de inmigración, los reglamentos y las decisiones precedentes de los Estados Unidos”, dijo Rob Barnes, jefe de prensa regional de la EOIR. “Los jueces de inmigración consideran todas las pruebas y argumentos presentados por ambas partes y deciden cada caso basándose en esa información”.

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