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Periodistas sufren amenazas con armas y robo de vehículos y equipo durante disturbios por arresto de capo en Culiacán, México

El periodista José Manuel Salas se enteró la madrugada del jueves 5 de enero que fuerzas federales estaban realizando operativos cerca de su casa, en la zona norte de Culiacán, capital del estado de Sinaloa, en México.

Salas supo que un grupo del crimen organizado estaba robando automóviles para incendiarlos y usarlos para bloquear las vías de acceso y evitar el avance de las autoridades en la zona. Desde su casa pudo ver columnas de humo originadas por la quema de esos vehículos en la Carretera Internacional México 15, que conecta al centro del país con la frontera con Estados Unidos y la cual se encuentra a pocas cuadras de su casa.

El periodista, quien es fundador y director de contenidos del medio nativo digital Link Sinaloa, se trasladó a pie hacia uno de los puntos de bloqueo cerca de las 9:30 de la mañana y realizó una transmisión de Facebook Live. El video se interrumpió abruptamente cuando un sujeto a bordo de una motocicleta se acerca a Salas y a algunos civiles que se encontraban ahí y les pide que dejen de grabar.

Drug-related violence in Culiacán, Mexico, livestreamed by Mexican Journalist José Manuel Salas

En la transmisión en vivo que hacía Salas se alcanza a ver al sujeto a bordo de una motocicleta que se acerca a quitarle el teléfono celular. (Foto: Facebook)

“Me dijo ‘tengo la orden de no dejar grabar nada ni tomar fotos. Echen para acá los teléfonos’. Como vio que no le hice mucho caso sacó una pistola que traía, la acerrojó y me la puso en el pecho”, contó el periodista a LatAm Journalism Review (LJR) horas después de lo ocurrido. “Luego prendió la moto y se regresó a donde se estaba quemando un camión de mudanzas y vi cuando agarró los teléfonos y los aventó a la cabina, que estaba en llamas”.

Tras el incidente, Salas regresó a su casa y decidió no continuar cubriendo los hechos violentos. Luego se enteró que los bloqueos y autos incendiados que presenció fueron parte de la reacción del crimen organizado a la detención de Ovidio Guzmán López, hijo del ex líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Miembros de la organización criminal establecieron al menos 19 bloqueos, incluyendo los accesos a la ciudad, además de que atacaron a tiros instalaciones estratégicas como el aeropuerto internacional de Culiacán y la Base Militar 10, según informó horas más tarde el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), Luis Cresencio Sandoval.

Salas fue solo uno de varios profesionales de la prensa que fueron alcanzados por la ola de violencia generada a raíz de la detención de Guzmán López. Organizaciones civiles han registrado más de una decena de ataques contra los medios de comunicación e impedimentos para cubrir los disturbios. Las agresiones incluyen el despojo de vehículos, robo de equipo, amenazas e intimidación con armas de alto calibre.

Al menos seis periodistas fueron amenazados, y algunos de ellos fueron apuntados con armas mientras realizaban su trabajo, según reportó la organización Red Rompe el Miedo, que trabaja por defender el derecho a la información y la protección de los periodistas en México.

La organización agregó que al menos cuatro vehículos de trabajadores de la prensa fueron robados por parte de sujetos armados. Uno de ellos fue incendiado.

El periodista de la agencia Quadratín Gilberto Meza fue uno de los comunicadores víctimas de despojo de su vehículo. El comunicador y dos colegas iban a bordo de una camioneta con la intención de cubrir los bloqueos cuando un grupo de personas a bordo de motocicletas y con pistola en mano les pidieron la llave del vehículo. Los periodistas obedecieron y los agresores se retiraron.

“Yo nunca había sentido miedo. Tengo más de 15 años cubriendo la nota roja y la verdad nunca había sentido esta incertidumbre, este miedo, este momento de inseguridad”, dijo Meza en entrevista con la cadena N+Media. “Caminamos como tres kilómetros después de ser despojados y llegamos hasta un lugar donde ya nos sentimos seguros y nos resguardamos, pero seguíamos viendo pasar camionetas con hombres armados. La verdad sentimos mucha inseguridad, mucha incertidumbre y no estuvimos seguros hasta que llegamos a la casa de un compañero y aquí estamos resguardados desde entonces”.

Mexican journalist Gilberto Meza Bueno during a Facebook Livestream covering drug-related violence in Culiacán, Mexico

Gilberto Meza y dos colegas caminaron por varios kilómetros tras ser despojados de la camioneta en la que cubrían la violencia. (Foto: Facebook)

Otro periodista que sufrió el despojo de su automóvil fue Marcos Vizcarra, del medio digital Revista Espejo. El reportero, uno de los ganadores del Premio Nacional de Periodismo 2021 en México, fue detenido por jóvenes armados cuando viajaba en su vehículo. Los agresores le quitaron la unidad y se llevaron su computadora y su teléfono móvil, de acuerdo con el diario Noroeste.

“Estoy dentro de un hotel al norte de la ciudad de Culiacán. Hace unas tres horas me quitaron mi carro y me pude resguardar aquí. Los armados entraron al hotel de nombre Two y están amenazando a clientes para que les den sus llaves de carros. Hay gritos y llantos”, publicó Vizcarra en su cuenta de Twitter.

El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) se puso en alerta desde las primeras horas del jueves ante los primeros reportes de peligro para los medios de comunicación. La organización condenó la violencia en Sinaloa y afirmó que tenía reportes de al menos un periodista que había sido amenazado a punta de pistola y despojado de su automóvil por parte de miembros del cártel.

“El CPJ ha estado monitoreando la situación en #Culiacán, capital del estado de Sinaloa, al norte de México, y urge a las autoridades garantizar la seguridad de los reporteros en el terreno”, expresó la organización a través de Twitter.

Jan-Albert Hootsen, representante de CPJ en México, publicó que hasta la tarde del jueves no había reportes de que algún periodista haya resultado herido físicamente.

Quedarse en casa, la mejor opción

Al conocer de la violencia que estaban experimentando algunos periodistas, Red Rompe el Miedo activó el monitoreo de la situación y exhortó a los profesionales de la prensa a reportar a la organización Artículo 19 cualquier caso de agresión contra la libertad de expresión.

La organización exhortó evitar en lo posible salir a realizar coberturas en el terreno, pero para los periodistas que fuera indispensable hacerlo, recomendó organizar un plan de monitoreo con sus redacciones y estar en constante comunicación con alguien de confianza. También recomendó extremar precauciones al tomar fotografías.

Sin embargo, los periodistas de Culiacán han aprendido desde tiempo atrás que, ante la violencia del narcotráfico, es mejor mantenerse a distancia prudente y anteponer su seguridad a la labor periodística.

“Aquí la indicación es igual, no salir, porque esta gente no respeta nada ni a nadie”, dijo a LJR Salas, quien antes de fundar Link Sinaloa trabajó durante 16 años como reportero en el periódico Noroeste. “Con un arma, a cualquier muchacho -porque [los sicarios] son jóvenes- que ande drogado se le sale un disparo y es muy peligroso”.

Mexican Journalist José Manuel Salas

José Manuel Salas optó por no salir a cubrir los bloqueos tras haber sido amenazado con un arma. (Foto: Facebook)

Sinaloa es un estado con antecedentes de violencia hacia los periodistas, tanto por parte del crimen organizado como de la propias autoridades, lo cual ha causado que algunos medios hayan optado por limitar su cobertura sobre cuestiones de violencia e inseguridad en el estado.

Apenas hace unos días, en la madrugada del 1 de enero, un agente de la policía estatal encañonó con su arma al periodista Ernesto Martínez, conocido por sus colegas como “El Pepis”, mientras este cubría una balacera al sur de Culiacán. 

"Llegué saludando como siempre y luego tomé unas fotos. Cuando estaba empezando a tomar video, el [agente] estatal me empezó a gritar que no tomara video, por lo que yo le dije que estaba trabajando y le dije a qué medio pertenecía”, relató Martínez de acuerdo con el diario Debate. “Luego trató dos veces de arrebatarme el celular, pero yo me hacía a un lado, por lo que este policía me encañonó y yo le hice el rifle para un lado diciéndole que qué traía, y de nuevo me encañonó".

Martínez, quien trabaja para el portal Los Noticieristas y tiene 20 años de experiencia cubriendo la nota roja, dijo que otros agentes retiraron al elemento agresor, aunque éste le siguió lanzando agresiones verbales. El Gobernador del estado, Rubén Moya Rocha, dijo que se investigarían los hechos, aunque puso en tela de juicio el testimonio del periodista, al decir que su versión “no era la verdad absoluta” y que esta solo se determinaría con una investigación.

Martínez interpuso una queja ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y días más tarde tanto el Gobernador como el secretario de Seguridad Pública de Sinaloa le ofrecieron disculpas públicas. Este último admitió que sus elementos han incurrido en excesos de violencia en repetidas ocasiones.

Sinaloa también tiene en su historial asesinatos de periodistas. El año pasado, el periodista Luis Enrique Ramírez fue hallado muerto y con signos de golpes, tras haber sido reportado como desaparecido un día antes. Y en 2017 fue asesinado Javier Valdez, fundador del semanario Ríodoce, cuya muerte ha sido de las más emblemáticas de la violencia que sufren los periodistas en México.

“Dejen de romantizar el oficio del periodismo, no es heroico. Tenemos familia y muchas necesidades. Lo hacemos porque nadie quiere hacerlo y con condiciones precarias porque es mal pagado. Se notó en la cobertura de hoy en #Culiacán, no pudimos, de plano. Apenas unos videos aquí y unas fotos allá. A varias compañeras y compañeros les quitaron vehículos, equipo, o los amenazaron con un arma. No pudieron otros ni dejar sus domicilios. Otros fueron secuestrados por momentos y todos segregados, nunca pudimos reunirnos, solo por chats”, publicó en su cuenta de Twitter el periodista de Ríodoce Aarón Ibarra, quien fue compañero de Valdez y creó el mónologo en memoria de éste, “Javier Valdez: Fui Cartero”, que se estrenó el año pasado en el quinto aniversario del asesinato.

“Y es que no sabemos cómo reportear la guerra, vamos aprendiendo empíricamente y cada vez ese empirismo es más violento y precario. No podemos acércanos a la autoridad porque son tan criminales como el crimen organizado […]”, tuiteó Ibarra.

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