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Avalancha de demandas judiciales obliga a más de un periodista en Brasil a cerrar su blog

La censura judicial ha sido identificada como el principal obstáculo para la libertad de expresión en Brasil, de acuerdo con organismos internacionales como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y la organización Freedom House. Si el acoso judicial afecta el ejercicio del periodismo en los grandes medios de comunicación, en el caso de pequeños sitios web y blogs, la simple participación en los procesos significa su sentencia de muerte, aún sin ser condenados. Sin los recursos para pagar los gastos de un representante ante la justicia, los blogueros terminan siendo asfixiados financieramente y deciden ponerle fin a su labor.

Esto fue lo que sucedió con el periodista Fábio Pannunzio. En un artículo publicado por el diario Folha de S. Paulo, el miércoles 31 de octubre, el periodista denunció ser objeto de una avalancha de acciones judiciales por su postura crítica en el Blog do Pannunzio, motivo por el cual dejó de actualizar su página.

"El ejercicio de la libertad de expresión en el ambiente cultural de una democracia que aún no se acostumbra a las críticas (y la confunde con delitos de opinión), desafortunadamente, se ha vuelto demasiado costoso", lamentó el periodista.

En entrevista con el Centro Knight para el Periodismo en las Américas, Pannunzio cuenta que en más de treinta años de carrera periodística trabajando en grandes canales de televisión, fue enjuiciado una sola vez y salió victorioso, mientras que con menos de cuatro años en la blogósfera se ha ganado ocho acciones judiciales, lo que según él, es una señal para que todo aquel que quiera callar la opinión crítica se de cuenta de que existen medios institucionales para lograrlo.

Centro Knight: ¿Usted ya era un periodista experimentado cuando creó el Blog do Pannunzio. ¿Qué lo hizo entrar en la blogosfera?

El blog nació en 2009 como un espacio de manifestación personal. Vi en Internet la posibilidad de complementar mi campo de acción, ser el dueño de mi propia opinión, algo que no siempre es posible en los espacios de los canales comerciales.

KC: ¿Qué tipo de información acostumbra publicar?

No era sólo un blog de ​​reflexión, me gustaba incluir temas de actualidad. El blog denunció una banda de trata de blancas que operaban en Paraná y en países como República Dominicana, Ecuador y Estados Unidos. Esa banda fue la primera en intentar censurar el blog, y consiguieron una orden para retirar la información del mismo. Mientras el juez evaluaba una apelación contra esa medida, los miembros de la banda fueron detenidos. No obstante, presentaron otra demanda por daños morales. Para sortear los impedimentos judiciales, se me ocurrió la idea de hacer un "intercambio de censura" porque me prohibieron hablar sobre el caso de la banda y a la periodista Adriana Vandoni, del blog Prosa & Política, le prohibieron hablar sobre José Geraldo Riva, un político Mato Grosso. Así que empezamos a cruzar información para que yo publicara las denuncias sobre Riva, y ella las denuncias sobre la banda. Esto me generó cuatro procesos más, porque yo también empecé a investigar lo que estaba haciendo Riva, quien enfrenta 118 acciones judiciales por malversación de fondos, corrupción y otros delitos. Y fue él quien interpuso dos demandas civiles y dos penales en mi contra. También critiqué la política de seguridad pública de São Paulo, encabeza del secretario Antônio Ferreira Pinto. De ahí surgieron otros dos procesos, uno por hablar sobre el ex-comandante Paulo Telhada, quien acaba de ser elegido veedor en São Paulo y es responsable por la ola de amenazas contra el periodista André Caramante, de Folha de S. Paulo, y otro del propio Ferreira Pinto, quien exigió la retirada de los artículos donde lo mencionaba.

KC: ¿Y cuáles fueron los gastos generados por estos procesos?

Aquí en Brasil tiene un principio el cual dice que los gastos del proceso corren por cuenta del demandado. Así que las personas que acuden a la justicia en los diferentes estados terminarán obligándome a gastar dinero en viajes para asistir a las audiencias. Los honorarios de los abogados también son muy costosos. El año pasado gasté más de $25 mil dólares en procesos de primera instancia. Así que puedes imaginarte lo que es gastar esa cantidad de dinero considerando los ingresos de un periodista que vive solo de su salario.

KC: Entonces fueron estos gastos los que provocaron el cierre del blog?

Sí, es un castigo para aquellos que no tienen una estructura empresarial que los respalde, porque fuimos absueltos al final del proceso, pero tenemos que pagar abogados y todos los costos relacionados con el proceso. Lamento profundamente haber tenido que cerrar el blog, pero no tenía como pagar los costos por defender la libertad de expresión.

KC: ¿Nunca pensó en tratar de buscar beneficios económicos por medio del blog para pagar los gastos?

Yo nunca acepté ninguna de las oferta de patrocinio que recibí porque crearía un conflicto comercial con la estación para la cual trabajo (Band). Tampoco quería obtener beneficios económicos, no era el objetivo, la idea era tener un espacio personal, porque yo ya ganaba dinero por hacer mi trabajo. Y llegué a esa situación de inviabilidad debido a la falta de una verdadera cultura democrática. La gente confunde el derecho a la crítica con el delito de opinión.

KC: ¿Qué tipo de demandas son las que generalmente interponen en su contra?

Todas ellas son por calumnia, injuria o difamación. En el ámbito civil, son acciones de reparación de daños morales derivadas de las publicaciones hechas en el blog. El proceso de José Geraldo Riva, por ejemplo, pide más de $900 mil dólares de reparación. La banda de Paraná que denuncié le pide a la justicia un "castigo ejemplar" en mi contra. El objetivo, al final de cuentas, es realmente asfixiar. Ellos saben que van a perder, pero el tipo de personas que denuncio en mi blog por lo general ya disponen de una estructura jurídica y no gastan nada al entrar en un proceso. Es mucho más fácil para los acusados​​.

KC: En el artículo que escribió para Folha, dice sólo ha sido procesado una vez durante su carrera periodística, pero ha sido demandado en ocho ocasiones después de empezar el blog. ¿Cree que las posibilidades de censurar la libertad de expresión son mayores en Internet?

He trabajado toda mi vida como reportero de radio y televisión y fui procesado una sola vez durante ese tiempo, un proceso que enfrenté y gané. Como bloguero, escribía notas con denuncias similares a las que hacía en televisión, pero sólo fui demandado como persona natural. Esto agrega un nuevo ingrediente. Estas personas que denunciamos no quieren enfrentar a los grandes canales, a una estructura empresarial, quieren llegar a aquellos que creen más vulnerables para ejercer la censura. Y las personas tienden a ser más vulnerables en Internet, donde actúan de manera autónoma.

KC: ¿Conoce otros casos de censura que obliguen al cierre de blogs políticos?

Hay muchos otros casos en Brasil que merecen ser mencionados, como la censura judicial al blog de Adriana Vandoni, una periodista seria que también mantiene un blog sin fines de lucro, el proceso ya tiene más de 4 años y es poco conocido.

KC: ¿Sus procesos aún están en curso? ¿Cree que será absuelto en todos?

Sólo uno en Paraná fue cerrado. Aún queda el proceso de la banda de trata de blancas, sobre el cual pronto habrá una decisión. Los procesos de São Paulo y los de Riva, en Mato Grosso, también están en curso. En el caso de Mato Grosso, una cosa que me preocupa es que la juez que tiene a su cargo el caso, tienen una hermana que ocupa un alto cargo y cuyo nombramiento fue hecho por Riva, presidente de la Asamblea Legislativa del Estado. No sé si el juicio será justo pero ya le comunique esto a mi abogado.

Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.

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