La reportera de investigación mexicana considera que el mecanismo de protección a periodistas no va a dar buenos resultados mientras en su país persista la impunidad en crímenes contra la prensa y mientras el Presidente no desista de su discurso hostil de intimidación al periodismo.
Especialistas en cobertura de enfrentamientos violentos en América Latina advierten sobre la necesidad de una formación integral en seguridad que involucre a toda la redacción, desde los jefes hasta los reporteros.
Los comunicadores víctimas de la ola de violencia de inicios de 2022 tienen comunes denominadores como el ser independientes o trabajar en proyectos nativos digitales propios sobre temas locales de política, inseguridad y corrupción.
Luego que López Obrador dio a conocer lo que supuestamente ganó el periodista Carlos Loret de Mola en un año, más de 64 mil personas se sumaron a un Twitter Space en el que se condenaron las acciones del Presidente y la creciente violencia contra la prensa en México. La discusión había registrado más de 1.5 millones de escuchas hasta el lunes 14 de febrero.
En el primer mes de 2022, América Latina tomó la delantera como la región más letal para la prensa, al registrar siete periodistas asesinados: cuatro en México, dos en Haití y uno en Honduras.
Tres años después de haber pedido personalmente protección al presidente de México, la periodista Lourdes Maldonado fue asesinada a tiros. A ella se suman otros dos colegas muertos de forma violenta en el país en menos de un mes, lo que ha causado repudio y protestas de colegas y organizaciones de libertad de prensa.
En 2021 se registraron 702 casos de abuso de poder y violencia contra la prensa por parte del régimen de Daniel Ortega, casi el doble de los 360 reportados en 2020; los ataques a medios de comunicación independientes están a la cabeza, con 469 casos reportados.
Un grupo de organizaciones, medios y periodistas de la región se unieron para crear RedLEAL, Red para la Defensa de la Libertad de Expresión en América Latina. El objetivo del grupo es establecer una red de solidaridad y dar visibilidad a casos de violaciones a la libertad de expresión que no se denuncian en América Latina.
América Latina y el Caribe registró 123 homicidios de periodistas en el último lustro. México es el país con más comunicadores asesinados de la región y del mundo, con 61 casos, según el informe “Threats that Silence: Trends in the Safety of Journalists” de la Unesco.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos consideró que Colombia es responsable por la violación de varios derechos humanos de la periodista Jineth Bedoya Lima como resultado del crimen del que fue víctima en el año 2000.