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Estudio de RSF e Intervozes destaca concentración, poca transparencia e interferencia política y religiosa en medios de Brasil

Brasil se encuentra en “alerta roja” por la alta concentración de audiencia, de propiedad y locación geográfica; la falta de transparencia así como por las interferencias económicas, políticas y religiosas en los medios del país. Esta es la principal conclusión del estudio realizado por el colectivo de comunicación Intervozes en asociación con la organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF) sobre la propiedad de los medios en Brasil.

El resultado del capítulo brasileño del proyecto Media Ownership Monitor (MOM), ya realizado en otros diez países, fue lanzado el 31 de octubre en un evento con representantes de Intervozes y de RSF en São Paulo. El informe del estudio, cuya metodología fue desarrollada por RSF, está disponible en portugués e inglés en el sitio del proyecto.

El MOM-Brasil mapeó 50 medios o redes de medios de mayor audiencia en el país distribuidos entre cuatro tipos de medios: 11 redes de televisión (abierta y por suscripción), 12 redes de radio, 17 medios impresos (periódicos de circulación diaria y revistas de circulación semanal) y 10 medios en línea (portales de noticias).

Según André Pasti, coordinador de la investigación por Intervozes, a partir de este mapeo el equipo entró en contacto con las empresas pidiendo información sobre sus propietarios. “Ninguna ha proporcionado esta información. La mayoría ni siquiera respondió a la solicitud, y las que respondieron dijeron que no iban a contribuir”, dijo al Centro Knight. El equipo entonces recurrió a datos de órganos estatales como el Ministerio de Comunicaciones y Juntas Comerciales, balances publicados por algunas de las empresas y trabajos previos realizados por investigadores que estudian la comunicación en Brasil.

Así, el MOM-Brasil constató que cinco familias controlan 26 de los 50 medios con mayor audiencia en el país y que la propiedad cruzada de medios de diferentes tipos es una dimensión central de la concentración en los medios brasileños. Solo el Grupo Globo, de la familia Marinho, tiene nueve de estos medios, alcanzando él solo una audiencia mayor que la de la suma del 2º, 3º, 4º y 5º de los mayores grupos brasileños, según el estudio.

También se observó una alta concentración geográfica de los medios en Brasil. En un país de dimensiones continentales, el 73% de los grupos de medios analizados tienen sus sedes en la región metropolitana de São Paulo, principal centro urbano de América del Sur, y el 80% se concentran en las regiones Sudeste y Sur del país. Según el informe, eso “trae consecuencias a la diversidad y pluralidad de visiones, imágenes e ideas en circulación”, ya que “las decisiones editoriales, las prioridades de pauta y las representaciones de imagen y de cotidiano presentes en los medios” están marcadas por esta concentración espacial.

El estudio también elaboró ​​perfiles de cada medio, grupo controlador y de sus directores, indicando las relaciones económicas, políticas y religiosas de cada uno de ellos. El MOM-Brasil constató que gran parte de los grupos de medios poseen también negocios en otros sectores de la economía, con mayor destaque para los sectores de educación, salud, mercado financiero, mercado inmobiliario y agronegocio.

“Los intereses empresariales de estos grupos pueden representar conflictos de intereses en la cobertura que sus medios realizan sobre diversos temas, como educación pública, salud, alimentación, política económica y las políticas de las ciudades”, señala el informe.

Política, religión y control mediático

El escenario de concentración mediática mapeado por el MOM-Brasil se destaca también por la influencia de la política y la religión en el control de los medios de comunicación en el país.

En el caso de la política, esto se observa principalmente en las afiliadas regionales y locales de las grandes redes de TV y radio. Según un estudio anterior de Intervozes, al menos 32 diputados federales y ocho senadores brasileños controlan medios de comunicación, lo que contraría la conclusión de 2014 del Supremo Tribunal Federal (STF) de que el artículo 54 de la Constitución prohíbe a los legisladores ser socios de personas jurídicas titulares de concesión, permiso o autorización de radiodifusión.

La dimensión política y religiosa en el control de los medios en Brasil es más evidente en el caso de la familia Macedo, que controla el grupo Record y la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD). Además de ser propietaria de cinco medios entre los 50 con mayor audiencia en Brasil, la familia Macedo también domina el Partido Republicano Brasileño (PRB), dice el estudio.

Junto a la IURD, hay otras tres iglesias cristianas señaladas por el MOM-Brasil como controladoras de algunos de los 50 medios con mayor audiencia en el país: Iglesia Adventista del Séptimo Día, Iglesia Renacer en Cristo e Iglesia Católica. La influencia de estas y de otras instituciones cristianas también se da por medio del arrendamiento de franjas de programación en medios no religiosos.

Olaf Steenfadt, coordinador global del MOM, afirmó durante el lanzamiento del estudio en São Paulo que esta relación entre medios e Iglesia es típica de Brasil. “Hemos investigado 10 países hasta ahora y en ninguno la participación entre la Iglesia y los medios ha sido tan intenso y profundo como en Brasil”, declaró, según informó Portal Imprensa. “Lo que vemos de particular en este escenario brasileño es la triangulación entre iglesias, política y negocios, en que la Iglesia también tiene influencia en otras áreas como la educación, por ejemplo”.

Gran riesgo para la pluralidad de los medios

En comparación con los otros diez países donde el MOM ya mapeó la propiedad de los medios en los últimos años – Colombia, Perú, Camboya, Filipinas, Ghana, Ucrania, Turquía, Serbia, Túnez y Mongolia –, Brasil se encuentra en la peor situación, con el mayor riesgo para la pluralidad de los medios, según el estudio.

Esta clasificación se basa en diez indicadores que evalúan la concentración en los medios, tanto en cada sector como en la propiedad cruzada, la falta de transparencia y la independencia o control político sobre medios, redes, financiamiento y agencias de noticias. Brasil presenta riesgo alto o medio-alto en ocho de ellos, riesgo promedio en uno de ellos y para el último no se encontraron datos suficientes para la evaluación del MOM.

Para Pasti, los resultados apuntados por estos indicadores “reafirman la constatación de que existe una alta concentración de medios en Brasil, que constituye una amenaza a la democracia y a la pluralidad de voces necesarias a la democracia en la sociedad brasileña”.

“Es imposible tener democracia sin pluralidad de voces. La investigación parte de ese entendimiento y la conclusión, por lo tanto, realmente tenemos desafíos muy grandes para lograr tener una democracia sana en nuestro país, dado que esa pluralidad no existe”, afirma.

Emmanuel Colombié, director de RSF para América Latina, dijo al Centro Knight que “la concentración excesiva de la propiedad de los medios de comunicación es un problema grave en prácticamente todos los países de América Latina, con un impacto directo en el grado de pluralismo, diversidad e independencia de la información que circula en la región”. Sin embargo, la situación de Brasil se muestra “particularmente grave”.

“En relación a Perú y Colombia, Brasil llama la atención en lo que se refiere a la influencia de políticos sobre los medios, como propietarios o socios indirectos, o a través de estructuras de red y acuerdos comerciales en que grandes radiodifusores nacionales sublicencian su marca y su contenido para empresas a nivel estatal”, afirmó.

Para Colombié, “es fundamental que el gobierno cree políticas públicas que traigan más transparencia para el sector de las comunicaciones en Brasil y limiten la excesiva concentración de la propiedad de los medios”.

El coordinador de Intervozes también destacó la necesidad de actualizar el marco legal que regula los medios en Brasil, clasificado como “antiguo, permisivo e ineficaz” por el informe. Pasti recuerdó que el Foro Nacional por la Democratización de la Comunicación, del que forma parte el colectivo, produjo una propuesta de ley de iniciativa popular, orientada principalmente a la radiodifusión, para actualizar la legislación sobre los medios en Brasil.

“Necesitamos un marco legal que promueve la pluralidad y la diversidad de voces y la diversidad regional, que combata la monopolización de la comunicación y la concentración de los medios y que garantice la libertad de expresión colectiva e individual tanto para que todos puedan expresar sus ideas como para que todos los grupos estén representados, con posibilidad de tener voz en la sociedad”, defendió Pasti. “En síntesis, un marco legal que garantice efectivamente el ejercicio del derecho a la comunicación”.

Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.

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